Alba y Miguel son un matrimonio destrozado tras haber perdido a lo que más querían: su hija.
El dolor y la culpa han conseguido que ya no mantengan ninguna relación, ni física ni emocional; de hecho, apenas se dirigen la palabra. Son dos extraños que comparten lo único que les une a día de hoy, la casa en la que viven. Pero sus vidas dan un vuelco cuando se ven implicados en el asesinato de un hombre con el que Alba tuvo un affaire.
¿Cómo explicarle a Miranda Delgado, la inspectora de Homicidios encargada del caso, que la verdadera asesina lleva años muerta? ¿Cómo convencerla de que cese en la búsqueda de un culpable cuando la víctima podría haberla puesto tras la pista para encontrar vivo a su propio hijo?
Esta es la historia de tres mujeres que lo han perdido todo.
Incluso el miedo.
Por eso son tan peligrosas.
Esta es la historia de una venganza imposible, sin ninguna posibilidad de éxito.
Esta es la historia de tres mujeres que se atreven a hacer lo que los demás sólo nos atrevemos a imaginar.
Algo muy poderoso está a punto de ocurrir.
Y nada volverá a ser igual.
SIEMPRE GANAN LOS MISMOS.
ES HORA DE CAMBIAR LAS REGLAS.
Si hay algo que Bast sabe hacer es negociar. Verlo hacer un trato es ver trabajar a un artista..., pero incluso el pincel de un maestro puede errar. Sin embargo, cuando recibe un regalo y lo acepta sin ofrecer nada a cambio, su mundo se tambalea. Pues, aunque sabe regatear, no sabe deberle nada a nadie.
Desde el amanecer a la medianoche, durante el transcurso de un día, seguiremos al fata más encantador de la Crónica del Asesino de Reyes mientras baila con el peligro una y otra vez con asombrosa gracilidad.
El estrecho sendero entre deseos es la historia de Bast. En ella, nuestro protagonista sigue a su propio corazón, aunque sea en contra de su buen juicio. Porque, al fin y al cabo, ¿de qué sirve la cautela si lo mantiene a uno alejado de la aventura y del placer?
Tras el éxito de El tablero de la reina, Luis Zueco nos sumerge de nuevo en un periodo clave de la historia de España, el final del reinado de Isabel la Católica.
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Año 1496. Tras conseguir la unión de Castilla y Aragón, conquistar Granada y las Islas Canarias, Isabel la Católica se encuentra en los años finales de su vida, pero también en los que ostenta más poder. Un poder y un legado que no está dispuesta a perder, ni siquiera después su muerte.
«Luis Zueco está en el Olimpo de la novela histórica española».20 minutos
Luis Zueco, autor de El cirujano de almas y El mercader de libros, firma su novela más ambiciosa, llena de emoción e intriga, y nos sumerge en la Corte de Isabel I de Castilla, cuando la reina, tanto en el juego como en la Historia, se convirtió por primera vez en la figura más poderosa.
Año 1468. Castilla se encuentra en un momento crucial de su historia. Alfonso de Trastámara ha muerto en sospechosas circunstancias y Enrique IV se alza como rey obligando a su hermanastra Isabel, la única que podría oponerse a sus planes, a firmar la paz. Ella acepta, pues está destinada a convertirse en Isabel la Católica y sabe que las grandes partidas no se ganan en el primer movimiento.
Mientras los asuntos de la Corte mantienen al reino en vilo, el misterioso asesinato de un noble une fortuitamente a Gadea, una joven apasionada del ajedrez que esconde un oscuro pasado, y a Ruy, un cronista amante de la Historia y los libros. La peligrosa carrera a contrarreloj de ambos para descubrir al culpable se entrelaza con las conspiraciones y las guerras de la Corte de Isabel, quien bajo su mandato supo moverse como una maestra en el tablero y transformó para siempre la figura de la reina en el ajedrez.
Todos los poemas me salen amarillos», escribe Marta Sanz en uno de los versos de este libro. Y es que el amarillo es, aquí, un color último, definitivo, de una acidez que se identifica con un nervioso sentido del humor. Funciona al mismo tiempo como origen y como frontera de todas las cosas que suceden en esta vida: el filo preciso entre la claridad y la tiniebla. Porque estos poemas nacen del fulgor de un destello, y con amarillenta calidez se dirigen a un futuro que languidece; pero no tienen miedo, porque han comprendido que toda luz que brilla es siempre devorada, que todo lo que ilumina es a su vez consumido.
Los versos se extienden como un delicado manto sobre el paisaje de lo cotidiano, cruzan las carreteras de una geografía íntima atravesada por la enfermedad, el deseo, la memoria, el final. El cuerpo se convierte en una elegía del paso del tiempo, un encefalograma en el que se registra cada marca, cada afrenta. Amarilla es, por encima de todo, una política de lo íntimo y una intimidad al descubierto, lanzada al mundo.