«El ruido de las olas. Los botes meciéndose a lo lejos. El mar es una cosa seria».
Mediados del siglo . En el norte de Chile, un niño aprende a nadar en las aguas del río Loa junto a sus amigos. Posee una destreza y una resistencia respiratoria inusuales que lo llevan a convertirse en buzo pescador en una pequeña caleta, donde comparte faenas con los boteros y aprende a sortear las dificultades del oficio y las inclemencias de la naturaleza, y también a hacer vida de familia. Con el tiempo, se lanzará a competir en torneos de caza submarina y a lucirse en un mundial de la disciplina que se organiza en el país. Todo esto mientras, a lo lejos, se dejan sentir las agitaciones sociales que traerían los años sesenta y setenta.
Tras haber desarrollado una exitosa carrera, Chungungo Martínez –tal es el nombre del protagonista de Tierra de campeones, la tercera novela de Diego Zúñiga– se enfrenta a un descubrimiento que marcará el resto de sus días y lo conducirá a una especie de desértica temporada en el infierno, una deriva tan inesperada como perturbadora.
Este volumen reúne la trilogía de novelas independientes con que Alan Pauls vuelve sobre los años más tempestuosos de la Argentina reciente.
«Una trilogía espléndidamente narrada que confirma a Alan Pauls como uno delos pocos escritores argentinos contemporáneos realmente imprescindibles».
Patricio Pron, ABC Cultural
Estas novelas «huérfanas» -como mascullaba en sus diarios el autor- fraguan la epopeya conocida en Argentina como Los Años Setenta con destellos de la materia más cotidiana y perenne: el goce deser una víctima y llorar lágrimas de cocodrilo; la pasión del cash, nunca tan intensa como cuando el dinero se esfuma en los vértigos de la inflación, el juego o el despilfarro; el pelo como icono frívolo-político, lacio-burgués o afro-revolucionario, y cierta peluca célebre por participar del secuestro que inauguró la década en cuya órbita legendaria sigue moviéndose Argentina.
Un formidable tríptico que va del pasado reciente a un futuro postapocalíptico, en el que las expectativas y la pérdida se entremezclan en un mundo de rápida transformación.
«Excelente. Aunque se narren escenarios distópicos, futuristas o de ciencia ficción, lo que prevalece en estos relatos semiapocalípticos es el retrato de emociones humanas casi primitivas, de nuestra relación confenómenos fuera del control humano: y la incertidumbre, la nostalgia y el duelo que se derivan de ello».
Xita Rubert
Desde el pasado reciente a un futuro lejano, las tres historias incluidas en este nuevo libro de Daniel Galera nos hablan de expectativas y pérdidas, y de cómo, a partir de nuestros errores, reconstruir la vida en un mundo que se transforma a toda prisa.
«El dios de los helechos» relata la ansiosa espera de una pareja ante el nacimiento de su primer hijo en vísperas de las elecciones presidenciales de Brasil. Ambos se ven inmersos en una atmósfera de incertidumbre, tanto por el destino que le espera a su futuro hijo como por el rumbo del país.
Daria es la hija, cuyo destino está marcado desde el nacimiento por un diagnóstico erróneo. Ada es la madre, que en el umbral de los cincuenta descubre que está enferma, pero este hallazgo se convierte en una oportunidad para dirigirse a su hija y tratar de contarle la historia de ambas. De este modo, todo pasa por los cuerpos de Ada y Daria: peleas diarias, enfados, secretos, pero tambien inesperadas alegrías y momentos de muchísima ternura. Las palabras atraviesan el tiempo, en un continuo ir y venir entre pasado y presente. Un relato de una fuerza y verdad extraordinarias, en el que cada instante se ofrece al lector como un regalo: una lectura que nos cambia, que nos desgarra y nos rehace.
Entra. Camina con cautela, busca en mis espacios los detalles, como si debajo del cuadro o de la mesita de noche hubiera una advertencia, un indicio que señale el lugar donde su pie quedará enganchado, el grillete fatal. Si algo lo sobresaltara, si un ruido rompiera el aire, saldría disparado. Por eso piso con mesura, hago que mis manos lo convenzan. No hay nada que lo atrape, ningún dispositivo hará caer la jaula. Parado en medio del cuarto, mi gorrioncito se quita la ropa y me besa pero hay algo en su forma de mirar que me perturba. Entonces lo entiendo. La trampa existe: él es mi carnada. «A una trampa para pájaros», de Orlando Mondragón. Orlando Mondragón es médico y poeta mexicano. Fue becario en la Fundación para las Letras Mexicanas en 2019 y del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico del Estado de Guerrero en 2018. Ganador del IV Premio de Poesía Alejandro Aura por su primer libro Epicedio al padre (Elefanta, 2017) y del XXXIV Premio Internacional de poesía Fundación LOEWE por Cuadernos de patología humana (Visor, 2022).