La banalización de las artes y la literatura, el triunfo del periodismo amarillista y la frivolidad de la política son síntomas de un mal mayor que aqueja a la sociedad contemporánea: la idea temeraria de convertir en bien supremo nuestra natural propensión a divertirnos. En el pasado, la cultura fue una especie de conciencia que impedía dar la espalda a la realidad. Ahora, actúa como mecanismo de distracción y entretenimiento. La figura del intelectual, que estructuró todo el siglo XX, hoy ha desaparecido del debate público. Aunque algunos firmen manifiestos o participen en polémicas, lo cierto es que su repercusión en la sociedad es mínima. Conscientes de esta situación, muchos han optado por el discreto silencio. Como buen espíritu incómodo, Vargas Llosa nos entrega una durísima radiografía de nuestro tiempo y nuestra cultura.
Cuando nos rodean los muros, la aventura de toda una vida quizá consista en franquearlos. El regreso de Murakami a la novela después de La muerte del comendador.
«Atención: Murakami ―igual que los Beatles― provoca adicción.» Rodrigo Fresán, El País
«Murakami merece el Nobel.» Rafael Narbona, El Cultural (El Mundo)
«Murakami es el mejor escritor vivo.» Pablo d’Ors, Abc Cultural
«Leer a Murakami es una experiencia transformadora, es adentrarse en un bosque, bajar a un pozo, pasear por un sueño.» Antonio Lozano, La Vanguardia
«Murakami es un grande.» Carlos Zanón, El País
Dragones y apariciones rondan las calles inundadas de Nueva Orleans tras el huracán Katrina. En un universo paralelo, una sociedad utópica evita ser intoxicada por las ideas de nuestro mundo. En el sur de Jim Crow, una madre negra debe salvar a su hija de una hechicera que la condenaría a una vida de servidumbre. Y en la historia nominada al Premio Hugo, «La ciudad que nació grandiosa», un chico de la calle lucha para dar a luz al alma de una vieja metrópolis.
Antes de que Jack Kerouac se convirtiera en la voz de una generación, La ciudad pequeña, la gran ciudad, su poderoso y conmovedor debut literario, ya capturaba el pulso vibrante de la América de posguerra. Inspirado por el duelo por la muerte de su padre, su infancia en Lowell y movido por la determinación de escribir la Gran Novela Americana, la historia sigue a la familia Martin, en especial a los hermanos Joe y Peter, en su trayecto desde una pequeña ciudad de Massachusetts hasta la bulliciosa Nueva York.
En este cruce de caminos entre lo rural y lo urbano, Kerouac captura la tensión, las esperanzas y las desilusiones de una juventud que busca su lugar en un mundo cambiante. Con una prosa lírica y evocadora, que recuerda a grandes novelistas estadounidenses como Thomas Wolfe, Kerouac traza un retrato íntimo y visceral de una América en plena transformación.
La ciudad pequeña, la gran ciudad no solo es el preludio de la revolución literaria que vendría con En el camino, sino también un testimonio de los primeros pasos de un autor que estaba destinado a romper moldes y a redefinir la narrativa contemporánea. Una obra imprescindible para entender el origen de la sensibilidad Beat y el despertar de una voz que cambió la literatura para siempre.
Bucarest, 1940. Harriet y Guy Pringle, expatriados ingleses llegados a la ciudad pocos meses antes, siguen con preocupación la evolución de los acontecimientos políticos en un momento de gran inestabilidad: París ha caído y se rumorea que Alemania está a punto de invadir Rumanía; en las calles de la capital la revolución parece inminente y los fascistas de la Guardia de Hierro no dejan de ganar adeptos. En un entorno cada vez más hostil y precario que pondrá a prueba tanto su matrimonio como sus amistades, Harriet y Guy tendrán que tomar decisiones arriesgadas y elegir bien en quién pueden confiar.
Basada en las experiencias de la autora, esta novela, segundo volumen de la aclamada trilogía iniciada con La gran fortuna, sigue los pasos del matrimonio Pringle durante la segunda guerra mundial y traza un extraordinario retrato de la Europa de la época. Considerada una de las grandes ficciones británicas sobre la guerra, la Trilogía balcánica es una obra imprescindible a la que siempre hay que volver.
En esta intensa novela familiar, Kovač nos conduce a una época y un lugar perdidos, su infancia y juventud en la Yugoslavia socialista, con la intención –en ocasiones tierna, en otras cruel– de liberarse de toda forma de nostalgia. La recuperación de los tesoros de la memoria contribuye a crear un mosaico lírico de voces y personajes, como un antiguo espejo de familia en el que, por un momento, se pone el sol y en el que se refleja la imagen de Dubrovnik, la ciudad eterna e inalcanzable. El resultado es una verdadera epopeya que procede por elipsis, con un estilo rapsódico y visionario que recuerda a los grandes maestros de la narrativa balcánica, como Ivo Andrič y Danilo Kiš. La turbulenta riqueza de mundos que describe obliga al autor a ir mucho más allá de los límites de la autobiografía y acercarse al vasto repertorio de la tradición oral del área, la extraordinaria «poética de los Balcanes».