«Yo el Supremo Dictador de la República: ordeno que al acaecer mi muerte mi cadáver sea decapitado...»Así arranca una de las grandes novelas de la literatura en castellano del siglo XX: Yo el Supremo, de Augusto Roa Bastos, Premio Cervantes 1989.La obra es un extraordinario ejercicio de gran profundidad narrativa y un testimonio escalofriante sobre uno de los peores males contemporáneos: la dictadura. El déspota solitario que reina sobre Paraguay es, en la obra de Roa, el argumento para describir a una figura despiadada que es asimismo metáfora de la biografía de América Latina.Yo el Supremo es una perfecta radiografía del poder absoluto, de sus sombras, sus miserias y sus crímenes.
Y las cantó con esa misma voz que yo oía con devoción cuando era un niño, con esa bendita voz que tantas veces nos ha puesto la carne de gallina. Parece una tontería, pero pensé: ¡es Serrat!».
Jordi Soler recibió un mensaje de Joan Manuel Serrat en el que le hablaba de un pájaro de plumaje esponjado y nombre imposible que el novelista menciona en una de sus ficciones. ¿Es real o imaginado?, le pregunta el compositor. Es imaginado, confirma el autor. Y Serrat le propone inventar juntos una canción sobre él, de ambiente selvático y llena de color.
Este libro narra la increíble historia del proceso de escritura colaborativa, y, sobre todo, cómo se consolida una amistad a través de la literatura. Aquí están los temores del escritor, el vértigo ante la aventura junto a un músico que es un referente sentimental no solo para él sino para varias generaciones en España y América Latina. Pero también encontramos la generosidad del músico que pone su sabiduría al servicio de una obra conjunta. Y uno se cree es un relato honesto, revelador y lleno de humor sobre el arte de crear, y también la historia de una canción que nunca llegó a ser.
La nostalgia del mar es el eje, indisoluble, de Marinero en tierra, el primer poemario de Rafael Alberti. («Si mi voz muriera en tierra, / llevadla al nivel del mar / y dejadla en la ribera»). Muchos autores vieron en él no solo el lamento por la lejanía del paisaje de su niñez, sino también el anuncio del exilio y del futuro dolor de la vida. En todo caso, este notable primer libro de Rafael Alberti, un hito en nuestra historia poética, supone el regreso a la infancia. la frescura y la ligereza de aquellos espacios marítimos, bajo la idealización del recuerdo, como un origen mítico. Aquí el mar siempre es benéfico, luminoso.
Esta es la historia de tres hombres que han elegido retirarse del mundo y vivir en los bosques del norte de Canadá. Son tres hombres peculiares, ya ancianos, que aman la libertad. Un día, sin embargo, alguien llega hasta su escondite. Da con ellos una fotógrafa que busca a uno de los últimos supervivientes de los Grandes Incendios, un tal Boychuck. Y no es la única. Poco después aparece Marie-Desneige, una mujer pequeña de más de ochenta años que llegará como una brisa ligera que alborotará sus vidas. Mientras intentan comprender la historia de Boychuck, el orden habitual en el rincón secreto del bosque quedará trastocado y algo impensable y extraordinario surgirá entre todos ellos.
Una epopeya profundamente conmovedora de la angustia, la esperanza y, sobre todo, de los lazos inquebrantables del amor.
La decisión de una humilde familia campesina de dar una hija en adopción a un matrimonio adinerado es el fundamento sobre el que Khaled Hosseini -autor de las inolvidables Cometas en el cielo y Mil soles esplendidos- ha tejido este formidable tapiz en el que se entrelazan los destinos de varias generaciones y se exploran las infinitas formas en que el amor, el valor, la traición y el sacrificio desempeñan un papel determinante en las vidas de las personas.
Segunda parte de Yo, Julia, la saga que nos descubre uno de los personajes más fascinantes de la antigua Roma.
Mantenerse en lo alto es mucho más difícil que llegar. Julia está en la cúspide de su poder, pero la traición y la división familiar amenazan con echarlo todo a perder. Para colmo de males, el médico Galeno diagnostica que la emperatriz padece lo que él, en griego, llama karkinos, y que los romanos, en latín, denominan cancer. El enfrentamiento brutal entre sus dos hijos aboca la dinastía de Julia al colapso. En medio del dolor físico y moral que padece la augusta, cualquiera se habría rendido. Se acumulan tantos desastres que Julia siente que es como si luchara contra los dioses de Roma. Pero, en medio del caos, una historia de amor más fuerte que la muerte, una pasión capaz de superar pruebas imposibles emerge al rescate de Julia. Nada está perdido.