«Morrison ha encontrado una voz y un estilo puro y directo... ha desvelado las formas en las que la violencia se trenza con la pasión para redimir un pasado que vuelve y duele.» Michiko Kakutani, The New York Times
Un amigo destrozado por la metralla, un hombre que pide clemencia, una niña que asoma entre la basura... Hay imágenes que explotan en la mente de Frank Money, un veterano de la guerra de Corea que vuelve a Estados Unidos en busca de olvido. Las heridas de Frank no son solo físicas: su patria es racista, su familia ha acumulado mucho odio y el regreso parece un camino hacia el infierno. Viaja a Georgia para rescatar a su hermana Cee, casada con un chulo que la abandonó y empleada en casa de un médico sin escrúpulos. Esta determinación es lo que llevará a Frank a asumir sus culpas y saldar cuentas con lo que fue su vida.
Beloved y Jazz.
TONI MORRISON es una de las grandes figuras de la literatura actual. Suyos son los mayores galardones, desde el Pulitzer hasta el Premio Nobel, que la academia sueca le otorgó en 1993. Entre sus obras más conocidas destacan La canción de Salomón,
Traducción de Amado Diéguez
Sentado junto a una ventana con vistas a un lago cuyas aguas indefinidas, letárgicas, pusilánimes e indecisas le parecen fiel imagen de aquellos que, esperando su muerte, lo rodean en su retiro, el juez Casaldáliga ya no recuerda aquella frase que su padre le repetía de niño una y otra vez: «Has de tener bien presente que un hombre no es nada sin un destino». Un destino inconfundible y nítido que él buscó, empecinado, durante mucho tiempo, hasta que, en 1939, al regresar a su país después de un exilio de tres años en Lisboa, vio claro que el final de una guerra cuyas consecuencias ni le interesaban ni le importaban, le brindaba sin embargo una oportunidad para decidir no sólo su destino, sino también el de sus semejantes. El siglo (1983), una novela que se adentra en los mecanismos de la delación y la supervivencia, del dominio y la traición de los semejantes fue, durante mucho tiempo, una de las preferidas de su autor.
Estados Unidos de la Tierra, Madrid, 2019. Aumentan las muertes de replicantes que enloquecen de repente. La detective Bruna Husky es contratada para descubrir qué hay detrás de esta locura colectiva. Mientras, un anónimo transforma el archivo de documentación de la Tierra para modificar la Historia de la humanidad.
Husky se ve en una trama mundial, y se enfrenta a la sospecha de traición de sus aliados, con la sola compañía de unos seres marginales capaces de conservar la razón y la ternura.
Sputnik, mi amor: Del mismo modo en que, en el viaje del satélite ruso Sputnik, la perra Laika giraba alrededor de la Tierra y dirigía su atónita mirada hacia el espacio infinito, en Tokio tres personajes se buscan desesperadamente intentando romper el eterno viaje circular de la soledad. El narrador, un joven profesor de primaria, está enamorado de Sumiré; pero ella, quien se considera la última rebelde, tiene una única obsesión: ser novelista. Sumiré conocerá a Myü, una mujer casada de mediana edad tan hermosa como enigmática, y juntas emprenderán un viaje por Europa tras el que nada volverá a ser igual.
Día 1 de octubre: Dios está en los cielos, la bolsa está a 10.140, la mayoría de los vuelos llegan a tiempo y Clayton Riddell, un artista de Maine, casi salta de alegría por Boylston Street, en Boston. Acaba de firmar un contrato para ilustrar un cómic que le permitirá mantener a su familia con su arte en vez de tener que dar clases. Ya ha comprado un regalo a su sufrida mujer y tiene claro lo que va a regalar a su hijo Johnny. ¿Por qué no también algo para sí mismo? Clay presiente que las cosas van a ir mejor, pero bruscamente se trastorna todo: se produce una devastación masiva, causada por un fenómeno que más adelante llamarán El Pulso, que se reproduce a través del teléfono móvil. De todos los teléfonos móviles. Clay, junto a unos cuantos supervivientes desesperados, es arrojado a una edad oscura, rodeados por el caos, la hecatombe y una masa humana degradada a su estado más primitivo.
Esta novela fascinante, absorbente y cruel no solo hace la pregunta «¿Me oyes?», sino que también responde, y de una forma muy, muy inquietante.
Olga, a las puertas de la muerte, explica a su nieta la manera de conseguir que cada camino que tomemos en la vida esté guiado por nuestro corazón, y que cada traspié que demos pueda mitigarse luchando con valentía contra el azar.