Este volumen recoge por primera vez en español toda la obra poetica de Saint-John Perse (1887-1975), premio Nobel de Literatura en 1960 y uno de los hitos de la lírica del siglo XX. Desde su temprano Elogios hasta Pájaros, escrito en diálogo con el pintor Georges Braque, pasando por Anábasis y los poemas del exilio -Lluvias, Nieves, Poema a la Extranjera, Vientos, Mares-, la obra de Perse es una vasta crónica de nuestro tiempo, asolado por los vientos del cambio y la discordia. La mirada espaciosa de Perse se busca simultáneamente en el reflejo poliedrico de las cosas, las huellas del tiempo y las profecías de la imaginación. Poeta esencialmente lírico, su dicción trasmuta en poesía todo lo abarcable por la aventura humana del saber, desde el origen del fuego a los grandes y terribles hallazgos de la tecnica moderna. Y su alianza de lo sencillo y lo noble otorga una insólita coherencia a su discurso: ni verso ni prosa, poesía respirable, en la que alienta una visión totalizadora de la existencia, un conocimiento erudito del mundo guiado por la intuición poetica. Aquel que quiera saber lo que realmente ocurrió en la primera mitad del siglo XX deberá acudir, más que al dudoso testimonio de los periódicos, a unas cuantas obras poeticas. Una de ellas es la de Saint-John Perse.
COMO DE QUINCEY Y TANTOS OTROS, he sabido, antes de haber escrito una sola línea, que mi destino sería literario. Mi primer libro data de 1923; mis Obras completas, ahora, reúnen la labor de medio siglo. No sé qué mérito tendrán, pero me place comprobar la variedad de temas que abarcan. La patria, los azares de los mayores, las literaturas que honran las lenguas de los hombres, las filosofías que he tratado de penetrar, los atardeceres, los ocios, las desgarradas orillas de mi ciudad, mi ciudad, mi extraña vida cuya posible justificación está en estas páginas, los sueños olvidados y recuperados, el tiempo... La prosa convive con el verso; acaso para la imaginación ambos son iguales.
Felizmente, no nos debemos a una sola tradición; podemos aspirar a todas. Mis limitaciones personales y mi curiosidad dejan aquí su testimonio.
J.L.B.
EL ESCRITOR VIVE, la tarea de ser poeta no se cumple en determinado horario. Nadie es poeta de ocho a dos y de dos a seis. Quien es poeta lo es siempre, y se ve asaltado por la poesía continuamente. De igual modo que un pintor, supongo, siente que los colores y las formas están asediándolo. O que un músico siente que el extraño mundo de los sonidos —el mundo más extraño del arte— está siempre buscándolo, que hay melodías y disonancias que lo buscan. Para la tarea del artista, la ceguera no es del todo una desdicha: puede ser un instrumento.
J.L.B.
La patria, los azares de los mayores, las literaturas que honran las lenguas de los hombres, las filosofías que he tratado de penetrar, los atardeceres, los ocios, las desgarradas orillas de mi ciudad, mi ciudad, mi extraña vida cuya posible justificación está en estas páginas, los sueños olvidados y recuperados, el tiempo... La prosa convive con el verso; acaso para la imaginación ambos son iguales.Felizmente, no nos debemos a una sola tradición; podemos aspirar a todas. Obras completas 4 (1975-1988).
En este primer tomo empieza a adquirir forma la figura de la mujer como narradora oral y como receptora, pasando por el importante papel que juega el lenguaje en la consumación de la Conquista y por Bernal Díaz del Castillo, privilegiado cronista que lo mismo enarbola la pluma que las armas, hasta llegar a la figura central de los estudios de la autora: Sor Juana Inés de la Cruz, heredera de la callada tradición de las anónimas monjas escritoras. Glantz demuestra cómo la conquista de la escritura femenina se gesta en el más insospechado rincón del mundo: el claustro. En este fértil recorrido crítico la también novelista ha sabido desentrañar insospechados secretos de la época y sus letras, por ejemplo, del papel decisivo de las mujeres -concretamente las monjas-, que si bien no serían reconocidas como "escritoras", contribuirían a la definitiva comprensión de los aspectos social, cultural, político y religioso de su tiempo.
Tercer y último tomo de las Obras reunidas de Margo Glantz, incluye los libros de autores extranjeros que recorrieron la República Mexicana durante el siglo XIX, que son analizadas en su estructura narrativa y en su significado social y político, mostrando así la vida de una nación a través de su literatura.