En 1925, una figura de camisa negra y gesto arrogante comienza a ocupar todos los intersticios de la vida pública italiana. Benito Mussolini, una vez que se ha convertido en el presidente del Consejo más joven de la historia de Italia, se prepara para el siguiente paso del proyecto fascista: fundir su nombre con el de su propio país. Pero la senda del autoritarismo no es sencilla: luchas internas en el partido, durísimas batallas parlamentarias, la amenaza revolucionaria, la necesidad de expandirse territorialmente, una turbulenta vida personal y palaciega, intentos de asesinato y la nueva relación con un joven Herr Hitler, cada vez más popular. Todo para que Mussolini, fascismo e Italia sean uno. Este proceso irá tomando cuerpo hasta que, en 1932, se cumpla una década de la marcha sobre Roma. Pero no hay tiempo para mirar atrás, el futuro parece encerrar una promesa brillante para el fascismo.
Es la madrugada del 1 de septiembre de 1939 cuando el continente europeo despierta enmudecido por la marcha de miles de soldados alemanes hacia Polonia, a la que acabarán conquistando y anexionando con una guerra relámpago. Italia se mantiene al margen mientras que Reino Unido y Francia declaran inmediatamente la guerra a Hitler. Sin embargo, testigo de la rapidez del ejército nazi y cada día más presionado por los altos cargos fascistas, Mussolini se convence de que todo terminará pronto y en abril de 1940 decide también involucrarse en el conflicto.
Con febril precisión, Antonio Scurati continúa su «novela total» reconstruyendo el delirio de un Mussolini ilusionado con poder influir en las decisiones del Führer, más solo que nunca y por fin consciente de la debilidad italiana cuando declara que ha llegado «la hora de las decisiones irrevocables».
Acabada la guerra civil española, el continente se hunde en un nuevo conflicto internacional apenas veinte años después del fin del anterior. Estos son los últimos días de Europa: la culminación del autoengaño de una Italia fascista doblegada ante la infamia de las leyes raciales y el pacto con la Alemania nazi.
Blanche Barjac tiene un trabajo peculiar. Es limpiadora, pero no una limpiadora cualquiera. Se dedica a limpiar escenas del crimen, lugares donde se ha matado a alguien. Limpia ordenadores, alfombras, perfiles de redes sociales y oculta los cadáveres como si nada hubiera pasado. Sus clientes son personas célebres en el submundo de París, individuos que valoran mucho su eficacia, discreción y capacidad.
Pero todo cambia cuando recibe el encargo de un todopoderoso asesino a sueldo al que apodan el Sabueso. Entre las pertenencias de la víctima que tiene que hacer desaparecer, Blanche encuentra un pañuelo, una prenda que la transporta hasta el día en que su madre se suicidó, veinte años atrás.
Alguien la vigila y pretende chantajearla, pero Blanche aún debe enfrentarse a un enigma mayor, un secreto que hará tambalear su salud mental. Mirando en su propio pasado aprenderá que, por mucho que se limpie, algunas manchas no pueden borradas. Y que cada uno de nuestros actos tiene siempre consecuencias.
Meses después de que la pandemia del Diluvio Seco haya borrado a casi toda la humanidad de la faz de la Tierra, Toby y Ren han rescatado a su amiga Amanda de las garras de los despiadados paintbalistas. Juntas, regresan a la cabaña de los locoadánidas. Cuyo reticente profeta, Jimmy -Hombre de las Nieves-, debilitado a causa de la fiebre, hace que Toby tenga que predicar la teología de los crackers. Zab, por su parte, ha estado buscando a Adán Uno, fundador de los Jardineros de Dios, la religión ecologista y pacifista de la que él mismo se desvinculó años atrás para guiar a los locoadánidas en su resistencia activa contra la acción destructora de SegurMort.
En 1967, poco antes del nacimiento de Agustín Fernández Mallo, su padre, un hombre nacido un pequeño pueblo leones, veterinario de profesión y firme creyente en la ciencia y el progreso, se embarcó en un viaje pionero por Estados Unidos con el objetivo de traer una veintena de vacas en un avión hasta Galicia. Casi medio siglo despues, será el escritor quien realice su propio periplo por tierras americanas, tratando de reconstruir los pasos de su progenitor antes de que este pierda la memoria.á Madre de corazón atómico recorre un siglo de Historia de España a traves de una red de historias y leyendas familiares, de gente anónima que ha vivido la guerra civil, la posguerra, la democracia y el cambio de siglo. Como afirma el narrador, "la vida escribe la ficción que nosotros jamás nos atreveremos a escribir".á Estamos ante la novela más impactante del mejor Agustín Fernández Mallo, su libro más personal y, a la vez, más universal, una narración que aborda la condición humana al completo y que propone entender la muerte no como el final de un camino, sino como un principio, la última lección de vida de un ser querido.