Polémica, concienciada y encantadora, Mafalda es la niña argentina más famosa de todos los tiempos. Su primera aparición tuvo lugar el 29 de septiembre de 1964. La seguirían casi dos mil tiras que narrarían la vida cotidiana de esta niña bonaerense de seis años, rodeada de su familia y amigos. En muy poco tiempo, sus aventuras empezaron a recorrer el mundo y a brindar horas de lectura y persión a millones de lectores. Desde las tiras predilectas del propio Quino a las más representativas de cada personaje, pasando por las que más sacudida produjeron en los lectores, convirtiéndose en icónicas, las que delinean el contexto social que las vieron nacer o las que anticiparon temáticas actuales, este nuevo tomo es una selección de los mejores momentos de nuestra heroína favorita, prologada por Judith Gociol.
Capturar a un escurridizo jefe indio, fugado a una tierra salvaje y sin ley, es casi una misión suicida que recuerda a la mítica película La venganza de Ulzana.
«Cuando comencé a escribir westerns también trabajaba como redactor publicitario, haciendo anuncios para Chevrolet. Tenía una familia que alimentar así que me levantaba a las 5 de la mañana y trabajaba dos horas antes de ir al trabajo. Hice cinco libros y treinta cuentos de esa manera.» Así refiere Elmore Leonard (1925-2013), nacido en Detroit y considerado por muchos críticos el más grande autor de novela policiaca, sus comienzos como escritor.
En la colección Frontera han aparecido hasta el momento tres volúmenes con obras de Elmore Leonard: las novelas Hombre y Que viene Valdez en uno, y los relatos western completos en otros dos, El tren de las 3:10 a Yuma y otros relatos del Oeste y Los cautivos y otros relatos del Oeste.
Los cazarrecompensas (1953), primera novela de Leonard, comienza cuando un joven e inexperto oficial de caballería, R.D. Bowers, y un explorador curtido en la contienda contra los apaches, Dave Flynn, son enviados a una misión casi suicida más allá de la frontera con México, atrapar al caudillo apache Soldado Viejo y traerlo a territorio estadounidense. Rastrear a un indio rebelde y escurridizo a través del infierno sofocante de una tierra salvaje y sin ley, guarida de apaches y cazadores de cabelleras blancos, es un reto de alto riesgo en el que un cazador puede acabar convertido en presa. Al poco de iniciada la búsqueda, los perseguidores se topan con una escena dantesca: tres carros quemados y los cadáveres de sus ocupantes con la cabellera arrancada... pero los demás rastros no apuntan al modus operandi de los indios.
Alan Le May es uno de los autores más populares de la narrativa western debido sobre todo a su novela The Searchers, una obra maestra del género, y en especial a su adaptación cinematográfica, que en España adoptó el memorable título de Centauros del desierto (Col. Frontera no 4). Pero la producción literaria de Le May es mucho más extensa y cuenta con diecisiete novelas y centenares de relatos, muchos de ellos aparecidos en la prestigiosa revista Collier’s, una de las cabeceras fundamentales en la historia de la literatura popular norteamericana.
La presente obra, Los que no perdonan, tiene en común con Centauros del desierto su retrato crudo y realista de la vida en la frontera texana hacia 1870. La novela narra las tentativas de los indios kiowas por rescatar a la joven protagonista, Rachel, de la familia de colonos con la que vive desde que la adoptaron cuando apenas era una niña, pues consideran que es una de los suyos. La primera parte describe con detalle los afanes y penalidades de los colonos para sacar adelante un rancho ganadero en la peligrosa frontera, así como lo que sentían las mujeres en aquellas tierras, su esfuerzo por mantener una vida civilizada, la rivalidad entre vecinas, los romances, y también la pasión culpable que Rachel siente por uno de sus hermanastros. El lector puede percibir el paisaje, el sonido casi permanente del viento, las grandes distancias vacías, la alegría de la llegada de la primavera, pero también el temor de los colonos ante la llegada de la «luna kiowa» que acompaña a la estación. Es entonces cuando los guerreros de las tribus cercanas salen en busca de botín, sangre y gloria.
A Daphne siempre le había encantado la forma en que Peter, su prometido, contaba su historia. Cómo se conocieron, se enamoraron y regresaron a la ciudad natal de él, a orillas de un lago, para empezar una vida en común. Se le daba realmente bien explicarlo. hasta que se dio cuenta de que, en realidad, estaba enamorado de Petra, su mejor amiga de la infancia.
Y así es como Daphne empieza su nueva vida: en la hermosa Bahía de Waning, Michigan, lejos de su familia y amigos, pero con un trabajo idílico de bibliotecaria infantil (con el que a duras penas llega a fin de mes). Por eso, se plantea compartir piso con la única persona que podría entender cómo se siente: Miles Nowak, el exnovio de Petra.
Melancólico y algo fatalista, soltero y con una novia en Génova a quien ve muy de vez en cuando, y amante de la buena mesa, Salvo Montalbano es comisario de policía en Vigàta, un pequeño pueblo siciliano que, pese a no figurar en ningún mapa, encarna la esencia de la cultura mediterránea.
Los seguidores de la serie negra europea más aclamada encontrarán en esta edición tres casos en los que el entrañable comisario, sabio intérprete del arte de vivir, se supera a sí mismo y vuelve a emocionar a los lectores con su infalible perspicacia y su implacable sentido de la justicia. En La voz del violín, Montalbano no se da por vencido ni por convencido cuando muere el principal sospechoso del asesinato de una hermosa joven, esposa de un médico boloñés, cuyo cadáver aparece desnudo en el chalet de ambos.
Salvo Montalbano tiene cuarenta y cinco años, una novia en Génova y es comisario de policía de Vigàta, en Sicilia, un pequeño pueblo que, si bien no aparece en ningún mapa, es tan real como la vida misma.
Fiel amigo de sus amigos, amante de la buena mesa y sabedor de que la tierra ha girado y seguirá girando en torno al sol, Montalbano encarna la esencia de la cultura mediterránea. Su temperamento melancólico, su implacable sentido de la justicia, rayana en lo quijotesco, así como su infalible perspicacia, lo han convertido en un héroe verdaderamente popular, cuyas historias son devoradas con fruición por millones de incondicionales lectores en todo el mundo.