Un delito menor durante uno de sus servicios ha enviado al superintendente de la policía de Copenhague Martin Juncker a una estancia forzada en la pequeña ciudad provincial de Sandsted. Junto con un aprendiz de policía y un joven sargento de policía, se le encarga la tarea de enfrentar los desafíos de un centro de asilo cercano, al mismo tiempo que tiene que cuidar a su anciano padre demente, con el que siempre ha tenido una relación complicada.
Cuando una atentado terrorista con bomba golpea un mercado navideño en el centro de Copenhague, y Juncker no puede participar en la investigación, se siente completamente fuera de combate. Su ex pareja Signe Kristiansen no. Ella comienza a buscar a los perpetradores, mientras lucha con el temor de que su hermana esté entre los muertos. La investigación termina muy rápidamente en un callejón sin salida. Sin embargo, Signe recibe un consejo que lleva la investigación a un lugar que no había imaginado ni en sus fantasías más salvajes.
Mientras tanto, para gran asombro de Juncker, un caso de asesinato aterriza en su escritorio: un hombre ha sido asesinado, golpeado con una tubería de metal, y su esposa ha desaparecido. Aparentemente, el asesinato parece un asalto violento común, pero cuando descubren que la víctima tenía conexiones con grupos neonazis, el caso adquiere una dimensión distinta.
Francisco Brines es sin duda uno de los nombres más imprescindibles para entender y gustar la poesía española del siglo XX, un siglo que ha sido, ante todo en su mitad primera, de excepcional calidad y riqueza. Es la suya una poesía de clara raíz metafísica en la que se plantean todas las grandes preguntas que atañen a la condición humana. Poesía plena de sensorialidad y sensualidad, poesía afirmativa, felizmente enraizada en el cuerpo y la tierra nativa, exaltadora de la vida en todas sus intensidades, pero a la vez, poesía hondamente habitada por el tiempo, por la conciencia del tiempo, puesto que existimos y nos afirmamos «entre dos nadas».
Segunda obra autobiográfica de Sándor Márai tras Confesiones de un burgués, éste es el libro más íntimo y desgarrador de todos los escritos por el gran autor húngaro.
Tifus es un guión original de Jean-Paul Sartre, escrito en 1943 por encargo de la casa Pathé que ahora se publica por vez primera. Ambientado en una colonia malaya donde se declara una epidemia de tifus, su planteamiento recuerda a otras obras anticoloniales de la época, pero invita también a ser leído en paralelo a La peste de Camus. Para llevar a cabo su acerba crítica social, Sartre se sirve de algunos personajes arquetípicos, como la mujer de dudosa reputación que demuestra una mayor estatura moral que los burgueses acomodados o el borracho despreciado por todos, verdadera piltrafa humana que sin embargo será el único capaz del más sublime sacrificio. Rica en escenas dramáticas, la historia tiene una clara finalidad moral y en ella pueden reconocerse algunos de los temas dilectos de Sartre, como la responsabilidad o el compromiso. El carácter de sobrecogedor testimonio de una época de la cultura europea es uno de los más innegables valores de este texto inédito de Sartre.
Tilly Twomley necesita un cambio. A su cerebro hiperactivo ya le costó lo suyo graduarse en el instituto, y, ahora que lo ha hecho, no le parece que trabajar todo el verano en la start up de su hermana la perfecta sea una gran recompensa. Pero implica un viaje a Europa, y eso parece un buen plan de futuro. Sobre todo teniendo en cuenta que Tilly no tiene ni idea de qué hacer con su vida.
Oliver Clark lo tiene todo organizado. Ha conseguido unas prácticas perfectas para su currículum. Su autismo a veces le hace sentirse aislado de otras personas, pero su pasión por la teoría del color y el diseño hace que todo a su alrededor lo fascine. Todo va según lo planeado... hasta que le toca sufrir el peor vuelo de la historia por culpa de una tal Tilly.
Lo has adivinado: Tilly y Oliver van a verse obligados a pasar el verano juntos; dos polos opuestos que se parecen más de lo que cabría imaginar... y que se atraen más de lo que ninguno de los dos está dispuesto a admitir.
Convertida en leyenda, tanto por su vida como por su obra, Tina Modotti tuvo una existencia llena de pasión y de furia, que encontró en la fotografía el medio ideal para expresar su disconformidad y compromiso con el tiempo que le tocó vivir. Tras dejar su natal Italia y después de un efímero paso por California, donde trabaja temporalmente en Hollywood, su relación con Edward Weston la traslada a México. Ahí se encuentra con un país entusiasta con las vanguardias europeas y los ideales revolucionarios, y se une al grupo de intelectuales y artistas -Diego Rivera, Manuel Álvarez Bravo, Jean Charlot, entre otros- que, indomables como ella, luchan por conquistar su libertad artística y personal. Luego de la muerte de su amante cubano, Julio Antonio Mella, en la que se ve involucrada, su fervor por la causa comunista la lleva a participar en la guerra civil española, hasta que como aislada regresa al México que había albergado sus más profundos anhelos y las más nobles utopías.