El cuarto y último volumen delDiariose inicia con una Francia en guerra. Siguen años de zozobras nacionales y personales. André Gide decide dar un paso al costado de la vida pública regida por la ocupación y, durante el conflicto, retirarse a vivir en la Costa Azul, Túnez y Argelia, lugares en los que se vuelve patente su aislamiento. Con la liberación, puede volver a París, pero le cuesta encontrar su sitio en un ambiente intelectual sumamente politizado y polarizado. Más que nunca, la escritura íntima es un refugio, el contrapunto privado de galardones públicos como el doctorado honorífico otorgado por la Universidad de Oxford y el Premio Nobel.
Diez mil años antes del nacimiento de Paul Atreides, del derrocamiento de un imperio, los últimos humanos libres se rebelaron contra el dominio de las poderosas máquinas que los habían esclavizado. En Dune, la Yihad Butleriana se revela la historia de Serena Butler, la mujer que prendió la llama de esa rebelión. Se destapa la traición que convertiría en enemigos mortales a la Casa Atreides y la Casa Harkonnen. Se desvelan los orígenes de la hermandad Bene Gesserit, de los doctores Suk, de la Orden de los Mentat y la Cofradía Espacial. Y aparece un planeta olvidado, Arrakis, donde acaba de descubrirse la melange, la especia que puede cambiar el destino de miles de planetas.
Nacida en una familia católica y burguesa que no espera de ella sino que se convierta en una «joven formal», contra la que se irá rebelando a medida que madura, Simone de Beauvoir relata en Memorias de una joven formal su despertar al hábito de lectura y de escritura, la relación cercana con su familia y su entrañable amiga Zara, junto con la situación de Francia tras la Primera Guerra Mundial y los estragos que ésta provocó en su hogar y en su país. Con todo, poco a poco, la niña que fue Beauvoir nos cuenta quién fue, pero también, y sobre todo, la época en la que vivió, en sus aspectos sociales, culturales y políticos. Una pequeña joya autobiográfica, sin lugar a dudas. Beauvoir marcó un antes y un después en la literatura femenina y el feminismo en el siglo xx, y está considerada como una autora fundamental en este siglo.
El detective de la policía de Chicago Sam Porter investiga el caso de un hombre atropellado, pues los indicios en la escena del crimen apuntan a que se trata de El Cuarto Mono, un asesino en serie que ha estado aterrorizando la ciudad. Su modus operandi consistía en enviar tres cajas blancas a los padres de las víctimas que secuestra y mata: una primera con una oreja, una segunda con los dos ojos, y otra con la lengua; y finalmente dejar abandonado el cuerpo sin vida en algún lugar.
El hombre atropellado llevaba una de esas cajas blancas. Se inicia así una frenética carrera contrarreloj para averiguar dónde se encuentra encerrada la próxima víctima.
Un hombre parado ante un semáforo en rojo se queda ciego súbitamente. Es el primer caso de una «ceguera blanca» que luego se propaga de manera fulminante. Internados en cuarentena o perdidos en la ciudad, los ciegos tendrán que enfrentarse a lo más primitivo de la naturaleza humana: la voluntad de sobrevivir a toda costa.
Con esas premisas, José Saramago traza una imagen aterradora y conmovedora de los tiempos de crisis. También, en el cruce de la literatura y la sabiduría, nos exhorta a los lectores a cerrar los ojos y ver más allá de las evidencias. Recuperar la lucidez y rescatar el afecto son dos propuestas fundamentales de una novela que es, además, una reflexión sobre la ética del amor y la solidaridad.
La novela describe un mundo en el que finalmente se han cumplido los peores vaticinios del capitalismo: triunfan los dioses del consumo y la comodidad, y el orbe se divide en diez zonas en apariencia seguras y estables. Sin embargo, se han sacrificado valores humanos esenciales, y los habitantes se crean in vitro con una tecnica concebida a imagen y semejanza de una cadena de montaje.