La historia de amor entre la joven Alma Velasco y el jardinero japones Ichimei conduce al lector por un recorrido a traves de diversos escenarios que van desde la Polonia de la Segunda Guerra Mundial hasta el San Francisco de nuestros días.
"A los veintidós años, sospechando que tenían el tiempo contado, Ichimei y Alma se atragantaron de amor para consumirlo entero, pero mientras más intentaban agotarlo, más imprudente era el deseo, y quien diga que todo fuego se apaga solo tarde o temprano, se equivoca: hay pasiones que son incendios hasta que las ahoga el destino de un zarpazo y aun así quedan brasas calientes listas para arder apenas se les da oxígeno."
«Soy Maya Vidal, diecinueve años, sexo femenino, soltera, sin un enamorado, por falta de oportunidades y no por quisquillosa, nacida en Berkeley, California, pasaporte estadounidense, temporalmente refugiada en una isla al sur del mundo. Me pusieron Maya porque a mi Nini le atrae la India y a mis padres no se les ocurrió otro nombre, aunque tuvieron nueve meses para pensarlo. En hindi, maya significa "hechizo, ilusión, sueño". Nada que ver con mi carácter. Atila me calzaría mejor, porque donde pongo el pie no sale más pasto.»
«Esta Maya me ha hecho sufrir más que ningún otro de mis personajes. En algunas escenas le habría dado unas cachetadas para hacerla entrar en razón, y en otras la habría envuelto en un apretado abrazo para protegerla del mundo y de su propio corazón atolondrado.»
«Nada traiciona, tanto tiempo después, la mujer que desde hace dos años vive sola junto al mar con un perro y unos libros. Qué otra cosa, decide, sería el impulso, o el deseo, de permanecer abrazada a ese hombre para siempre. Ignora qué habrá en su cabeza dentro de un par de horas, cuando la claridad del día la despeje del todo e ilumine con más crudeza su conciencia. Lo cierto es que en este momento, sin duda alguna, desearía morir si él muriera».
En los años 1942 y 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, buzos de combate italianos hundieron o dañaron catorce barcos aliados en Gibraltar y la bahía de Algeciras. En esta novela, inspirada en hechos reales, sólo algunos personajes y situaciones son imaginarios.
¡MAGISTRAL! ¡IMPRESCINDIBLE! ¡UN AUTÉNTICO BEST-SELLER!
A finales del siglo III a. C., Roma se encontraba al borde de la destrucción total, a punto de ser aniquilada por los ejércitos cartagineses al mando de uno de los mejores estrategas militares de todos los tiempos: Aníbal. Su alianza con Filipo V de Macedonia, que pretendía la aniquilación de Roma como Estado y el reparto del mundo conocido entre las potencias de Cartago y Macedonia, constituía una fuerza imparable que, de haber conseguido sus objetivos, habría determinado para siempre el devenir de Occidente.
Pero el azar y la fortuna intervinieron para que las cosas fueran de otro modo. Pocos años antes del estallido del más cruento conflicto bélico que se hubiera vivido en Roma, nació un niño que estaba destinado a cambiar el curso de la historia: Publio Cornelio Escipión.
Tras perder la guerra contra Titán, la Tierra ha quedado cubierta de radiación y la mayor parte de la población superviviente es estéril. Las babosas alienígenas que gobiernan el planeta obligan a los humanos a participar en un juego complejo e interminable en el que se apuestan dos activos muy importantes: tierras y esposas. Pete Garden acaba de perder a Freya y el territorio de Berkeley, en California, pero tiene un plan para recuperarlo todo. Si no se lo impiden los aliens, los traidores psíquicos o su nueva mujer.
Los jugadores de Titán es tanto una sátira como una aventura, un libro en el que se examinan los vínculos que unen a las personas y los exasperantes pecados veniales de los burócratas, ya sean éstos humanos o babosas alienígenas.
En el planeta Eltanin, una colonia de terráqueos de la Liga Planetaria está al borde de la extinción debido a las duras condiciones de vida del planeta y a una amenaza inesperada. No tienen otros vecinos que los nómadas primitivos, que, aunque temen a los terrestres, se instalan en las cercanías de la colonia durante los crueles inviernos que duran quince años.
En el invierno que se avecina, un riesto hasta ahora desconocido se cierne sobre todos ellos. Las hordas bárbaras del norte, los criminales espectros de la nieve, se acercan a la colonia, y si los terrestres no se unen a los nómadas, superando seis siglos de desconfianzas, éste puede ser el último invierno para todos ellos.