Rosie Hart presenta un programa de radio desde Los Ángeles el que, tras duro trabajo, está dando sus frutos: la boyband del momento, Scarlet Luck, ha aceptado ser entrevistada. Para Rosie es todo un acontecimiento, ya que sigue a los cuatro chicos desde sus inicios. Para el gran día, el grupo pone una serie de normas, la más importante: no tocar a ninguno de sus miembros. Rosie conoce muy bien el motivo: el batería, al que llaman Beast, lleva años sin permitir que nadie se le acerque. Pero las desgracias existen, el día de la entrevista todo sale mal y Rosie acaba sufriendo ataques de odio en las redes sociales. Todo se desmorona a su alrededor pero entonces Rosie coincide con Beast y le mira a los ojos. Y en ellos descubre a Adam, el chico solitario que se esconde tras el apodo. A partir de ese momento, ambos descubren una conexión que los empuja a mantener el contacto.
Destina Rosethorn, como su nombre indica, cree ser una joven favorecida por el destino. Pero cuando su padre muere en la Guerra de la Lanza, su mundo cuidadosamente construido se desmorona. No solo pierde a su querido padre, sino también el legado que él le había dejado: un prometido rico, y el señorío sobre las tierras de la familia y el castillo. Lo único que le queda en el mundo para mantenerse es su ingenio y su determinación, así que elabora un arriesgado plan: conseguir el Ingenio de Viajar en el Tiempo, sobre el que ha leído en uno de los libros de su padre, y evitar la muerte de este.
El último poseedor conocido del Ingenio es uno de los Héroes de la Laza: el despreocupado kender Tasslehoff Burrfoot. Pero cuando Destina llega a Solace, donde no solo vive Tas, sino también sus compañeros héroes Caramon y Tika Majere, pone en marcha una cadena de acontecimientos mucho más letales de lo que podía haberse imaginado: algo que podría cambiar, no solo su historia personal, sino el destino del mundo en su totalidad, al permitir que una antigua maldad, anteriormente derrotada, de nuevo gane preeminencia.
En 1327, el fraile franciscano Guillermo de Baskerville llega, acompañado del novicio Adso de Melk, a una abadía de monjes benedictinos para participar en un importante cónclave, que se verá amenazado por una serie de enigmáticas muertes. A medida que Guillermo investigue y se acerque a la peligrosa verdad, su joven aprendiz descubrirá los secretos de un mundo oscuro y lleno de sensualidad.
Aunque es internacionalmente conocida por su ficción, Ursula K. Le Guin comenzó a escribir poesía en 1959 y nunca dejó de hacerlo. En busca de mi elegía reúne el trabajo de su vida, ofrece una selección de lo mejor de sus seis volúmenes anteriores de poesía y presenta un poderoso grupo de poemas, a la vez terrenales y trascendentes, escritos en la primera década del siglo XXI.
Fruto de más de medio siglo de escritura, los setenta poemas seleccionados y los setenta y siete nuevos abordan temas como la guerra y la creatividad, la maternidad y el mundo natural, y brillan con humor y vívida belleza. Estas conmovedoras obras de arte son un ajuste de cuentas con toda una vida.
El problema de los tres cuerpos es la primera novela no escrita originariamente en inglés galardonada con el premio Hugo, el Nobel del género de la ciencia ficción.
Su autor, Cixin Liu, ha sido considerado el gran descubrimiento del género y es capaz de vender cuatro millones de ejemplares solamente en China y de hacerse con prescriptores de la talla de Barack Obama, quien seleccionó El problema de los tres cuerpos como una de sus lecturas navideñas de 2015, y Mark Zuckerberg, que lo convirtió en la primera novela de su club de lectura.
El público y la crítica de los cinco continentes se rinden ante esta obra maestra, enormemente visionaria, sobre el papel de la ciencia en nuestras sociedades, que nos ayuda a comprender el pasado y el futuro de China, pero también, leída en clave geopolítica, del mundo en que vivimos.
En 1970, Jim Harrison tiene la edad con la que murió Cristo y lleva encima la cruz del alcoholismo y la depresión. Primero perdió un ojo y luego a su hermana del alma y a su padre, arrollados por un conductor borracho. Está cansado de ganarse el pan dando clases de Literatura a chavales pijos de la Costa Este, de modo que lee a Lorca y a Rimbaud como si la vida se le fuera en cada verso y sale a pescar a lugares remotos como si así pudiera alejarse de sí mismo. Hasta que un día tiene un accidente en la montaña: cae por un acantilado y se destroza la columna vertebral. Deberá guardar cama durante meses y no está claro que vuelva a caminar. Podría ser el final.
O el principio. Harrison pasó los dos meses siguientes postrado y escribiendo día y noche en la vieja Remington de su padre. El resultado fue «Lobo», una novela arrolladora, furiosa y bellísima, por momentos brutal, y lúcida en cada línea. En palabras del propio Harrison, «Lobo» (subtitulada «Unas memorias falsas») «es la historia de un hombre joven que ha hecho demasiadas imbecilidades en su vida y se retira a los bosques para encontrarse a sí mismo y, sobre todo, para encontrar un lobo». En ella descubrimos los grandes temas del mejor Harrison: la celebración de la naturaleza y la crítica a la degradación del mundo salvaje bajo el imperio del capital, los personajes heridos de muerte por la soledad, eternos vagabundos y marginales, desencantados con el progreso de una civilización ciega y enfebrecida, que buscan en el whisky, la marihuana y el sexo al menos un instante de sosiego. Pero lejos de idealizar esa naturaleza en la que parece refugiarse, Harrison hace brotar de sus profundidades toda la violencia y el miedo que alberga su alma. Un lobo siempre será un lobo.