El problema de buscar la verdad es encontrarla y no saber qué hacer con ella.
Una novela que cambiará tu forma de ver el mundo.
Querido lector,
Tienes en tus manos una novela que plantea preguntas difíciles de responder; una novela que habla sobre esas verdades que, a pesar de buscar, preferiríamos no encontrar. No puedo explicarte de qué trata este libro porque eso rompería su magia, pero te aseguro que, cuando acabes de leerlo, verás el mundo de forma distinta.
Tras el éxito de El mentiroso, empieza la segunda parte de la trilogía ambientada en Illumbe, el pueblo con más misterios y secretos del País Vasco.
Un grupo de rock. Un concierto. Una chica desaparecida. Han pasado más de veinte años, pero hay noches que nunca terminan.
¿Puede una noche marcar el destino de todos los que la vivieron? Han pasado más de veinte años desde que Diego Letamendia, estrella del rock en declive, actuó por última vez en su pueblo natal, Illumbe. Esa fue la noche del final de su banda y su grupo de amigos, y también la de la desaparición de Lorea, su novia. La policía nunca logró esclarecer lo ocurrido con la chica, que fue vista saliendo a toda prisa de la sala de conciertos, como si huyera de algo o de alguien. Después de aquello, Diego emprendió una carrera de éxitos en solitario y jamás regresó al pueblo.
Hoy debería ser el día más feliz de mi vida.
Estoy prometida con el hombre de mis sueños y, en unas pocas horas, vamos a vernos delante de un juez que nos declarará marido y mujer hasta que la muerte nos separe. Pese a que el camino no ha sido fácil, este día es todo lo que siempre he deseado.
Solo hay un problema.
Ahí fuera hay alguien que no quiere que viva lo suficiente para dar el «sí, quiero».
Y, si no tengo cuidado, podría salirse con la suya.
En las montañas de la locura es la memoria en primera persona de un geólogo de la Universidad de Miskatonic sobre una reciente expedición dirigida por él al continente antártico y su trágico final. Narra el profesor superviviente cómo se inició la expedición, con aeroplanos y trineos tirados por perros, y cómo en uno de los vuelos de reconocimiento se toparon con una impresionante cordillera, tal vez más elevada que el Himalaya. Un primer grupo llega por tierra a sus estribaciones y acampa al pie de los montes. Las exploraciones de la zona llevan al grupo a descubrir una cueva en cuyo interior encuentran catorce fósiles de una estatura superior a la humana pertenecientes a unos seres totalmente desconocidos para la ciencia: el cuerpo principal del organismo tiene forma de barril, sostenido por una serie de patas, de su extremo superior surge un ramillete de tentáculos y dispone de unas alas membranosas replegadas a ambos costados. Un segundo grupo, con el que viaja el narrador, pierde, tras estas intrigantes informaciones, el contacto por radio con el primero, y se dirigen al lugar en aeroplano. El espectáculo que les espera al llegar es dantesco... Poco después, en una inspección aérea sobre la cordillera harán un descubrimiento histórico y fascinante... Muchos críticos han querido ver en este espeluznante relato una magistral continuación al misterioso final de Las aventuras de Arthur Gordon Pym, de E.A. Poe, precursor y maestro de Lovecraft.
Mafalda y sus amigos son como una pequeña familia, en la que todos tienen sus roles establecidos, con sus encuentros y desencuentros, con sus ocurrencias, que siempre consiguen arrancarnos una sonrisa. Juegan y se pierten, pero también hablan de política, del colegio, de cómo harían ellos las cosas y se preguntan por qué los adultos, con todo su poder, no se mueven ni un ápice para tratar de cambiar el mundo. Y aunque con frecuencia sus preguntas incordian a los mayores, estas siguen siendo hoy de una enorme relevancia y utilidad para ayudarnos a analizar el mundo que nos rodea.
Mafalda se siente responsable del futuro de la humanidad, mientras que los adultos que la rodean solo se preocupan por banalidades. ¿Qué podemos hacer cuando las cosas van mal? ¿Quién se encarga, pues, de que todo funcione? Con su característico ingenio y sus siempre numerosas preguntas, que a menudo irritan y desbordan a todos aquellos que la rodean, nuestra pequeña indignada se plantea los asuntos que nos competen a todos y comparte sus inesperadas y contundentes reflexiones sobre el mundo, que, quizá hoy más que nunca, no dejan de interpelarnos.
«¿Y no será que en este mundo hay cada vez más gente y menos personas?».
La crítica ha dicho...«Quino, el grande Quino, seguirá vivo en su Mafalda, que nos enseñó que, como siempre, lo urgente no deja tiempo para lo importante.»Héctor Abad Faciolince
«Nunca he amado a una mujer que no haya amado previamente a Mafalda.»Manuel Jabois
«Qué importante has sido en nuestras vidas. [...] Siempre estaban tus viñetas dando sentido a los detalles absurdos de la vida y la sociedad. Cada lección era un guiño de risa silenciosa que se volvía carcajada y suspiro, filosofía pura, crítica social, lenguaje de gestos expresivos y pequeños detalles, el humor más refinado concentrado en los dibujos. Qué gran compañero has sido.