Mircea Cartarescu, autor de las visionarias «Nostalgia» o «Lulu», aborda tres relatos magistrales, cargados de un humor amargo y brutal. El volumen se abre con «Ántrax», que narra, en plena paranoia post-11-S, cómo el autor recibe un sospechoso sobre desde Dinamarca, hecho que moviliza al kafkiano establishment policial rumano. En «Las Bellas Extranjeras», indudable pièce de résistance del volumen, asistimos al delirante viaje del autor en compañía de once escritores rumanos a tierras francesas, un descenso a los infiernos que alcanza, por momentos, la grandeza de lo grotesco. En «El viaje del hambre», un joven Cartarescu aspirante a poeta en la época previa a la caída del comunismo, es invitado por un grupo de escritores de una ciudad de provincias y se ve arrastrado a un sinfín de situaciones absurdas con el estómago vacío y muerto de frío. Un libro magistral por el que desfilan escritores, artistas, policías, estudiantes, funcionarios culturales y hasta fantasmas: tres relatos cargados de un humor que nos lleva de la sonrisa cómplice a la abierta carcajada.
Unas memorias conmovedoras sobre la enfermedad y la muerte a través de la experiencia personal de la periodista y escritora Joan Didion.
Este libro memorable ha cautivado a millones de lectores en todo el mundo. En él, la escritora Joan Didion, una de las autoras norteamericanas más reputadas de finales del siglo XX, narra con una fascinante distancia emocional la muerte repentina de su marido, el también escritor John Gregory Dunne. Este libro tan breve como intenso es, por consiguiente, una reflexión sobre el duelo y la crónica de una supervivencia. El año del pensamiento mágico obtuvo el National Book Award en 2005.
Reseñas:
«Llena de detalles y de una deslumbrante honestidad [...], un retrato indeleble de la pérdida y el luto.»
Michiko Kakutani, The New York Times
«Un acto consumado de valentía literaria, una escritora reconocida por su claridad que nos permite entrar en su mente mientras esta se nubla por el luto.»
Lev Grossman, Time
«Un libro que, repitiendo el tópico, se lee "como una novela" y cuya tensión sale de las entrañas de un ser herido pero dotado con una excepcional capacidad analítica y expresiva.»
El Cultural
«En una cultura donde la elaboración de los sentimientos [...] ha sido rescindida por una prohibición directa a través de la vergüenza o por el "deber ético del goce" [...], el libro de Didion duplica el valor del testimonio y de la invitación que lanza a un mundo de bobos emocionales técnicamente competentes.»
El Mundo
«El libro es un intento de trascender el estupor y sinsentido en que nos deja sumidos el dolor cuando experimentamos la muerte de alguien muy cercano.»
Eduardo Lago, Babelia, El País
El laberinto de la soledad es una de las piezas claves de la literatura moderna, ensayo él mismo moderno y reflexión crítica sobre la modernidad. Se trata de la prosa ensayística más importante de este siglo en la literatura hispanoamericana.
La banalización de las artes y la literatura, el triunfo del periodismo amarillista y la frivolidad de la política son síntomas de un mal mayor que aqueja a la sociedad contemporánea: la idea temeraria de convertir en bien supremo nuestra natural propensión a divertirnos. En el pasado, la cultura fue una especie de conciencia que impedía dar la espalda a la realidad. Ahora, actúa como mecanismo de distracción y entretenimiento. La figura del intelectual, que estructuró todo el siglo XX, hoy ha desaparecido del debate público. Aunque algunos firmen manifiestos o participen en polémicas, lo cierto es que su repercusión en la sociedad es mínima. Conscientes de esta situación, muchos han optado por el discreto silencio. Como buen espíritu incómodo, Vargas Llosa nos entrega una durísima radiografía de nuestro tiempo y nuestra cultura.
Richard Friedenthal, editor y gran amigo de Stefan Zweig, reunió, en“El legado de Europa”, aquellos ensayos en que el escritor austríaco rinde homenaje a los artistas que supieron expresar la esencia de la conciencia común europea. Tras la fragmentación de esa patria compartida que fue Europa, Zweig la reconstruyó en el único mundo que le era posible, el del espíritu. En esta reconstrucción le ayudaron aquellos autores que fueron sus compañeros de viaje: Montaigne, Chateaubriand, Wassermann, Rilke, Roth... Artistas y amigos que, a modo de herencia, nos lega para inmortalizarlos en el tiempo, para que permanezcan imperecederamenteen nuestra conciencia.