Truman Capote fue un maestro de las formas breves y un agudo observador y cronista de su época. Las semblanzas que reúne en este volumen son una buena muestra de ambas virtudes. Capote escribe –a veces con ternura, otras con perfidia, siempre con un estilo admirable– sobre figuras que han conformado nuestro imaginario colectivo, trazando una serie de magistrales retratos como el dedicado a las andanzas japonesas de Marlon Brando durante el rodaje de Sayonara; el ya mítico perfil de Marilyn Monroe; una bellísima rememoración en claroscuro de Tennessee Williams; una emotiva aproximación a Elizabeth Taylor; un acercamiento a «esa leyenda moderna» que fue Jane Bowles y otro al arte fotográfico de Cecil Beaton.
Y son precisamente los retratos de otro fotógrafo, Richard Avedon, los que inspiran a Capote una serie de certeros perfiles, empezando por el del propio Avedon, y luego, pasando revista a un socarrón John Huston, un ambivalente Chaplin, una coqueta Coco Chanel, un moribundo Somerset Maugham, un errante Ezra Pound, una anciana y fascinante Isak Dinesen, una Mae West de carne y hueso, un Louis Armstrong captado desde la mirada infantil, un Gide que reflexiona sobre Cocteau, un Bogart retratado a través de sus palabras fetiche, un Picasso tan genial que podría provocar instintos asesinos y un Duchamp iconoclasta que bien podría ser su reverso.
Un amor imposible y una traición imperdonable. Una época de misterios y conspiraciones. Una novela con alma de clásico.
Desde finales del siglo XV, una leyenda impregna las calles de Sevilla. Cada noche, la bella Susona, hija de un famoso converso de la judería del barrio Santa Cruz, acude al encuentro de un caballero cristiano de noble linaje llamado Nuño de Guzmán. Él no debe enamorarse, pues su cometido es descubrir si los rumores son ciertos: se dice que Susona y su familia judaízan en secreto.
Sin embargo, bajo el rocío de las flores de azahar, se convierten en amantes furtivos. Cuando Susona descubre que una conspiración que se fragua entre las paredes de su hogar podría dañar a su amado, se verá obligada a escoger: la fidelidad a su pueblo, a su padre y a su familia, o el amor que le profesa a Nuño de Guzmán. Para salvar a unos deberá condenar a los otros.
La historia de Susona, llena de amor, traición y muerte, acabará tornándose en leyenda. Tras La última sultana, Andrea D. Morales nos traslada a una época de odio, miedo y conspiraciones entre judíos y cristianos y nos demuestra que hasta en los momentos más oscuros de la humanidad, puede florecer la pasión.
Una librera que debe huir del fascismo.
Una ciudad a punto de cambiar para siempre.
Un homenaje a los libros y a su capacidad para salvarnos.
Madrid, 1934. Soplan vientos de cambio en la España de la Segunda República cuando Bárbara, una joven alemana que ha conseguido huir de Berlín tras la victoria del partido nazi en las elecciones, abre una pequeña librería.
Esta se convierte en un lugar donde soñar con un futuro libre y esperanzador, pero el estallido de la Guerra Civil amenaza con destruir todo lo que Bárbara ha construido. Será su amor por las letras y por un joven republicano lo que la mantenga aferrada a un país que se enfrenta a una espiral de odio y terror que ella conoce demasiado bien y que la obligará a luchar por su vida una vez más.
Una novela apasionante y rigurosamente documentada por uno de los autores españoles más traducidos y leídos en el mundo. Una historia esperanzadora frente al horror de la intolerancia. Y, por encima de todo, un indiscutible homenaje a la literatura.
LOS LIBROS SIEMPRE SERÁN NUESTRO REFUGIO.
Con apenas diecisiete años, Manuela entra a trabajar como criada en la mansión de los marqueses de Armayor. Rodeada de un lujo que contrasta con la pobreza de su aldea natal, la joven conocerá la arrogancia y el desamor, pero también el arte de la costura, al tiempo que entablará una amistad inquebrantable con la única heredera de la familia, Alexandra.
Años después, y pese a pertenecer a mundos muy distintos, su amiga será su mayor apoyo cuando la Guerra Civil obligue a Manuela a separarse de su hija Telva, enviada a Rusia junto con otros niños de la zona republicana, y también cuando intente recuperarla décadas más tarde, aunque para ello deba arriesgarlo todo.
La añoranza de Telva, un destino en ocasiones desalmado y una gran historia de amor marcarán la vida de Manuela. Una vida que se extenderá a lo largo de un siglo convulso y lleno de contrastes, magistralmente reflejado por Ana Lena Rivera en las páginas de esta novela que se lee con la emoción a flor de piel.
La protagonista, Joana, es una niña cuyo aburrimiento activa su imaginación. Y así empieza una narración en la que deambulan sus inquietudes e ilusiones desde la infancia hasta la madurez.
Cerca del corazón salvaje es el intento de construir la biografía de Joana desde la infancia hasta la madurez, buscando la verdad interior, estudiando la complejidad de las relaciones humanas, intentando olvidar la muerte, la muerte del padre, que Joana no aceptará jamás.
G. H. —de quien nunca conoceremos el nombre completo— es una mujer independiente, escultora aficionada y bien conectada en los círculos más influyentes de Río de Janeiro. Un día, sola en su ático, vive una experiencia extraordinaria que la enfrenta a sus propios límites. Esta vivencia le provoca náuseas de repulsión y desata un torrente de reflexiones íntimas, algunas hasta entonces desconocidas para ella misma, sobre sus emociones, temores, angustias y la esencia de su existencia. Lo que parece un suceso trivial se transforma en un catalizador que la lleva a examinar su vida desde la infancia y, finalmente, a tomar la determinación de superar sus miedos más profundos.