Stephen King sorprende y aterroriza una vez más al lector con su magistral don para destapar y exhibir la mitad más oscura del ser humano.
Cuando Thad Beaumont en pleno bloqueo creativo, después de que su novela Las súbitas bailarinas optara al Premio Nacional de Literatura y lo perdiera, decidió seguir los consejos de su mujer y publicar una serie de thrillers retorcidos y sangrientos bajo el pseudónimo de George Stark, no pensó, ni por asomo, que le sería tan difícil «deshacerse» de ese otro yo que, no se explicaba cómo, había dejado de ser ficticio.
Cuando el comisario Alan Pangborn aparece en su casa acusándole de un brutal asesinato, Thad trata de afirmar su inocencia, de asegurar que nada tiene que ver con todos esos monstruosos asesinatos cometidos tan cerca de su casa, ni con la retorcida mente que protagoniza sus novelas policíacas, ni con las llamadas de aquella voz que, obscena y susurrante, le pide al teléfono que se rinda. Pero, ¿cómo explicar que sus huellas ensangrentadas han aparecido por todas partes en la escena del crimen?
Un domingo de agosto de 1926, cuando Magdalena Laparra ha vuelto de Cuba para pasar las vacaciones con su familia, coge a sus dos hijos, uno de cada mano, y se mete al mar en la playa de Biarritz con la intención de ahogarse. La niña de siete años, Elsa, advierte algo extraño en la actitud de su madre y consigue escapar tras un forcejeo. El niño pequeño en cambio, de solo dos años, muere ahogado y Magdalena es internada en un psiquiátrico por el resto de su vida. Dieciocho años después, Elsa, la niña superviviente al ahogamiento, que ahora tiene 25 años, y acaba de separarse tras saber que su marido ha tenido un hijo con otra mujer, vuelve a España a casa de su abuela en busca del oscuro relato familiar. Para Elsa, ese viaje no solo supondrá el descubrimiento de un origen traumático, sino que se verá inmersa en un turbulento triángulo amoroso con un oficial del ejército alemán, que ha venido a controlar la frontera franco-española, y un pescador local que ejerce de contrabandista y forma parte de una célula de la resistencia contra la invasión de los nazis.
«El lobo sabía más del hombre que el hombre del lobo. El lobo y el hombre se conocían desde hacía ocho inviernos. El niño había visto al cachorro con la loba cuando él aún caminaba entre mujeres. El lobato había cortado la pista del muchacho cuando todavía no había catado su primera pieza. Ahora los dos dirigían sus manadas en la cacería.»
En La mirada del lobo, Antonio Pérez Henares recrea de forma magistral y con gran sensibilidad el momento prehistórico en el que los caminos del lobo, origen de los perros, y el hombre se cruzaron para siempre, creándose entre ellos un vínculo de lealtad y amistad que perdura hasta la actualidad.
Junto a Musil y Joyce, Franz Kafka figura entre los escritores más destacados del siglo XX, pues ha tenido el excepcional privilegio de ser objeto de atención, no solo de filósofos y de eruditos, sino también del gran público. La metamorfosis narra la pavorosa transformación de un hombre en insecto. En un ambiente de pesadilla, la novela transmite al lector la sensación de excentricidad y de extrañamiento que asalta al protagonista, quien poco a poco va tomando conciencia de que se ha convertido en un parásito con respecto a sus seres más queridos. Meditaciones reúne varias obras que hasta ahora habían permanecido inéditas. En todas se presiente la tormenta y la angustia, el absurdo y la incongruencia de la vida diaria, señales imborrables del autor de América. Mas las sirenas tienen un arma más terrible que su canto, esto es, su silencio.
Junto a Musil y Joyce, Franz Kafka figura entre los escritores más destacados del siglo xx, pues ha tenido el excepcional privilegio de ser objeto de atención no sólo de filósofos y de eruditos, sino también del gran público. La metamorfosis narra la pavorosa transformación de un hombre en un insecto. En un ambiente de pesadilla, la novela transmite al lector la sensación de excentricidad y de extrañamiento que asalta al protagonista, quien poco a poco va tomando conciencia de que se ha convertido en un parásito respecto a sus seres más queridos. Carta al padre, Informe para una academia y Meditaciones son las otras obras que completan este volumen.
FRANZ KAFKA nace en Praga en 1883. Hijo de un comerciante judío, se hace sionista y proyecta un viaje a Palestina, que no llega a realizar. Atraido por la metafísica y el aspecto onírico, y los elementos más realistas del mundo realiza sus primeras obras: Descripción de una lucha y Meditaciones, dentro de lo que se denominó la «Escuela de Praga». Sus obras más importantes fueron publicadas póstumamente por su albacea, el escritor Max Brod. Con su estilo personalísimo, que ha sido calificado de «realismo mágico», Kafka expresa el desaliento del hombre ante el absurdo del mundo. Fallece en 1924 cerca de Viena.
La metamorfosis del sabueso. Ensayos personales y otros textos es una gran muestra de la calidad de Horacio Castellanos Moya como ensayista y de la sagacidad de su pensamiento crítico. Reúne notas personales, reflexiones, artículos, columnas y pequeños ensayos: piezas que, pivotando alrededor de los grandes temasque atraviesan la obra del autor, entrañan la confluencia del ensayo literario con la historia de violencia que ha marcado su vida.
Pero este libro es más que un tratado literario. Es un cuaderno personal en el que el autor despliega el mapa de voces literarias que han marcado su escritura y su trayectoria como lector. Dividido en tres partes, la primera, Breves palabras impúdicas, recoge las reflexiones del autor acerca de la violencia, la identidad y el contexto periférico de la literatura centroamericana; la segunda, La metamorfosis del sabueso, se centra en cavilaciones y reseñas sobre autores como Canetti, Kérstesz o Bolaño; y la tercera está dedicada a sus investigaciones sobre la obra de Kenzaburo Oé y su relación con la violencia. Es, en definitiva, un volumen que ilumina la obra narrativa de una de las grandes voces de la literatura centroamericana contemporánea.