«Pero tú no eres mi hermana, nunca lo fuiste. No hemos jugado, comido, dormido juntas. Nunca te toqué, nunca te besé. No sé de qué color tienes los ojos. Nunca te he visto. No tienes cuerpo ni voz, solo eres una imagen plana en unas cuantas fotos en blanco y negro. No conservo ningún recuerdo de ti. Llevabas dos años y medio muerta cuando nací yo. Tú eres la criatura del cielo, la niñita invisible de la que nunca se habla, la ausente de todas las conversaciones. El secreto.» «La otra hija» es una larga carta que Annie Ernaux le escribe a Ginette, la hermana muerta a la que nunca conoció, pero cuya sombra siempre la acompaña desde aquel lejano domingo de agosto de 1950 en el que descubrió accidentalmente su existencia.
Mientras conduce hacia casa una noche, Gabe ve aparecer la cara de una niña en la ventanilla posterior del viejo coche oxidado que tiene delante. Solo pronuncia una palabra: «Papá».
Es su hija de cinco años, Izzy.
Nunca la vuelve a ver.
Tres años después, Gabe pasa sus días y sus noches recorriendo la autopista en busca del automóvil que se llevó a su hija, negándose a perder la esperanza aunque la mayoría de la gente crea que Izzy está muerta.
Fran y su hija, Alice, también han hecho muchos kilómetros por la autopista. No buscan. Huyen. Tratando de mantenerse un paso por delante de quienes quieren hacerles daño.
Porque Fran conoce la verdad. Sabe lo que realmente le pasó a la hija de Gabe. Sabe quién es el responsable. Y sabe lo que les harán si alguna vez las alcanzan...
La otra bestia es la criatura que habita dentro de Ana Rujas, la que te mira detrás de sus ojos, con voz ronca y cuchillo en los dientes. Una bestia imperfecta que porta la piel de un toro y no pierde el aliento por gustarte, un laberinto de setos del que nunca te apetece encontrar la salida. Firma de fuego, plataforma creativa, marca personal, hidra de siete cabezas: la Otra Bestia es su alter ego, su letra escarlata, su sello propio. Nadie puede escapar de uno mismo. La feria de las catástrofes y de los milagros ha llegado a la ciudad. Pasen y vean.
Viajamos para estar en otro lugar. Amamos justo para lo mismo. Persiguiendo ese sueño, Cameron abandona su EE.UU. natal para vivir en Barcelona. Aquí triunfa como influencer de moda y encuentra el amor. Pero también la enfermedad. Y el abandono. Su vida de ensueño se desmorona, quedándole un único consuelo: espiar la casa de enfrente, donde vive su exmarido con su actual esposa. Cuando la hija del matrimonio desaparece, las sospechas recaen sobre Cameron. Pero hay alguien especialmente interesado en averiguar si la joven influencer cometió el crimen: ella misma.
Con una prosa ligera y en apariencia banal, salpicada de humor, Joaquín Camps consigue que, sin advertirlo, nos miremos por dentro. Las páginas vuelan porque hay dos misterios que resolver: quién se llevó a María y por qué el deseo, ese pequeño carburador que traemos de serie, lo cambia todo en cuanto empieza a bombear.
El quebrantahuesos omite la carne lo suyo es el hueso el puro hueso, es el estercolero de su especie, lo sabe y eso no lo inquieta. Está en la cima a su manera como a la muerte poco le vale la bullente variedad de las formas sabe que en todo animal se oculta la médula el hueso y acecha.
Son malos tiempos para los clarividentes. Scion se ha aliado con los refaítas, una raza de otro mundo extraordinariamente poderosa y que tiene la intención de convertir a los humanos en sus esclavos.
En una proeza de valentía sin precedentes, Paige Mahoney ha logrado liderar una fuga masiva del brutal campamento, Sheol I, donde ella y otros clarividentes fueron encarcelados sistemáticamente.
Paige está desesperada por alcanzar la seguridad del inframundo londinense, pero es poco probable que la despiadada líder de los refaítas, Nashira Sargas, la deje escapar tan fácilmente.