Un thriller histórico escrito por el autor de Los ríos de color púrpura.
Berlín, vísperas de la Segunda Guerra Mundial. Las despreocupadas esposas de los altos mandatarios del régimen nazi se reúnen para beber champán en el Hotel Adlon. Cuando empiecen a aparecer asesinadas de forma macabra a orillas del río Spree o cerca de los lagos, la policía pondrá el caso en manos de tres individuos singulares: Franz Beewen, un policía brutal y despiadado de la Gestapo; Mina von Hassel, una psiquiatra prestigiosa, y Simon Kraus, el psicoanalista que trataba a las víctimas. Con todo en su contra, este grupo deberá seguir los pasos del Monstruo y destaparán una verdad insospechada. Porque, a menudo, el mal se esconde tras la más inesperada de las fachadas.
Aunque es internacionalmente conocida por su ficción, Ursula K. Le Guin comenzó a escribir poesía en 1959 y nunca dejó de hacerlo. En busca de mi elegía reúne el trabajo de su vida, ofrece una selección de lo mejor de sus seis volúmenes anteriores de poesía y presenta un poderoso grupo de poemas, a la vez terrenales y trascendentes, escritos en la primera década del siglo XXI.
Fruto de más de medio siglo de escritura, los setenta poemas seleccionados y los setenta y siete nuevos abordan temas como la guerra y la creatividad, la maternidad y el mundo natural, y brillan con humor y vívida belleza. Estas conmovedoras obras de arte son un ajuste de cuentas con toda una vida.
En esta novela hay un viejo quiosquero llamado Borges que elucubra sobre la existencia de Dios y tiene extrañas visiones. En una de esas visiones entrevé a una banda de polacos, siete en concreto —acaso como los siete locos de Roberto Arlt—, que son polacos no porque hayan nacido en ese país, sino porque son rubios y de piel blanca en un país de gente de tez morena.
Los siete polacos son siete chavales que, espoleados por la Yesi —la Polaca llamada también la Colorada porque no es rubia, sino pelirroja y la más blanca de todos—, deciden encontrar un objetivo en la vida: hacer el bien, ayudar al prójimo. Acuden entonces a la iglesia del pueblo y convencen al sacerdote —y este al obispo— para que los apoyen en su misión, y empiezan a ser conocidos como los Wojtyla. Pero este cometido, maquinado por la Yesi, oculta un plan secreto y maquiavélico que pretende vengar el motivo que originó el color de su piel y su condición de polaca.
Los Ángeles, 1981. A sus diecisiete años, Bret está a punto de empezar su último curso de secundaria en Buckley junto a su exclusivo y sofisticado grupo de amigos: Thom, Susan y Debbie, novia de Bret, experimentan con el sexo, el alcohol y las drogas mientras aprovechan los últimos días de verano. Pero este sueño paradisiaco se desmorona con la llegada de un nuevo alumno: Robert Mallory es brillante, guapo y carismático, pero algo en él no encaja, y nadie más que Bret parece darse cuenta de que ese algo podría estar relacionado con la aparición del Arrastrero, un asesino en serie que amenaza a los adolescentes de la ciudad y a sus mascotas.
El autor de American Psycho y Menos que cero nos brinda un emocionante y provocador viaje a su yo adolescente, un viaje cargado de un insaciable deseo sexual y de celos, obsesión y rabia asesina. Los destrozos es una absorbente historia sobre la pérdida de la inocencia y el complicado paso a la vida adulta, y también un vívido y nostálgico retrato de la década de los ochenta.
Neil, el narrador, es un hombre de mediana edad al que no le ha ido demasiado bien ni en lo personal ni en lo profesional. Si hay algo que recuerda con entusiasmo son las clases de Cultura y Civilización que recibió de una profesora excepcional: Elizabeth Finch. Inteligente e inalcanzable, llena de elegancia, esta mujer admiradora del mundo clásico consideraba que el mundo había tomado el camino equivocado el día en que el Imperio romano decidió abrazar el monoteísmo cristiano. Por eso su héroe era el último emperador pagano: Juliano el Apóstata. Cuando dejó de ser su alumno, Neil mantuvo el contacto con Elizabeth, y comían juntos periódicamente. Ahora la maestra admirada ha muerto, y su antiguo discípulo emprende una doble tarea: escribir un ensayo sobre Juliano a partir de las notas y preguntas que ella dejó, e indagar en la biografía de esa mujer enigmática a través de los cuadernos que le ha legado y del testimonio que le brinda su hermano, tan diferente a ella. ¿Quién fue en realidad la elusiva y fascinante Elizabeth Finch? ¿Qué misterios escondía su personalidad? ¿Dónde termina la admiración y empieza el amor? ¿Qué podemos aprender de la historia y la cultura? ¿Qué es lo que da sentido a nuestras vidas? Jugando una vez más con los géneros y sus límites, Julian Barnes ha escrito una novela que es también una elucubración filosófica y una reconstrucción biográfica a través de la cual homenajea, de forma más o menos velada, a una queridísima amiga, una escritora inglesa fallecida hace unos años.
Enamórate de Lily y Lo en este rompedor romance para adultos ambientado en un mundo de lujo, fama, hombres de ensueño y amistades que lo pueden cambiar todo.
Nadie sospecharía cuál es el mayor secreto de la tímida Lily Calloway. Mientras los demás bailan en los bares de universitarios, Lily se queda en el baño... Para acostarse con hombres. Sus compulsiones la empujan hacia los rollos de una noche, los encuentros más tórridosy otros momentos de los que luego se arrepiente. Y resulta que la única persona que conoce su secreto también tiene uno.
La mejor amiga de Loren Hale es su botella de bourbon, aunque Lily tiene un reñido segundo puesto. Hace tres años que fingen salir juntos para esconder sus adicciones a sus familias. Son unos maestros en el arte de esconder petacas y chicos sin nombre que entran y salen de su apartamento.
Sin embargo, mientras se hunden bajo el peso de sus adicciones, se aferran aún con más fuerza a su relación destructiva y se preguntan si construir una vida juntos, de verdad, será mejor que la mentira. Familia y desconocidos empiezan a penetrar en sus aisladas vidas y, con estos nuevos desafíos, se dan cuenta de que tal vez no solo sean adictos al alcohol y el sexo. Es posible que el verdadero vicio de cada uno sea el otro.