El mundo de Mistborn llega a la segunda era.
Han transcurrido trescientos años desde los acontecimientos de la Trilogía Original Mistborn. Kelsier y Vin han pasado a formar parte de la historia y la mitología, y el mundo de Scadrial se halla a las puertas de la modernidad.
Sin embargo, en las tierras fronterizas conocidas como los Áridos, las antiguas magias todavía son una herramienta crucial para quienes defienden el orden y la justicia.
Uno de esos vigilantes de la ley, Waxillium Ladrian, deberá regresar a la capital para retomar sus obligaciones como líder de una casa noble. Pero pronto descubrirá que la ciudad puede ser más peligrosa que las salvajes llanuras de los Áridos.
El futuro de Scadrial pende de un hilo en la conclusión de la segunda era.
Waxillium Landra lleva años intentando dar caza a la organización conocida como el Grupo. Y cuando Marasi y Wayne encuentran un alijo de armas con destino a la ciudad exterior de Bilming, se abre ante ellos una nueva pista.
Wax descubre un explosivo capaz de desatar una destrucción sin precedentes y comprende que el Grupo ya debe de tenerlo en su poder. Por si fuera poco, un kandra inmortal le revela que Bilming ha caído bajo la influencia de un nuevo dios, Trell. Si nadie da el paso y actúa como el héroe que Scadrial necesita, el planeta y sus millones de habitantes sufrirán una repentina y calamitosa ruina.
Al hablar de El libro de la selva de Rudyard Kipling, todos pensamos inmediatamente en Mougli, el niño criado entre lobos que, bajo la tutela del oso Balú, la pantera Baguira y la pitón Ka, llega a ser «el amo» de la selva de Sioni, en la India. Olvidamos con frecuencia que El libro de la selva en realidad son dos: El libro de la selva (1894) y el Segundo libro de la selva (1895); y que no todas sus historias tienen como protagonista a Mougli, ni ocurren siquiera en la India: «La foca blanca» y «Quiquern» están ambientadas en el Ártico; y, en la India, aparte de a Mougli, tenemos a la astuta mangosta Riki-tiki-tavi, a Tuméi −el muchacho al que le es dado presenciar el legendario baile de los elefantes−, al santón Purun, al reportero que conoce la lengua de los animales y es testigo de una reveladora conversación entre las bestias de carga del Ejército de Su Majestad… Cierto es, por otro lado, que el sueño infantil de ser hermano de todos los animales y de verse libre de todas las restricciones humanas está presente en casi todos los cuentos con un poder cautivador. Mougli, con su repetida afirmación de «Soy un lobo», encarna precisamente ese sueño que los animales saben que, llegado cierto momento, será un conflicto: el niño no podrá pasar toda la vida creyendo que el dinero es «eso que pasa de mano en mano y siempre está frío», que una casa es «una trampa de barro» y una cama «una cosa de madera dura»… pues al final «el hombre vuelve al hombre».
«Cuando se juega al juego de tronos, solo se puede ganar o morir. No hay puntos intermedios.»
En un mundo diferente al nuestro, en el que los veranos y los inviernos duran generaciones, un gran conflicto está a punto de estallar. Robert Baratheon ocupa el Trono de Hierro en el cálido y opulento sur de Poniente. Se lo arrebató tras una sangrienta guerra al último rey loco de la dinastía Targaryen, señores de dragones.
Sin embargo, ahora su poder se ve amenazado: en el norte, el Muro erigido para proteger el reino de las bestias y de los extraños se tambalea. Hace siglos que nadie ve a los caminantes blancos, pero ¿quiénes son entonces esos seres de ojos azules y fríos que se ocultan en las sombras de los bosques y que les arrebatan la vida y la mente a aquellos desafortunados que se cruzan en su camino? El final del verano está próximo, se acerca el invierno y solo un milagro podrá disipar las tinieblas.
«Llegará un día en el que te sientas segura y feliz, y de repente tu alegría se te convertirá en cenizas en la boca, y ese día sabrás que la deuda ha quedado saldada.»
En el cielo sobre los Siete Reinos, que se hallan asolados por una guerra devastadora, aparece un siniestro cometa color sangre. ¿Acaso se trata de otro augurio terrible sobre las catástrofes que están por llegar?
«Llegará un día en el que te sientas segura y feliz, y de repente tu alegría se te convertirá en cenizas en la boca, y ese día sabrás que la deuda ha quedado saldada.»
En el cielo sobre los Siete Reinos, que se hallan asolados por una guerra devastadora, aparece un siniestro cometa color sangre. ¿Acaso se trata de otro augurio terrible sobre las catástrofes que están por llegar?
El verano ha terminado, y cuatro líderes se disputan el Trono de Hierro. Mientras tanto, al otro lado del mar, la orgullosa princesa exiliada Daenerys Targaryen está dispuesta a arriesgarlo todo con tal de recuperar la corona que le pertenece por derecho. Puede que, para ella, el cometa de sangre no sea un mal presagio, sino el heraldo de la venganza.
Y mientras la batalla continúa, al norte, más allá del Muro, las fuerzas oscuras se vuelven cada vez más poderosas.
«Se Acerca el Invierno, anunciaba el lema de los Stark, y sin duda había caído con crueldad sobre ellos.»
El juego de alianzas, traiciones y engaños para hacerse con el Trono de Hierro se vuelve más despiadado tras la muerte del joven rey Renly Baratheon. Aunque la ambición de los que se disputan la victoria no conoce límites, la amenaza más terrible acecha tanto a los cuatro reyes como a un Poniente devastado por el conflicto.
Desde el lejano norte, una horda de bárbaros y gigantes se cierne lentamente sobre los Siete Reinos. Sin embargo, junto al pueblo libre se aproxima un enemigo incluso más estremecedor: los Otros, unos guerreros sobrenaturales que no temen a la muerte porque la conocen muy bien.
La Guardia de la Noche, minada y debilitada, tiene los días contados. Su última esperanza recae sobre los hombros de Jon Nieve, bastardo de Invernalia. Puede que el resultado de la guerra por el poder supremo aún esté por decidirse...