Frankfurt, 1927: Las amigas Gesa, Inge y Margot lo tienen todo por descubrir en la vida y una sola certeza: su futuro es la radio. Las tres han conseguido trabajo en una emisora de radio recién fundada y sueñan con una carrera brillante. A Gesa le gustaría convertirse en una célebre locutora de radio, Inge, hambrienta de vida, desea conquistar los escenarios del mundo como cantante, y Margot quiere ser reconocida como una gran violonchelista en la orquesta de la radio. Tienen grandes sueños, pero sus caminos estarán llenos de obstáculos pues a pesar de que se respira un espíritu nuevo, creativo y lleno de optimismo, las jóvenes deberán luchar contra viejas convenciones. Los años 20 en Alemania miran hacia el futuro con ganas, pero desprenderse del viejo pasado no será fácil y las jóvenes se llevarán más de una decepción y deberán luchar más de lo que esperaban para conseguir sus sueños.
En Leopardo Negro, Lobo rojo, Sogolon, la Bruja Luna, demostró ser un personaje secundario fascinante: una hechicera de 177 años con sus propios intereses, que supo encandilar al público lector y que fue un digno adversario para el Rastreador durante la búsqueda del misterioso niño desparecido. En Bruja Luna, Rey Araña, ha llegado su turno: Sogolon adquiere el protagonismo y ofrece su propia versión de lo ocurrido, su propio relato de lo que le sucedió al niño, de cómo planeó y luchó, triunfó y fracasó en esa búsqueda. Pero esta novela es también la historia de una enemistad de un siglo entre Sogolon y Aesi, el canciller del rey, un personaje oscuro, letal y poderoso, a quien no es fácil desafiar. Sogolon lo hace por sus propios motivos.
En un giro narrativo brillante, Bruja Luna, Rey Araña muestra la historia contada en Leopardo Negro, Lobo Rojo desde la perspectiva de esta mujer indomable que no se inclina ante ningún hombre, mientras ahonda en la lucha que se desarrolla en el interior del imperio.
En medio de un universo gélido y caótico, la poesía se abre paso como una reivindicación de la humanidad
Víctor del Árbol siempre ha practicado la escritura poética, sin darle difusión, como una emoción privada, y gracias a este, su primer libro de poemas, descubrimos una palabra clara y directa para abordar tanto los pequeños como los grandes temas de la vida (el amor, la infancia, la pérdida...), sentimientos y emociones de todo calibre, que se van dando con el paso de los años, a través de una sensibilidad y hondura que nos interpelan y nos retratan. Un verdadero hallazgo poético.
Un escritor acude a un festival literario de una ciudad mexicana y, cuando acaba, se encuentra incapaz de volver a Tel Aviv, donde le espera su familia. Desorientado y ebrio, pasa los siguientes días deambulando por la ciudad y participando en sus fiestas, y cuando le preguntan por qué no regresa a su casa, solo halla una respuesta: su amigo Yoel ha fallecido.
Sin embargo, Yoel sigue vivo. Asolado por los recuerdos, revisa ahora su amistad con el compañero junto al que vivió las primeras ilusiones, los desencantos, las tragedias familiares y políticas, y la entrada en la edad adulta, pero con quien, desde hace un tiempo, apenas se habla. ¿Por qué lo da por muerto? En el centro de este misterio residen los fantasmas de una relación tempestuosa: dos vidas desarrolladas entre los escombros de conflictos demasiado adultos y silencios imposibles, a los que tendrá que enfrentarse si algún día quiere volver a su hogar.
La de Bioy Casares es una obra extraordinaria y vigente que, además, ofrece una especie de enigma: esa etapa entre 1929 y 1940 en la que publicó varios libros de los que él mismo prefirió no acordarse. En Memorias, sin embargo, ofrece algunas precisiones al respecto.
En estas páginas habla también de sus primeros perros y caballos, de sus disidencias con el grupo Sur, de su acceso al género fantástico a partir de un espejo veneciano en el cuarto de vestir materno, de su compleja relación con Silvina, de ese folleto sobre el yogur y la leche cuajada que significó el debut de una de las sociedades literarias más destacadas de todos los tiempos con Jorge Luis Borges, de la estancia de los Bioy en Pardo y de un inolvidable hotel que lo motivó a escribir ese particular cóctel que él define con toda naturalidad y terminó por convertirse en uno de los estilos más reconocibles de la literatura argentina: "historias donde conviven animales feroces, que sugieren épocas bárbaras y frívolos turistas de nuestro tiempo".
Un europeo ilustrado del siglo XVIII en Çfrica: un viaje a las profundidades del alma humana.
En 1749 el botánico frances Michel Adanson desembarca en Senegal para estudiar la flora como parte de sus investigaciones para elaborar una gran enciclopedia. Permanecerá allí hasta 1753, año en que regresa a Europa.
Hasta aquí los hechos estrictamente históricos. A partir de ahí, el novelista David Diop imagina la existencia de unos diarios secretos escritos por el naturalista durante su transformadora estancia africana; un dietario que, tras su fallecimiento, acabará en manos de su hija Aglae. ¿Que contienen esas páginas que permanecieron ocultas durante tantos años? Las experiencias vitales de un científico que viajó a Çfrica en busca de plantas exóticas y se encontró con personas; el testimonio de quien se trasladó a otro país para estudiar la naturaleza y se topó con el dolor de los seres humanos.