Magnéticos e irresistibles. En cada uno de los cuentos de El buen mal, Samanta Schweblin nos abduce a otra dimensión donde quedamos en contacto íntimo con sus personajes. Encandilados por el fulgor de la inminente tragedia, vulnerables y profundamente humanos, advierten cuánto podría transformarlos la irrupción de lo inesperado. A algunos los dejará de pie frente al dolor, a otros dialogando con la culpa y a todos atravesados por la incertidumbre. ¿Importa saber qué es verdad? Se trata, de principio a fin, de ser partícipes de un fenomenal artificio literario. Con inédita perspicacia, Schweblin intuye el punto de quiebre de una voluntad, la intensidad premonitoria de un temblor y la lejanía que impone la ternura. Conoce la mejor de las infinitas posibilidades de una historia y el modo de encajar las piezas de una trama para dar con un gran relato que se hunda y proyecte, oscurezca e ilumine el día a día de la época y el alma de quienes la habitan. En su literatura, premiada internacionalmente, los filos entre realidad y ensueño deslumbran como los de un cuchillo.
Un pequeño castillo de caza en Hungría, al pie de los Cárpatos, donde alguna vez se celebraron fastuosas veladas y la música de Chopin inundaba los elegantes salones decorados al estilo francés, ha cambiado radicalmente de aspecto. El esplendor de antaño se ha desvanecido, todo anuncia el final de una época.
En ese escenario cargado de vivencias, dos hombres se citan para cenar tras cuarenta años sin verse. De jóvenes habían sido amigos inseparables, pero luego sus caminos se bifurcaron: uno se marchó a Extremo Oriente y el otro, en cambio, permaneció hasta hoy en su propiedad. Sin embargo, ambos han vivido a la espera de este momento, pues entre ellos se interpone un secreto de una fuerza singular. Todo converge en un duelo sin armas, aunque tal vez mucho más cruel, cuyo punto en común es el recuerdo imborrable de una mujer.
Un tributo exquisito al arte de la caligrafía y el poder de la correspondencia. Cinco historias alrededor de una encantadora papelería en Tokio
Escondida en las calles del elegante barrio de Ginza, en Tokio, se alza la antiquísima y célebre Papelería Shihodo. La regenta Ken Takarada, y adentrarse en ella es hacerlo en un universo casi mágico donde es posible encontrar todos los tesoros que un amante del material de papelería desea, desde el papel washi más exquisito hasta las estilográficas que mejor se adaptan a cada mano. Siempre cálido y cortés, el señor Takarada tiene preparado un tranquilo rincón en el piso de arriba para que los clientes que lo requieran, dotados de los instrumentos precisos, puedan dar rienda suelta a sus emociones más íntimas y conseguir que las palabras fluyan.
En El libro de las hermanas, Amélie Nothomb nos sumerge en un relato sobre los abismos del afecto, el poder devastador de las palabras y la complejidad de las relaciones familiares. Tristane, hija de unos padres atrapados en la burbuja de una pasión mutua en la que no hay espacio para ella, lleva una vida vacía de amor. Su existencia solo se ilumina cuando su hermana pequeña, Laetitia, llega al mundo. A partir de su encuentro, la autora construye una sinfonía íntima y dolorosa que transforma lo cotidiano en un escenario donde amistad y rivalidad conviven con una intensidad sorprendente.
Un relato profundamente humano, y, a su manera, muy cruel, en el que se traza una crónica de los gestos invisibles, las miradas no correspondidas y las emociones sin nombre. Nothomb nos regala una meditación sobre la vida, el amor y la imposibilidad de unos lazos que no se entienden, pero que terminan, sin embargo, por definir nuestro destino.