Situada en la China de antes de la Revolución, La buena tierra, novela que se extiende a lo largo de tres generaciones, se centra en las venturas y desventuras del campesino Wang Lung, junto con su silenciosa y determinada esposa O-lan, antigua esclava, y su familia. Reveses, tristezas, alegrías, esperanzas, triunfos y fracasos jalonan de forma inolvidable las páginas de esta obra que retrata las penosas condiciones de vida de los campesinos chinos en medio de una existencia casi medieval revuelta por los aires modernos.
El periodista norteamericano Doug Bock Clark convivió durante tres años en un remoto enclave indonesio con la tribu indígena de los lamaleranos, la única que actualmente sigue pescando cachalotes el animal dentado más grande del mundo solo con métodos tradicionales; los mismos que en el siglo xix habría utilizado el capitán Ahab contra Moby Dick: en barcos de remos y arponeándolos a mano.
Fruto de su experiencia nace este cautivador retrato sobre un grupo que convive en equilibrio con la naturaleza perpetuando una práctica con un fuerte componente ritual y épico, que asiste impotente a la progresiva desaparición de sus costumbres y sustento. El cambio climático, la globalización y las nuevas tecnologías están destruyendo una comunidad en la que la solidaridad, el respeto por la naturaleza y los mayores eran exponentes de una cultura que reflejaba lo mejor del ser humano.
Milagrosamente devuelto a la vida tras un accidente de coche, y tras dos años de estancia en varias casas de salud, Ludovic se repone en la mansión familiar de La Cressonnade, entre la fría indiferencia de sus padres y el desprecio de su esposa, Marie-Laure, quien habría preferido enviudar antes que pasar sus días con un marido desahuciado y sumido en una existencia indolente. Atenazado por la soledad y el miedo a su mujer, la suerte de Ludovic cambia con la visita de Fanny, su bella, inteligente y encantadora suegra que despertará una tormenta de sentimientos incontrolables a su alrededor. Las cuatro esquinas del corazón, la última e inédita novela de Françoise Sagan afortunadamente rescatada del olvido gracias a su hijo (autor del prólogo), posee la misma magia inolvidable de Buenos días, tristeza.
ESTE volumen reúne dos libros fundamentales de Louise Glück (Nueva York, 1943), Premio Nobel de Literatura 2020: Figura descendente (1980) y El triunfo de Aquiles (1985). Si el primero de estos libros toma su título del lenguaje musical para referirse a una suerte de viaje órfico que, según la propia Louise Glück, podría definir toda su obra («mis poemas son verticales, aspiran y ahondan, no se expanden, no explican ni amplifican»), el segundo supone un hito en su trayectoria al recurrir en mayor medida a la máscara de las figuras clásicas y bíblicas que constituirán el hilo vertebrador de sus libros posteriores. Ligados especialmente a la pérdida, a su miedo y reconocimiento (en el amor o en las relaciones familiares), los poemas aluden frecuentemente a un cuerpo que es identidad al tiempo que una carga, en los que la experiencia del hambre y el despojamiento es equiparada por la autora con su proceso de escritura.
He aquí la primera y más fundamental de las obras de Bergson, que contiene ya in nuce toda su singular filosofía. En ella se enfrenta su autor de manera muy nueva con un viejo problema: el del ser o no ser de la libertad del albedrío humano.
Un romance maravilloso en el que el amor verdadero y saludable prevalece sobre las relaciones tóxicas y los tabúes sociales. Abril vive una vida de ensueño, o eso piensa ella. Ha adquirido el pack completo: marido, hijo y deudas en el banco. Cuenta con veinte años de feliz matrimonio junto a su media naranja, Pedro, y con las dos mejores y alocadas amigas que se podría desear: Maura, azafata de vuelos transoceánicos y experta en cruzar meridianos y Susana, abogada de familia con muchas dudas existenciales. De repente, su vida da un vuelco cuando Pedro le anuncia que ha aceptado un puesto de trabajo en Miami. donde ha conocido una nueva ilusión con nombre de mujer. Justo en ese momento comienza el desarrollo personal de la protagonista que, con la ayuda de sus dos fieles amigas, tendrá que encontrar la manera de ser fuerte y seguir adelante. En medio de este caos, Abril conoce a Óscar, un atractivo y maravilloso preparador físico doce años menor que ella. A pesar de su juventud, será el guía que le muestre el camino para vivir desde la gratitud, volviendo a abrir su corazón y despertando de nuevo su apetito sexual. Pero, ¿qué ocurre cuando Pedro se da cuenta de que ha cometido un error y quiere volver a su hogar, dulce hogar?