La vida de Octavio Paz corre en paralelo a la historia política y cultural del siglo XX. Su actividad literaria, diplomática y artística; su conocimiento de otras realidades externas a la de su país, y la relación con sus coetáneos lo convierten en una figura esencial de la cultura en español. Esta antología propone un original itinerario cronológico por la obra de Paz que entrelaza la prosa con la poesía, las cartas con los ensayos y otros escritos, hasta conformar una biografía vital y literaria del mexicano a través de sus textos. El libro se completa con estudios de especialistas y escritores tanto de su tiempo como pertenecientes a generaciones posteriores, que ofrecen una visión amplia y rica de la creación del premio Nobel.
La correspondencia cruzada entre la novelista Carmen Laforet y el crítico de la cultura Emilio Sanz de Soto confirma que Laforet, pese a su mutismo publicitario, no renunció hasta el final a su ejecutoria de escritora, y recupera parte del tejido de la memoria de Sanz de Soto, tan carente de registros en letra impresa. La libertad fue la meta vital de ambos y la dificultad de encontrarla en la España de su época, el argumento central de sus respectivas biografías. Odiaban ser dirigidos y dirigir, y les gustó relacionarse con gente libre. Eran dos seres dotados de narración. Creían en la aristocracia de los sensibles, de los considerados, de los valerosos. Todo lo humano les parecía comprensible, sin etiquetas, sin el poder reductor de esencialismos identitarios. Este epistolario es también la historia de «una amistad amorosa», un concepto y una experiencia de difícil absorción en la cultura española, pero que continuamente estuvo en boca y en vida de Emilio Sanz de Soto y Carmen Laforet. La lectura de estas cartas está presidida por una perentoria necesidad de diálogo que nos remite al hermoso ensayo de Virginia Woolf, The Humane Art, en el que concibe el género epistolar como el arte más humano, al hundir sus raíces en «el amor a los amigos». Estas cartas inéditas son las que cubren un mayor lapso de toda la correspondencia de Carmen Laforet (desde diciembre de 1958 a agosto de 1987) y contribuyen a un mejor conocimiento de la escritora de Nada y de las «memorias literarias vivas» de un testigo excepcional de la cultura española del medio siglo: Emilio Sanz de Soto.
Clemente Aragón no entiende por qué, siendo un hombre casado y con buena reputación en la sociedad salvadoreña, continúa enredándose con mujeres. Su aventura con Blanca, esposa de un general y buen amigo suyo, podría haberse filtrado. Anida ahora en Clemente una nueva sensación de paranoia, que se acrecienta con unas misteriosas llamadas y el extraño suicidio de uno de los luchadores de lucha libre que asistía al grupo de Alcohólicos Anónimos que coordina.
Es finales de febrero de 1972 y, después de que el gobierno militar de El Salvador cometiera un fraude electoral, el nombramiento de un nuevo presidente desata las protestas y una oleada de intrigas y conspiraciones. Clemente preferiría mantenerse al margen, pero los acontecimientos se precipitarán a lo largo de un fin de semana, mientras el destino de la familia Aragón se entrelaza con la deriva de una nación en medio de un conflicto inagotable.
Aunque algunos episodios de la década de los sesenta nos parezcan irreales, no son ficticios, ocurrieron de verdad. Stephen King, que ha sido el primer escritor de la generación de la televísión que ha logrado un enorme éxito, publicó en 1974 Carrie, su primera novela, justo un año antes de la retirada de las últimas tropas estadounidenses de Vietnam. Las imágenes de aquella guerra y de las protestas en contra habían inundado las pequeñas pantallas de las casas norteamericanas durante casi diez años, dejando una huella imborrable en toda una generación. En Corazones en la Atlántida, King hipnotiza a sus lectores con una ficción profundamente inspirada en esos años, los sesenta, y explora, a lo largo de cuatro décadas, los estigmas y la herencia psicológica de la guerra de Vietnam en las personas.
Lleno de peligro, lleno de suspense y, sobre todo, lleno de sentimientos, este libro de Stephen King transportará a algunos lectores a un lugar que nunca antes han visitado y a otros, a un lugar que nunca podrán abandonar del todo...
Corre el año 1952, en pleno franquismo, y en un cuartel cercano a Madrid aparece el cadáver de un espía norteamericano acompañado por un caballo y un perro, también muertos. Ricardo Valor, comisario de la Brigada Criminal, se hará cargo del caso y descubrirá un complot relacionado con el tráfico de penicilina que involucrará a altos mandos militares y políticos.
Con el ambiente militar y policial como telón de fondo, Corazones de lobo refleja la pobreza de un país que todavía no se había recuperado de una guerra fratricida. A través de una prosa precisa y sobria que crea intriga y atrapa al lector hasta el final, Javier Reverte muestra el contraste entre la miseria de la población y la fortuna de los ganadores del conflicto bélico, que utilizaron el poder que cayó en sus manos para enriquecerse a costa del sufrimiento de otros.
Los Voss no son una familia normal: para empezar, viven en una iglesia reutilizada. La madre, que años atrás tuvo cáncer, vive en el sótano; el padre está casado con la antigua enfermera de la madre; el pequeño medio hermano no tiene permitido hacer o comer nada divertido; y los hermanos mayores son irritantemente perfectos. Y luego está Merit.
Merit Voss colecciona trofeos que no ha ganado y secretos que su familia la obliga a guardar. Mientras navega por la tienda de antigüedades local en busca de su próximo trofeo, se encuentra a Sagan. Su conexión es inmediata hasta que descubre que él está completamente fuera de su alcance. Merit se encierra profundamente en sí misma, observando a su familia desde la distancia, cuando descubre un secreto que ningún trofeo en el mundo puede arreglar.