«Dos años de tareas dominicales que prueban mi nula disposición a santificar las fiestas... Al releer estos artículos seguidos, me parece que he opinado demasiado». Estas palabras sirven de introducción a un Javier Marías insólito, cotidiano, atento a lo que ocurre a su alrededor y que atraviesa todos los estados de ánimo imaginables: lo vemos evocativo e indignado, a menudo pertido y bromista, pero también atribulado por la saña española que aún tiñe nuestro tiempo; melancólico, risueño, grave, irónico, compasivo o desengañado, siempre logra contagiarnos y no nos deja indiferentes con su Mano de sombra.
Fuyuko Irie es una correctora de pruebas freelance de treinta y tantos años. Vive sola y es incapaz de entablar relaciones significativas, por lo que apenas tiene contacto con nadie más que con Hijiri, su editora. Cuando ve su reflejo, se encuentra con una mujer cansada y sin espíritu que no ha sabido tomar las riendas de su propia vida. Su única fuente de consuelo: la luz. Cada Nochebuena, Fuyuko sale a vislumbrar las luces que llenan la noche de Tokio. Pero es un encuentro fortuito con un hombre llamado Mitsutsuka lo que despierta algo nuevo en ella. Y su vida empieza a cambiar.
Sin embargo, a medida que ese cambio —tan largamente postergado— comienza a suceder, dolorosos episodios del pasado de Fuyuko salen a la superficie, y su comportamiento empieza a desbordarse cada vez más.
Una novela aguda y lúcida, entretenida y conmovedora; hará reír al lector, también lo hará llorar, pero, como solo los mejores libros logran, le recordará que a veces el dolor vale la pena.
La protagonista de esta historia estuvo viva y fue feliz, pero hace tiempo que apenas puede recordarlo. Habita un hotel atestado de otros no muertos como ella, huéspedes que también tuvieron una vida de la que no recuerdan casi nada. Ha olvidado su propio nombre y el de la persona a la que amó, y tan solo conserva recuerdos vagos, escenas de una felicidad pretérita que aparecen deslavazadas y poco a poco se van perdiendo, como las extremidades que se desprenden de su cuerpo de no muerta. Pero nuestra heroína se niega a dejar ir del todo el pasado, por lo que se lanza a la carretera en dirección al oeste, siempre hacia el oeste, en busca del lugar en el que amó y fue amada. Ganadora de los prestigiosos premios Ursula K. Le Guin y The Novel Prize, Dura una eternidad y en un instante se acaba es una de las obras más bellas, sorprendentes y divertidas de las que podamos tener memoria. «Solo los no muertos entendemos plenamente el sentido de la vida», señala uno de los personajes de esta novela alegórica y poética, que ofrece una profundísima reflexión sobre el significado de la existencia y sobre el modo en que la mortalidad lo transforma todo, a excepción, tal vez, del amor.
En Japón, los gatos son símbolo de buena suerte y cuenta la leyenda que, si eres amable con ellos, algún día te devolverán el favor. Y si además das con el gato adecuado, puede que este te invite a una misteriosa cafetería bajo la luna de Kioto.
Satomi está entregada a su trabajo en Tokio, pero cuando su novio le insinúa que va a proponerle matrimonio en Nochebuena, se siente dividida entre la carrera que ama y una vida más tranquila en el campo junto a él.
Koyuki ha estado comportándose como una buena hija desde que su padre falleciera en un accidente el día de Navidad. Pero ahora que su madre se ha vuelto a casar, no le resulta fácil sentirse parte de su nueva familia.
Junko vive en una pequeña ciudad con su marido y su hija pequeña, Ayu. Cuando su padre enferma, ella regresa a casa con Ayu a cuestas, y allí, en una cafetería mágica, aprenderá algo sorprendente que le cambiará la vida.
Las tres mujeres se encuentran en una encrucijada, pero, con la ayuda de unos felinos extraordinarios, tal vez por fin tengan el valor de buscar lo que verdaderamente desean.
«He vuelto al Instituto Katmere, pero me siento extraña, me atormentan cosas que no recuerdo haber vivido, y sigo luchando por comprender quién o qué soy realmente. Cuando empiezo a sentirme segura de nuevo, Hudson reaparece con sus ideas de venganza, insiste en que hay secretos que no conozco, secretos que pueden abrir una brecha entre Jaxon y yo para siempre. Pero enemigos mucho peores nos están esperando?»
«Con el Círculo atrapado en una jugada de poder y la Corte de Vampiros tratando de arrastrarme hacia su mundo, lo único que todos tenemos claro es dejar Katmere significaría mi muerte segura. Tengo que luchar, no solo por mi vida, sino por la de todos. Solo sé que salvar a las personas que amo requerirá sacrificio. Quizás más de lo que puedo dar.»
Llega la segunda parte de la nueva obsesión juvenil.
En 1937, Ernest Hemingway viajó a España para cubrir la Guerra Civil como corresponsal de la North American Newspaper Alliance. Tres años después terminóPor quién doblan las campanas, una historia de amor y muerte que se ha convertido en un clásico, y que sigue siendo una de las mejores y más hermosas novelas bélicas de todos los tiempos.
En sus páginas seguimos los pasos de Robert Jordan, un profesor norteamericano que lucha en el bando republicano como voluntario de las Brigadas Internacionales y especialista en explosivos. Cuando el general Golz le encarga la destrucción de un puente, crucial para evitar la contraofensiva de las tropas franquistas durante la batalla de Segovia, descubrirá en la sierra de Guadarrama los peligros de la guerra, pero también una intensa camaradería y el amor por María, una joven que huye del bando sublevado y le devolverá la pasión por la vida.