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TODO ARDE (FG) (ED. LI) (1) (BOL)

Esta es la historia de tres mujeres que lo han perdido todo. Incluso el miedo. Por eso son tan peligrosas. Esta es la historia de una venganza imposible, sin ninguna posibilidad de éxito. Esta es la historia de tres mujeres que se atreven a hacer lo que los demás sólo nos atrevemos a imaginar. Algo muy poderoso está a punto de ocurrir. Y nada volverá a ser igual. SIEMPRE GANAN LOS MISMOS. ES HORA DE CAMBIAR LAS REGLAS.
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DOCE LUNAS

Bajo el título de “Doce lunas”, un poema de la primera época de Eduardo Jordá que sirve para definir una vida de poesía, este volumen ofrece una antología personal en la que cada poema es acompañado por un relato homónimo donde el autor evoca el momento que hizo posible la escritura. No son comentarios ni análisis, sino relatos autónomos que iluminan la gestación del poema y ensanchan su sentido, al revelar la circunstancia de la que partió el poeta. “Un poema ocurre, de repente, sin previo aviso. Vemos algo, o sentimos algo –sin que sepamos muy bien qué es–, y sabemos que ahí hay un poema, que se manifiesta en forma de revelación o epifanía”, escribe Jordá, convencido de que cada poema encierra su propia historia y de que esa historia merece ser contada en una especie de making of. Formada por 55 composiciones en verso y otros tantos relatos asociados, que ven aquí la luz por primera vez, la selección incluye varios poemas inéditos y otros que no han aparecido en volumen exento, sino en revistas y publicaciones sueltas. La relación no sigue un orden cronológico según la fecha de composición o publicación, sino que se estructura según su propia “vida interior”, de acuerdo con el esquema de las doce lunas que da título al libro; dicho de otro modo, los poemas se han agrupado siguiendo la pauta de un ciclo –los meses del año, las fases de la vida– que ya se acerca al final. En realidad, podría decirse que Doce lunas es la autobiografía poética de un autor que no tiene ninguna intención de escribir una autobiografía.
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EGILONA, REINA DE HISPANIA

Don Rodrigo, duque de la Bética, vuelve a sus tierras tras verse obligado a rendir pleitesía al nuevo rey de Hispania, Witiza, el asesino de su hermano Favila. Ahora lo inteligente es bajar la cabeza; ya habrá tiempo para una venganza. Cerca de Córdoba, se detiene a descansar en una casa noble y allí ve por primera vez a Egilona, una muchacha de quince años, de melena rojiza, piel blanca y ojos ambarinos, que esa misma noche se convertirá en su mujer. Nueve años más tarde, en 711, cerca de Tarifa, las huestes del ya rey Rodrigo se aprestan a impedir la entrada en Hispania del nuevo conquistador del mundo: el imperio Omeya. Al mando de su ejército se encuentra Táriq ibn Ziyad, un liberto a quien su patrón Musa ibn Nusáir, valí de África en el nuevo orden del califato, ha enviado de incursión. Con este viejo soldado, feo, bizco y pelirrojo, curtido en mil batallas, viaja su concubina, Umm Hakim, una joven fascinante, de ojos de gacela y saberes mágicos, y Abd al-Aziz, uno de los hijos de Musa. Entrar y salir, esa es la orden. Pero, en el fragor de la batalla, Abd al-Aziz mata a Rodrigo y pone sus ojos en Egilona, la mujer más hermosa y altiva que haya visto nunca. ¡Ay de sus ojos! Acaban de dar comienzo a una historia en la que la hechicera y la reina cruzarán sus caminos para terminar con un imperio, y por la que Egilona, reina de Hispania, será recordada «como la mano, la mente, el espíritu poderoso que sembró la semilla de una nueva era».
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LAS PALABRAS CALLADAS

«Eso es mentira. Todo lo que cuentas es mentira. Nadie puede sobrevivir a tantas calamidades. Te lo has inventado todo siempre para hacernos creer que eres un héroe y no un simple inmigrante español muerto de hambre como los que vienen a la vendimia. Tú no hiciste todas esas cosas y después no ayudaste a liberar Francia de los nazis, tú no eras más que un español desarrapado y muerto de hambre cuando llegaste aquí, un cerdo español». Con estas palabras, Mathieu renegó de su abuelo cuando era adolescente. Es febrero de 2019 y está atrapado en Portbou, punto final de uno de los caminos del exilio republicano antes de cruzar la frontera. A sus cincuenta y un años, ya no quiere ser ingeniero, pretende convertirse en fotógrafo. Cámara en mano, se pasea por los andenes de la estación de tren cerrada por la tormenta en busca de esa instantánea. A través del objetivo ve a una joven indigente que no se separa de su carrito y a una mujer, con el pelo alborotado y aspecto descuidado, que toma un café en el bar de la estación. Él aún no lo sabe, pero la joven se llama Esther, o Jessica, y es una madre que enfermó por ser madre, estancada en ese andén, como él, en su camino a Montpellier. Isabel, que así se llama la mujer del pelo alborotado, a quien acaban de desahuciar y viaja en la autocaravana que ha conseguido salvar de la quiebra, ahora aparcada por orden de la policía local, también viaja a Montpellier, para cumplir la promesa que le hizo al único hombre al que ha querido.
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LOS RIELES

Las tres edades de Venturini. Una historia que completa la trilogía iniciada con Las primas y Nosotros, los Caserta. «Venturini tiene la capacidad de hacernos perder por completo el miedo al lenguaje.» Andrea Abreu «Una narradora inolvidable, honesta, punzante, capaz de relatar los claroscuros de una familia con una prosa tierna y deslenguada, insólita, llena de luz.» Elisa Ferrer Lo cotidiano y lo esotérico se dan la mano en la última novela publicada en vida por Venturini, un descenso a las secuelas que le dejó un accidente doméstico. El percance la llevó a una cama de hospital, y describe cómo tuvo que aprender a caminar y a hablar o a comer de nuevo, un particular paso por el infierno que incluye su encuentro con los seres que allí habitan. Como dice Mariana Enriquez: «si en Las primas es la niña pobre y monstruosa y en Nosotros, los Caserta, la chica brillante que buscaba el origen de su rareza en la genealogía, en Los rieles es la anciana escritora ante la muerte». Compuesta cuando Venturini tenía noventa años, comparte la escritura enfebrecida y desatada de las dos novelas previas, y el gusto por alterar el lenguaje para dotarlo de una simpleza que desarma al que se acerca. De paso, también la propia biografía, en la que, como un reflejo de esos espejos ondulantes, el relato devuelve una vida contrahecha, ajena y fabulosa a un tiempo. Una obra extravagante ―igual que la vida de la autora―, brillante y atroz, que rememora, desde la decadencia física de la vejez, algunos episodios peculiares de su juventud.
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MOSTURITO

Un salvaje e inolvidable relato de iniciación con punkis, mansiones encantadas e imágenes de la Virgen aparecidas en la pared. «Pasen y lean, reirán, llorarán, sentirán ira, dolor, mucho dolor e impotencia…» Natalio Blanco, Diario 16 «Hacía mucho que no leía una novela tan perfecta, con una oralidad tan salvaje y necesaria...» Sonia Fides, El Asombrario «Qué delicia este Mosturito. Un prodigio de oralidad sevillana de barrio, lleno de dolor, ternura y también risas.» Isaac Rosa «Esta novela ha entrado en el top ten de mi corazón.» Juan Manuel Gil «Daniel Ruiz no es solo uno de los escritores más salvajes de España, también es uno de los mejores… Mosturito es una novela excepcional, divertida y, sobre todo, distinta.» Recaredo Veredas, Zenda «Una inusual y afortunada propuesta expresiva suscitadora de sonrisas que ahuyentan el horror.» Pilar Castro, El Cultural «Una excelente novela de formación ambientada en los años ochenta.» Iñaki Ezkerra, Diario Vasco «Daniel Ruiz nos muestra su talento para unir humor y tragedia en una sola línea.» Charo Alonso, Salamanca al Día «Un lenguaje oral que parece sencillo, cuando es un trabajo de orfebre. Habla un niño como Lazarillo, y su relato es una corriente cristalina con fondo turbio.» Rafael Reig, La Lectura (El Mundo) «Una narración ágil y fresca que nos decae en ningún momento.» Andrés González-Barba, Abc «Una novela trufada de un humor mordaz, que infunde al texto un aire de ligereza que funciona como válvula de escape.» Antonio Paniagua, Diario de León
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PECES ABISALES

La infancia en una ciudad de las afueras de Barcelona, la madurez en una ciudad alemana: un emocionante e irónico relato de iniciación en forma de memorias literarias. ¿Cómo contar los momentos que iluminaron nuestra infancia, o los que nos acomplejaron en nuestra adolescencia? ¿Cómo dar cuenta de algunos pequeños descubrimientos que luego fueron importantes? ¿O de las historias de terror que sirvieron de rito de paso? ¿Cómo transmitir la convivencia con cuatro generaciones de una misma familia? ¿Cómo explicar nuestra mirada y experiencia cuando hemos pasado la mitad de la vida en otro país y en otra lengua? Este emocionante libro de Rosa Ribas nos descubre que todo ello, y mucho más, puede contarse, y hallar sentido, cuando descubrimos la panoplia de recursos, géneros y precedentes que la tradición narrativa pone a nuestra disposición. Descubrimos así cómo contar solo con sutiles detalles las experiencias de una niña zurda, compadecer con risas las vivencias de una adolescente miope, o entender, con algunos equívocos lingüísticos, lo que significa para una adulta residir en otra cultura. A la vez que recorremos enseñanzas literarias adquiridas a lo largo de la vida, pero en realidad asistimos a un emocionante, irónico y doloroso relato de iniciación en forma de memorias.
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SE TU MISMO

A mediados de los años noventa, Hua Hsu tenía dieciocho años, diseñaba fanzines, se pasaba el día en tiendas de discos y vestía de segunda mano. Ken estaba obsesionado con Dave Matthews, Pearl Jam y la ropa de Abercrombie & Fitch. Uno era hijo de inmigrantes taiwaneses. La familia de ascendencia japonesa del otro llevaba ya generaciones asentada en los Estados Unidos. Lo único que tenían en común era que, independientemente de cómo se relacionaran con ella, la cultura americana no parecía tener hueco para ninguno de los dos. Pero, en contra de sus prejuicios, crean una amistad construida a base de largas conversaciones entre cigarrillos, viajes en coche al 7-Eleven, momentos triviales atrapados en fotos analógicas y una búsqueda constante de la propia identidad. Y entonces, apenas tres años después de conocerse, Ken muere asesinado. Sé tú mismo no es solo unas memorias de juventud, es un testimonio vital y estético de la angustia adolescente, la experiencia del inmigrante y la necesidad humana de pertenencia. Decidido a reflexionar sobre las escisiones y los parches que se crean en nuestro recuerdo, Hua Hsu escribe en búsqueda de todo aquello que tratamos de reconciliar mediante la literatura.
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PERDER EL JUICIO

Pensamos que no seríamos capaces de cometer un crimen, hasta que lo hacemos. Los seres humanos piensan que saben de qué son capaces. Creen que no podrían escapar de los policías, que nunca le harían mal a un niño. Yo no podría matar a mis padres; hagan lo que hagan, me dieron la vida. O yo no llegaría jamás hasta la violación. No sería capaz de acelerar al volante en un puente con mis hijos en el auto y caer al vacío. Pero todo eso lo decimos antes; no somos capaces, es cierto, nos resulta impensable el crimen, hasta que pasamos al acto. Perder el juicio cuenta la historia de un robo, de una apropiación, de un incendio provocado. Esta obra es el viaje de un secuestro donde la vida es vista como el armado de una evasión. Como dice Harwicz, se escribe una novela cuando se está en desacuerdo con el sentido de las palabras, cuando dejar de mentir es imposible.
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