En los cuadernos en octavo y en los diarios de Franz Kafka existe una gran variedad de textos dispersos, pensamientos condensados que fueron designados por el mismo autor como aforismos o que han sido considerados como tales en las diferentes ediciones de la obra del autor y, sobre todo, en la edición crítica y canónica que la editorial S. Fischer viene publicando desde 1982 y que es la que recoge la biblioteca Kafka en DeBols!llo.
Este volumen, editado por Ignacio Echevarría y Jordi Llovet, ofrece al lector un cuidado compendio de aforismos que incluye, además del «Legajo de los aforismos» (1918), una serie de textos espigados de los cuadernos y legajos póstumos (1916 a 1923) y de los diarios (1920-1921). Una recopilación inédita que nos habla del hombre, de las dificultades del artista, de sus miedos más profundos y de la vigencia de sus lecciones.
En una panadería de Ugarte, en el País Vasco, un niño que un verano ha regresado sin habla de un internado en el sur de Francia recupera las palabras gracias a su amistad con dos hermanos gemelos y a algo extraño que descubren los tres en las aguas del canal que baja de la montaña. La dictadura franquista está llegando a sus últimos días. Todo está cambiando en Ugarte y también en el cuartel de El Pardo donde, poco antes, Eliseo, Donato, Celso y Caloco intentan adiestrar una urraca y burlar el coto de caza reservado a los poderosos. La de ellos fue también una historia de amistad, con sus dosis justas de inconsciencia, rebeldía y tragedia.
Años más tarde, las huelgas alentadas por los sindicatos hacen temblar la industria minera de Ugarte. Son ya los turbulentos ochenta, y Eliseo y los gemelos se ven envueltos en una trama de venganza, urdida por el ingeniero Antoine, que parece propia del género negro. El tiempo pasa rápido y transforma todo lo de fuera: llega la música, la televisión con sus realities, el correo electrónico, aunque en el interior de los protagonistas de esta historia se mantienen intactos los silencios, los secretos, las amenazas... No es más que la vida, que discurre como hilos de agua entre las piedras. Pero avanza.
También yo quería entrar en el mundo real, y por un momento lo logré. Los dos caballos salvajes que estaban frente al Chevrolet Avalanche se pusieron a girar como en un carrusel, y con ellos el de Cornelie, el caballo negro de Franquito y otros caballos que formaban parte de mi pasado. Pensé -solo por un momento, ya lo he dicho- que aquella era la imagen de mi vida, y que me sería fácil poner junto a los caballos, o en su lugar, criaturas humanas: la mujer que leía Reader's Digest, el hombre que en el hospital se sentía enjaulado como un mono, José Francisco, Didi, Adrián, L., yo mismo, Ángela, Izaskun, Sara... Una vuelta, dos vueltas, tres, cuatro, y así hasta que el carrusel se parase. Pero ¿dónde estaba el centro? ¿Dónde el eje en torno al cual giraba todo?»
La diferencia entre las incisiones antiguas y las nuevas se borrará con el tiempo y sólo quedará, sobre la corteza, una única inscripción, un libro con un mensaje principal: Aquí estuvieron dos amigos, dos hermanos.»
El hijo del acordeonista recorre, como si se tratara de un mosaico hecho con distintos tiempos, lugares y estilos, la historia de dos amigos: Joseba y David. Desde los años treinta hasta finales del siglo XX, desde Obaba hasta California, de la infancia en la escuela a los infiernos de la guerra y de la violencia, el autor aborda de forma valiente el tema de la memoria, la nostalgia, la amistad y también de la tristeza del que deja su tierra sabiendo que no volverá. Y en el centro de las múltiples ramificaciones de este relato, la única posibilidad de salvación frente a las circunstancias más dramáticas: el amor.
Una estrella de la NFL. Una chica llena de sueños. Un matrimonio fingido.
Troy Carson es la estrella de los Cowboys de Dallas. Guapo. Arrogante. Vive su vida exactamente como quiere.
Maya Smith es una chica normal con una vida normal, pero piensa cumplir todos sus sueños.
Ellos ya se conocen, hace mucho que decidieron odiarse, aunque todo puede dar un giro de ciento ochenta grados sin que ni siquiera sean capaces de verlo venir.
Pasar tiempo juntos. Compartir casa. Fingir que quieres a alguien, que lo deseas, que estás enamorada…, y ¿en qué momento has dejado de fingir?
Isolda vive encerrada en un castillo extraño y fascinante al mismo tiempo, tan ajeno a la ciudad de Medellín en la que se sitúa como singulares son sus habitantes y la vida que llevan. La atmósfera de irrealidad que se respira resulta opresiva para la adolescente, que encuentra en el bosque que lo rodea la única tregua posible a su soledad.
Pero las amenazas invisibles del mundo de afuera se cuelan silenciosamente entre las ramas de los árboles cercanos al castillo. Con un perfecto manejo de la tensión, Jorge Franco construye en esta novela un cuento de hadas con tintes tenebrosos que acaba convirtiéndose en la historia desquiciada de un secuestro.