También yo quería entrar en el mundo real, y por un momento lo logré. Los dos caballos salvajes que estaban frente al Chevrolet Avalanche se pusieron a girar como en un carrusel, y con ellos el de Cornelie, el caballo negro de Franquito y otros caballos que formaban parte de mi pasado. Pensé -solo por un momento, ya lo he dicho- que aquella era la imagen de mi vida, y que me sería fácil poner junto a los caballos, o en su lugar, criaturas humanas: la mujer que leía Reader's Digest, el hombre que en el hospital se sentía enjaulado como un mono, José Francisco, Didi, Adrián, L., yo mismo, Ángela, Izaskun, Sara... Una vuelta, dos vueltas, tres, cuatro, y así hasta que el carrusel se parase. Pero ¿dónde estaba el centro? ¿Dónde el eje en torno al cual giraba todo?»
Las guerreras Maxwell 7
Carolina Campbell es la pequeña de la familia. A diferencia de sus hermanas y hermanos, que cumplen la voluntad de sus padres, ella es más inquieta. Su carácter independiente y retador espanta a todos los hombres que se le acercan. Peter McGregor, un guapo y joven highlander con un excelente sentido del humor, se dedica a la cría de caballos junto con sus amigos Aidan y Harald. Los Campbell y los McGregor se odian desde hace años por algo que ocurrió entre sus antepasados y que llevó a los McGregor a entregarles unas tierras que Peter está dispuesto a recuperar a toda costa. Y la oportunidad le llega de sopetón cuando Carolina, intentando salir airosa de un problema y sin apenas conocer a Peter, le ofrece las tierras que desea a cambio de que se case con ella. En un principio Peter se niega. ¿Acaso aquella Campbell se ha vuelto loca? Al final, viendo que de este modo recuperará las propiedades que su padre tanto ansía, termina aceptando el enlace para un año y un día con Carolina. Pasado ese tiempo no renovará los votos matrimoniales: volverá a ser un hombre libre y con las tierras en su poder. Pero ¿qué pasará si durante ese año se enamoran?
Tras haber desenmascarado al asesino de la quiche letal, la fortuna parece sonreír a Agatha Raisin. Aceptada por la pintoresca comunidad de Carsely, y felizmente acompañada de sus dos gatos, su vida transcurre sin otro objetivo que doblegar la indiferencia de James Lacey, militar jubilado por el que Agatha siente verdadera devoción.
Un interés que parece evaporarse cuando aparece en escena Paul Bladen, el nuevo veterinario del pueblo, que no se muestra ajeno a sus encantos. Sin embargo, el hombre sucumbe a una inyección destinada a un caballo de carreras, y aunque todo apunta a un accidente, Agatha cree que se trata de un crimen. Ante la sorpresa de los lugareños, el coronel Lacey comparte, por una vez, la hipótesis de su tenaz vecina, hasta el punto de embarcarse con ella en una investigación mucho más peligrosa de lo que ambos habrían podido imaginar.
A VECES TU LUGAR EN EL MUNDO NO ES UN «DÓNDE» SINO UN «QUIÉN».
Adalyn Reyes siempre ha estado centrada en los Miami Flames. Sin embargo, su impecable carrera se ve afectada cuando el vídeo de un altercado con la mascota del equipo se hace viral. En consecuencia, el dueño del club (que casualmente es también su padre) la manda a un pueblo en mitad de la nada para que reflote el equipo de fútbol local. Adalyn está dispuesta a dejarse la piel para conseguirlo, pero no contaba con que sus jugadores serían un grupo de niñas de nueve años con tutú y una cabra como mascota.
Además, Cameron Caldani, exportero y leyenda del fútbol, también se encuentra en el pueblo, aunque su presencia allí es todo un misterio. Cam es el candidato perfecto para ayudarla, pero después de un primer encuentro un tanto accidentado (quien dice «accidentado» dice «lo atropellé con el coche»), en los planes del futbolista de élite solo cabe deshacerse de ella cueste lo que cueste. Sin embargo, marcharse no es una posibilidad para Adalyn, que no descansará hasta recuperar su antigua vida. Con o sin la ayuda de Cam.
¿TE ATREVES A JUGARTE EL CORAZÓN?
Una obra insólita, auténtico estímulo para la lectura y uno de los grandes fenómenos de la edición francesa.
Pennac, profesor de literatura en un instituto, se propone una tarea tan simple como necesaria en nuestros días: que el adolescente pierda el miedo a la lectura, que lea por placer, que se embarque en un libro como en una aventura personal y libremente elegida. Todo ello escrito como un monólogo desenfadado, de una alegría y entusiasmo contagiosos: «En realidad, no es un libro de reflexión sobre la lectura», dice el autor, «sino una tentativa de reconciliación con el libro».
Este antimanual de literatura concluye con un decálogo no de los deberes, sino de los derechos imprescriptibles del lector (derecho a no terminar un libro, a releer... incluso a no leer).
«Pennac demuestra que se pueden escribir ensayos evitando toda jerga y toda pedantería» (Jacques Nerson, Le Figaro).
En el año 1944 los aliados preparan en secreto una de las mayores operaciones militares de la historia: la invasión de la Europa ocupada por los nazis.
Henry Faber, espía alemán, descubre que el desembarco se efectuará en Normadía e intenta llevar la noticia al Alto Mando alemán, pero nunca llegará a su destino...