Hanio Yamada, un joven publicitario, sufre una crisis que le lleva a un intento de suicidio fallido. Sintiéndose vacío, importándole muy poco su existencia, se le ocurre la excéntrica idea de poner su vida en venta y lo hace publicando un anuncio en prensa: «Vida en venta. Quien la compre puede utilizarla como le plazca». El problema viene cuando acuden a él una serie de pintorescos personajes que quieren comprársela con extravagantes o siniestros propósitos, de modo que le devuelven el deseo de vivir y de olvidar su sentimiento autodestructivo. Tras una trama aparentemente desenfadada, en Una vida en venta se trasluce la soledad que acompañó siempre al autor, sus inseguridades, sus dudas, pero también su sed por apurar intensamente la existencia.
Todo lo que Natalia Ginzburg evoca y describe sucede en nosotros como por primera vez, pero perdura para siempre. En Vida imaginaria, quizá su obra menos conocida, pero al mismo tiempo la más versátil y combativa, publicada en 1974 e inédita en castellano, la autora aborda, entre otros asuntos, la condición de la mujer y el feminismo, la infancia y las incertidumbres de la edad adulta o la debilidad de nuestras democracias. También retrata a algunos escritores muy queridos por ella, como Italo Calvino, Elsa Morante o Cesare Pavese, y nos habla de películas y de directores (Fellini, Bergman) cuyo arte supo reconocer desde el principio. Con discreta contundencia y una voz única, Ginzburg participa, a través de cada uno de estos textos, en la vida de hoy, de un hoy que data de hace medio siglo, pero que el lector no dejará de trasladar al aquí y al ahora, y a los dilemas estéticos, morales y políticos a los que nos seguimos enfrentando.
El 28 enero de 1908, una española de 17 años, sentada a lomos de un elefante lujosamente enjaezado, hace su entrada en una pequeña ciudad del norte de la India. El pueblo entero está en la calle rindiendo un cálido homenaje a la nueva princesa de tez tan blanca como las nieves del Himalaya. Podría parecer un cuento de hadas, pero así fue la boda de la andaluza Anita Delgado con el riquísimo maharajá de Kapurthala. Y así empezó una gran historia de amor —y traición— que se desgranó durante casi dos décadas en el corazón de una India a punto de extinguirse.
"A LEÓN WERTH
Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona grande. Tengo una seria excusa: esta persona grande es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona grande puede comprender todo; hasta los libros para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona grande vive en Francia, donde tiene hambre y frío. Tiene verdadera necesidad de consuelo. Si todas estas excusas no fueran suficientes, quiero dedicar este libro al niño que esta persona grande fue en otro tiempo. Todas las personas grandes han sido niños antes. (Pero pocas lo recuerdan.) Corrijo, pues, mi dedicatoria: A LEÓN WERTH CUANDO ERA NIÑO."
Un vibrante retrato de Damasco en los años posteriores a la independencia, cuyos protagonistas son un reputado calígrafo, una mujer de gran belleza y un joven cristiano de noble carácter.
En las populosas calles de la ciudad vieja, el rumor se extiende como una marea: Nura, la joven y bella esposa del afamado calígrafo Hamid Farsi, se ha fugado de casa sin dejar rastro. De inmediato, cientos de voces especulan sobre los motivos de tal desplante. ¿Habrá sucumbido al insistente ruego del célebre donjuán Nassri Abbani, que para conquistar la única pieza que se le resiste ha acudido nada menos que al marido de su presa para que le escriba fogosas cartas de amor? ¿O habrá huido tal vez de la asfixiante vida conyugal a la que la sometía su esposo, seducida por el embrujo de algún joven dispuesto a compartir el amor por los libros, la libertad y el gozo de vivir? Quizá la respuesta esté en el propio Hamid, que guarda un secreto que podría ocultar la clave del misterio.
William Carlos Williams consigue explorar en este libro turbadoramente emotivo todos los matices de la experiencia amorosa. En estos poemas se condensa el viaje biográfico y poético de un hombre, contemplado desde una vejez dura, enferma. El camino es el amor: «el amor es / crueldad que con / voluntad transformamos / para estar juntos». El recuerdo de los años, la memoria compartida, el daño infligido y la conciencia de la belleza son algunos de los motivos que recorren todo el libro y que desembocan en «Asfódelo», el mejor poema conyugal jamás escrito, dedicado a toda una vida en común.