Un terremoto de poca intensidad sacude California. La agente del FBI Judy Maddox sabe que esta vez no se trata de un fenómeno natural; este es un seísmo provocado, un aviso al gobierno. Los integrantes de una comuna vinícola han ideado un sistema para ocasionar terremotos con el objetivo de que el gobernador de California detenga las obras de construcción de una presa y evitar así que el valle donde viven sea inundado.
Casi sin pistas, con el apremio de un desastre inminente bajo sus pies, la agente federal Maddox emprenderá una agónica carrera para acabar con el peligro que amenaza con destruir todo el estado.
Un faro abandonado, tres hombres desaparecidos y un misterio imposible. Cornualles, 1972. En la víspera de Año Nuevo, un barco con el relevo prometido a los fareros Arthur Black, Billy Walker y Vincent Bourne llega a la Roca de la Doncella, a kilómetros de la costa, pero nadie sale a recibir la embarcación. No hay rastro alguno de los hombres. La puerta de la torre está cerrada por dentro. Todos los relojes se han detenido a la misma hora. El registro del guarda principal describe una gran tormenta, a pesar de que esa semana el cielo ha estado despejado. ¿Qué les ha sucedido a los guardianes del faro? ¿Devolverá el mar sus secretos? Veinte años más tarde, sus esposas todavía luchan por seguir adelante. La misteriosa tragedia debería haber unido a Helen, Jenny y Michelle, pero, en su lugar, las ha distanciado todavía más. Y, de repente, un misterioso escritor aparece para investigar lo que ocurrió. Quiere darles la oportunidad de compartir su versión de la historia, pero solo si se enfrentan a sus mayores miedos saldrá la verdad a la luz. El debut literario más esperado del año, una novela perfecta para los amantes de Daphne du Maurier y Kate Morton.
Jose del Río Sainz (Santander, 1884-Madrid, 1964) fue marino de formación y vocación, uno de los más importantes periodistas santanderinos de la primera mitad del siglo XX (corresponsal de guerra en Marruecos, director de periódico, articulista elogiado por Chaves Nogales), y un singular poeta caracterizado por su energía, prosaísmo y plasticidad. Autor de poemas que tienen casi siempre algo de suceso narrado que queda trascendido mediante una comprensión lírica de la realidad, Jose del Río es calificado por Gerardo Diego como un poeta cuya enorme personalidad se manifiesta en la conciliación de contrarios: modernismo y realismo, parnasianismo y prosaísmo. Premio Fastenírath de poesía en 1925, el propio poeta, en las líneas autobiográficas que en 1934 publicó en la segunda antología preparada por Gerardo Diego, señala que por edad y formación es seguidor de Ruben Darío y que la cualidad que prefiere en los versos es la musicalidad. En esas mismas líneas dejaba apuntado, con humor y lúcida ironía, "he recibido banquetes y homenajes, una puñalada y una flor natural, que es lo que más me duele". Concha Espina escribió sobre el: "es como sus versos: fuerte, descuidado, sincero, valiente".
En esta segunda recopilación poética de María Acuña se amplía el abanico de poemas dedicados al amor que, en sus varias versiones, formaban parte ya de Poesía descalza. Si en la Antigüedad los griegos llegaron a distinguir hasta diez tipos de amor, son cuatro los que predominan en la obra de Acuña: Eros, Storgé, Philia y Agápē. Eros es el amor sexual, Storgé el amor fraternal entre padres e hijos, maridos y esposas, entre hermanos; Philia amor hacia el prójimo y afecto entre amigos, Agápē es el amor abnegado que nos insta a la acción y busca el bienestar de los demás. Poesía descalza oscilaba con fluidez entre estas cuatro definiciones del amor y consta de veinte poemas con tres marcadas unidades temáticas: amor y desamor, guerra y paz, campo y naturaleza. En cambio, en Por la vida siento la fuerza Acuña le echa un pulso a Eros. Ahora todo es verbo y cuerpo, esperanza y desengaño, ansia y embriaguez, condena y cárcel; las diferentes formas de amar no se pierden, pero sí se supeditan al amor erótico. En los ochenta y nueve poemas que conforman este libro prevalece la intimidad sexual, aunque las demás acepciones del amor asomen tras muchos de sus versos.
Única, entrañable, divertida y antirromántica:
ALBALEZ, «una Mafalda del siglo XXI» (Pilar Martín,EFE)
«Irónica, inteligente y mordaz. Las viñetas de Albalez son como la vida misma... pero mejor.»
Elísabet Benavent
Albalez es millennial, pero no puede con la vida moderna. De hecho, está convencida de que la Tierra es su planeta de adopción y que en su planeta de origen, el biológico, no se madruga, ni se trabaja, y desde luego no existen los lunes. Para sobrevivir aquí, ¿qué mejor que Netflix, la pizza y las amigas, aunque estas a menudo le provoquen daños degenerativos con esos líos que se traen con el amor? Porque si de algo está convencida, por encima de todo, es que el amor romántico no existe.