Una extraña muerte. Dos hermanos en la ruina. Y la llegada de una desconocida inversora que oculta un gran secreto.
Isla de la Palma, 1876. Miguel y Alejandro son gemelos y acaban de heredar la fábrica de tabacos La Indiana de forma repentina. Ambos quieren continuar con el negocio familiar, pero descubren que está al borde de la quiebra. La única opción es la venta.
Eliana, oriunda de Cuba, acaba de instalarse en la isla. Fascinada por la tabaquera, está dispuesta a invertir en el negocio para ayudarlos. Pero la mujer oculta un secreto que si se descubre puede arruinar la vida de todos.
En una panadería de Ugarte, en el País Vasco, un niño que un verano ha regresado sin habla de un internado en el sur de Francia recupera las palabras gracias a su amistad con dos hermanos gemelos y a algo extraño que descubren los tres en las aguas del canal que baja de la montaña. La dictadura franquista está llegando a sus últimos días. Todo está cambiando en Ugarte y también en el cuartel de El Pardo donde, poco antes, Eliseo, Donato, Celso y Caloco intentan adiestrar una urraca y burlar el coto de caza reservado a los poderosos. La de ellos fue también una historia de amistad, con sus dosis justas de inconsciencia, rebeldía y tragedia.
Años más tarde, las huelgas alentadas por los sindicatos hacen temblar la industria minera de Ugarte. Son ya los turbulentos ochenta, y Eliseo y los gemelos se ven envueltos en una trama de venganza, urdida por el ingeniero Antoine, que parece propia del género negro. El tiempo pasa rápido y transforma todo lo de fuera: llega la música, la televisión con sus realities, el correo electrónico, aunque en el interior de los protagonistas de esta historia se mantienen intactos los silencios, los secretos, las amenazas... No es más que la vida, que discurre como hilos de agua entre las piedras. Pero avanza.
También yo quería entrar en el mundo real, y por un momento lo logré. Los dos caballos salvajes que estaban frente al Chevrolet Avalanche se pusieron a girar como en un carrusel, y con ellos el de Cornelie, el caballo negro de Franquito y otros caballos que formaban parte de mi pasado. Pensé -solo por un momento, ya lo he dicho- que aquella era la imagen de mi vida, y que me sería fácil poner junto a los caballos, o en su lugar, criaturas humanas: la mujer que leía Reader's Digest, el hombre que en el hospital se sentía enjaulado como un mono, José Francisco, Didi, Adrián, L., yo mismo, Ángela, Izaskun, Sara... Una vuelta, dos vueltas, tres, cuatro, y así hasta que el carrusel se parase. Pero ¿dónde estaba el centro? ¿Dónde el eje en torno al cual giraba todo?»
«György Korin detuvo el coche ante la entrada del bar non stop de la estación de autobuses, paró como pudo el motor, se apeó y?como quien está convencido de encontrar allí realmente, con esas cuatro palabras en la cabeza, aquello que buscaba después de pasar tres días sumido en un estado etílico?empujó la puerta sin titubear, se dirigió tambaleándose a un hombre solitario, la única persona que se hallaba ante la barra, y, en vez de derrumbarse en el acto, tal y como habría correspondido a su estado de embriaguez, le dijo, silabeando con enorme esfuerzo: ?Querido ángel, llevo mucho tiempo buscándote?».
«Adictivo, turbio e implacablemente necesario. Pablo Rivero muestra con absoluta destreza el terror silencioso que habita nuestra realidad».Ángela Banzas
No hay nada más terrorífico que una comunidad de vecinos.
A sus casi ochenta años, Felicidad es una mujer independiente y resolutiva que lleva las riendas de su familia y que gestiona los alquileres del bloque de pisos del que es propietaria. Su rutina se interrumpe cuando Candela Rodríguez, teniente de la Guardia Civil, le informa de que una de sus inquilinas, de avanzada edad, se ha precipitado al patio interior del edificio.
Comienza así una investigación para esclarecer si se trata de un asesinato. Todo se complica aún más con el hallazgo de un truculento vídeo que podría conectar esta muerte con otros ataques a ancianas de la zona y que pone en el punto de mira al entorno familiar de Feli, la matriarca, y al resto de los vecinos, en una comunidad donde muchos entran pero no todos salen.
Después del éxito de sus anteriores novelas, Pablo Rivero vuelve a meter el dedo en la llaga para construir un thriller inquietante y descarnado que pone de manifiesto la vulnerabilidad de la tercera edad y que invita al debate sobre temas como la exclusión social, la brecha digital o la exposición de nuestros mayores en las redes sociales. La matriarca es, además, un homenaje a todas esas mujeres que son el pilar fundamental de sus familias. Un laberinto de giros y sorpresas que, a ritmo frenético, sacará a la luz lo más oscuro que habita en cada uno de nuestros hogares, porque, al fin y al cabo, hasta las mejores familias guardan secretos. Algunos, inconfesables.
Franciszka y su hija Helena llevan una vida corriente hasta 1939, cuando las tropas hitlerianas invaden su país. Proteger a judíos en la Polonia ocupada es una sentencia de muerte, pero Franciszka decide arriesgarlo todo para esconder a Vilheim, uno de los guardias personales del comandante, y a dos grupos de judíos en su pequeño hogar de Sokal. Para que todos logren sobrevivir, ella y su hija deberán ser más astutas que sus vecinos y que el temible comandante alemán...