Imaginen por un momento una mesa bien dispuesta, con platos de loza blanca llenos de comida exquisita. Imaginen unas judías verdes condimentadas con mantequilla fundida, el olor embriagador de unos pimientos asados y la textura de un Strudel de manzana recién horneado. Al levantar la vista encontrarán a diez mujeres jóvenes y famélicas. Estamos en el cuartel general de Hitler y corre el año 1943; la guerra causa estragos, pero ellas están aquí y tienen hambre. Lo que pueda pasar después poco importa... «¡Comed!», ordenan los soldados de la SS: ellas son las catadoras del Führer y tendrán que aguardar una hora hasta que los guardias descarten que las viandas están envenenadas. En el ambiente turbio de este banquete perverso, que siempre puede ser el último, las jóvenes y los militares del cuartel trenzan alianzas insólitas. Pero ¿acaso hay algo insólito cuando vivimos al límite? Inspirándose en la historia real de Margot Wölk, catadora de Hitler, Rosella Postorino atraviesa el laberinto del deseo para contarnos la historia de Rosa Sauer, una joven que se aferra a su afán por saborearlo todo, incluido el sexo prohibido, mientras espera a un marido que no regresa: una mujer con ganas de sentirse viva.
En la campiña holandesa, en un pueblo donde nunca pasa ni nadie, un veterinario rural cumple con otra visita rutinaria a la granja vecina. Es el inicio de un verano asfixiante en el que corren rumores de una enfermedad bovina que se extiende por la zona, pero él solo tiene ojos para la hija pequeña del ganadero, que pasa los días de vacaciones jugando en la casa familiar. Nadie sospecharía lo mucho que ambos pueden tener en común, la sensibilidad y el dolor que conecta sus destinos. Nadie excepto él, que sabe que, desde ese momento, su vida solo existe a su lado.
Hay grandes historias en la literatura, igual que hay grandes voces. Rijneveld pone la suya, que ya le valió el Booker International con su primer libro La inquietud de la noche, al servicio de una de estas: la reinterpretación de Lolita, la historia que definió qué consideramos amor.
La esperada primera novela de Tamara Tenenbaum, un coming of age tan personal como generacional sobre el despertar a la vida adulta de una joven millennial.
Todas nuestras maldiciones se cumplieron narra el tránsito de la infancia a la madurez de una chica que creció en una comunidad judía ortodoxa hasta que, una mañana de invierno, cuando apenas contaba con 5 años, una bomba se llevó la vida de su padre e hizo estallar todas sus certezas. Sin una figura paterna, la protagonista crece en un ambiente dominado por mujeres fuertes, lo que le dará la determinación necesaria para cuestionar los mandatos religiosos que la rodean y las limitaciones impuestas por su género.
Tamara Tenenbaum narra una historia personal que es también generacional, atravesada por una tensión latente que moldea todos los vínculos. Mediante un estilo seco, irónico, con destellos inteligentes de humor, la autora describe el clima de su infancia y su adolescencia dentro de la ortodoxia y su ruptura simbólica y real en busca de horizontes menos asfixiantes. Esa búsqueda traerá la promesa de la libertad sexual y del amor, pero también el desconcierto, la inadecuación a un mundo que ya no viene diseñado de antemano.
Los protagonistas de Encuentros fugaces con el Che Guevara son estadounidenses incautos o bienintencionados que, de paso por Sierra Leona, Colombia o Haití, se ven repentinamente atrapados en la vorágine de las convulsiones políticas o sociales del entorno, con resultados a veces desastrosos, a veces desternillantes. Un ornitólogo secuestrado por la guerrilla colombiana se solidariza con la causa política de sus captores, hasta que repara en cuánto se parece la Revolución a un gran negocio. Una cooperante internacional desencantada hace un pacto fáustico por el que se convierte en contrabandista de diamantes en aras del bien común. La esposa de un oficial de las Fuerzas Especiales ha de enfrentarse a una diosa vudú haitiana con la que su marido mantiene una relación no del todo espiritual. Con un ritmo magistral y un enorme sentido del absurdo, cada uno de los ocho relatos de este libro es una aventura impregnada de esa embriagadora mezcla de tragedia y peligro, emoción y esperanza que caracteriza a las sociedades en trasformación. Primera obra de Ben Fountain, a quien la crítica ha comparado con autores de la talla de Evelyn Waugh y Graham Greene, Encuentros fugaces con el Che Guevara muestra con inteligencia cómo el factor humano sirve de conexión entre mundos aparentemente irreconciliables, convirtiendo lo extraño en familiar y lo familiar en extraño.
Una de las series más originales de los últimos tiempos.
Los años de lucha contra el crimen y el dolor por la muerte de su hija Koshi han hecho mella en Yeruldelgger. Encerrado en un misticismo a ultranza, hace cuatro meses que el incorruptible comisario ha abandonado la policía de Ulán Bator y ha plantado su yurta en el desierto de Gobi, donde, gracias al silencio y la belleza del lugar, espera reencontrarse con las tradiciones ancestrales y recuperar la paz espiritual. Pero su retiro durará muy poco: contra su voluntad, dos jinetes extraños lo empujarán a la acción, y Yeruldelgger se verá envuelto así en un fuego cruzado entre mercenarios pagados por voraces compañías mineras, políticos inmorales, policías corruptos y jóvenes seguidores del juramento de Gengis Kan.
Una maraña sangrienta en una Mongolia destripada por las excavadoras de las multinacionales, expoliada por las ansias de los especuladores y arruinada por la venalidad de sus dirigentes, y de la que Yeruldelgger, siempre fiel a sus ideales, no saldrá indemne.
Tras el éxito de las dos primeras entregas, con más de medio millón de lectores adictos a las hazañas del famoso comisario de Mongolia, Yeruldelgger. La muerte nómada pone un final dramático a una de las series más originales de los últimos tiempos y supone el adiós de uno de los personajes más inolvidables de la novela negra.
Érase una vez un teatro de variedades que estuvo abierto en el paseo marítimo de Brighton durante los veranos de los años cincuenta. Allí actuaba Jack, el maestro de ceremonias, un oportunista experto con múltiples recursos, que cantaba, bailaba y contaba chistes malos. Tambien estaba Ronnie, un mago capaz de crear toda clase de ilusiones. Y Evie, la encantadora ayudante a la que el mago atravesaba con espadas y partía en dos con un serrucho. Bueno, aquí estamos es la historia de un triángulo tan aparentemente clásico como profundamente inusual que no tarda en complicarse cuando el microscopio de Swift se pone a analizar motivos, comportamientos, antecedentes biográficos, causas, consecuencias, incluso posibilidades. ¿Que pudo pensar Ronnie cuando a los ocho años fue enviado fuera de Londres para estar a salvo de los bombardeos alemanes? ¿Quien era el misterioso jardinero de Evergrene? ¿Quien enseñó magia al maestro de Ronnie? La madre de Ronnie fregaba escaleras en el East End de Londres, su padre era un marinero errante, pero ¿quienes eran los padres de Evie y los de Jack? ¿Que callaba Jack cuando abandonó