Este es mi cuerpo derrotado asomando la cabeza a sus trescientas ventanas, este es mi reflejo en su taza de té, y mi lengua sobre sus ojos grises para siempre, este es mi idioma de alabastro y ceniza en sus oídos calientes como estufas en el invierno. Esta es mi hacha de fuego sobre sus columnas de abeto y de niebla. Esta es mi jauría de perros sin pelaje tras sus conejos. Esta es mi migración de cóndores inauditos estrellándose sobre su horizonte de acantilados y de olas. Óyeme bien, escucha cómo quiebro todas tus puertas, cómo te arrullo para hacerte caer, cómo te canto una canción de cuna y te suelto sobre el mar más hermoso de la tierra. Observa cómo me inclino para decir nuestra oración de la mañana, ese silbido que hace crecer volcanes imposibles en el ojo de la gaviota que se aleja. Fragmento de "La casa" Apocalipsis líquido se divide en siete partes de siete poemas, y cada una pretende contar un aspecto de lo que en su conjunto forma la sociedad donde el autor habita. El Salvador sigue siendo un país acosado por diversas clases de violencia, y donde los muertos forman parte de la cotidianidad tanto como los vivos, y la oscuridad y el amor se han mezclado como la leche y la harina en un pastel. Como un reflejo de la idiosincracia local, en el libro se juntan poemas de diversas temáticas, que alcanzan lo social, lo político, lo amoroso, e incluso, lo paranormal. Jorge Galán (San Salvador, 1973) es narrador y poeta.
Este libro nació de la firme intención de escribir esos poemas que el poeta Antonio Muñoz Quintana, amigo íntimo de la autora, se había dejado en el tintero antes de su prematura muerte, el 24 de octubre de 2014. Al principio, Isabel Bono solo consiguió escribir uno, el que da título al libro, y necesitó algún tiempo más para dar forma a los demás, que llegaron a través del hallazgo y la intuición.
No estamos ante un libro triste ―tampoco celebratorio―: Bono nos entrega unos versos escritos desde la serenidad, desde esa humildad que nos permite admitir con sosiego que somos mortales, desde ese devenir de los días vacíos. Nacer es una oportunidad, morir un deber. Hay que dejar espacio a otros por mucho que nos duela. A veces el dolor acompaña, dice Bono. Y se diría que en esta vida apresurada nadie nos ha enseñado a poner el freno a tiempo. No hay prisa para vivir, no hay prisa para morir, no hay prisa para publicar. Desde 2014, estos poemas han estado reposando, esperando su momento. Y ahora parece que diez años ya son suficientes.
Una poesía de subrayada modernidad que se reencuentra con sus fuentes, una escritura casi abstracta que se vuelve materia pura en nuestras manos, ante nuestros ojos.
Blanca Varela (Lima, 1926-2009) es una de las voces poéticas más destacadas de América Latina. Ha publicado Ese puerto existe (1959), Luz de día (1963), Valses y otras falsas confesiones (1972), Canto villano (1978), Ejercicios materiales (1993), El libro de barro (1993), Concierto animal (1999) y El falso teclado (2001), todos ellos incluidos en este volumen junto con una serie de poemas dispersos. Por su obra obtuvo el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca (2006) y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2007). «Blanca Varela es una poeta que no se complace en sus hallazgos ni se embriaga con su canto. Con el instinto del verdadero poeta, sabe callarse a tiempo. Su poesía no explica ni razona.
Este libro fundamental del movimiento contracultural beates una trinchera construida por poemas irreverentes, psicodélicos y libertarios que refleja, sin censura, el desencanto de la política y sociedad norteamericanas.
El romance navideño que te abrazará el corazón.
Auri llega a Rovaniemi con el sueño de dedicarse a la repostería y vivir una Navidad mágica en la ciudad de Papá Noel. Ni siquiera el frío intenso ni el estar lejos de su familia y de su novio consiguen apagar la ilusión que brilla en sus ojos al enfrentarse a esta nueva aventura.
Lo único con lo que no contaba era con compartir piso con Leevi, el chico más huraño de toda Finlandia.
Leevi se ha encerrado en sí mismo desde que perdió a sus padres, y ni siquiera la perspectiva de trabajar como elfo de Papá Noel parece devolverle la magia de las fiestas. Al menos, no hasta que Auri idea una lista de planes navideños con la intención de facilitar la convivencia entre ellos durante el invierno. Y, desde luego, no hasta que Leevi quiere devolverle el favor enseñándole todos los rincones escondidos del país que los dos aprenden a considerar su hogar.
Descubre el verdadero significado de la Navidad con un romance situado en la ciudad más mágica del círculo polar ártico.