Vuelve Poirot, el detective más querido de todos los tiempos, en un nuevo y diabólicamente inteligente misterio ambientado en el Londres de los años treinta.
El célebre detective belga empieza el día con mal pie: una mujer muy enojada lo espera en la puerta de su casa. Se llama Sylvia Rule y exige conocer el motivo por el cual Poirot le ha enviado una carta acusándola del asesinato de Barnabas Pandy, un hombre a quien no conoce. El problema es que Poirot no le ha mandado ninguna carta y, además, tampoco conoce al señor Pandy. Su desconcierto es total cuando horas después descubre que en su salón lo espera un desconocido que también afirma haber recibido una carta firmada de su puño y letra esa misma mañana y que, sorprendentemente, también lo acusa del asesinato de Barnabas Pandy.
¿Quién y por qué está enviando estas misteriosas cartas en su nombre? ¿Quién es Barnabas Pandy? ¿Es posible que haya sido asesinado? Y, lo más importante, ¿podrá Poirot hallar la solución al misterio sin poner ninguna vida en peligro? El misterio está servido.
Un libro profundo que levanta eternas preguntas de la humanidad: ¿quiénes somos?, ¿cuál es el significado de la vida?, ¿está determinado nuestro destino? Por Jostein Gaarder, autor de El mundo de Sofía.
Hans Thomas, un muchacho noruego de 12 años, emprende un viaje hacia Atenas en busca de la madre que le abandonó. El azar hace que se detenga en Dorf, un pueblo donde un viejo panadero regala al joven un libro diminuto.
A partir de ese momento, el muchacho inicia otro viaje paralelo: el de la imaginación. Sabrá de Frode, un marinero que naufragó y sobrevivió en una isla desierta, de su baraja de naipes y de cómo combatió su soledad haciendo que cada una de las 53 cartas tuviera vida propia. A Hans Thomas le surgirá una pregunta: ¿hasta qué punto podemos nosotros, a diferencia de los naipes, determinar nuestro destino?
Viena, 1814. Mientras en la ciudad se celebra un congreso para decidir el destino de Europa tras la derrota de Napoleón, el joven Anton Schindler conoce a Beethoven, el mayor compositor de todos los tiempos. El músico es ya un hombre sordo, colérico, apasionado y radical, pero lo que Schindler ignora es que también es un genial detective aficionado. Así que, cuando la anciana criada del conde Razumovski es asesinada, ambos se embarcarán en una investigación que los llevará de las refinadas salas de conciertos a los burdeles, y de los violentos duelos de madrugada a las elegantes cacerías de nobles, en busca de una verdad que está cubierta por una tupida maraña de secretos. Entretanto, Beethoven se prepara para escribir la que será su obra más importante: la Novena sinfonía, la composición que revolucionará para siempre el mundo de la música.
En abril de 1912, la adinerada viuda de Peñasco tuvo un mal presentimiento mientras almorzaba en su palacete de Madrid. Algo les había pasado a su único hijo y su nuera, a quienes en ese momento creía en París, disfrutando de su luna de miel. La dama no se equivocaba: a pesar de las advertencias que les había hecho, los recién casados se habían embarcado en el que se creía el barco más seguro del mundo y sin duda era el más lujoso: El Titanic. Pocos días después las funestas nuevas llegaron a la mansión de la viuda: su hijo había perecido y su nuera estaba sana y salva, pero rota de dolor en Nueva York.
Una mujer vive en la ladera de la montaña, entre la neblina que baja y el follaje feraz. Su misión es cuidar los linderos, avisar al celador de cualquier anomalía. En sus cuadernos escribe sobre su rutina parsimoniosa y los recuerdos de una infancia marcada por una madre brutal y por el deseo insatisfecho de aprender. Al fondo, se escucha la cantera y el ruido de las camionetas blindadas sobre la destapada. Un día aparece en su jardín un cuerpo, y turbados y cuidadosos de no llamar la atención, con el celador deciden enterrarlo. Pero aparece otro. Y otro y otro y otro…
La escritura prodigiosa, característica de Trías, reluce en esta novela inquietante y atmosférica, en la que los tópicos de la madre, la violencia y la relación con la naturaleza reaparecen, y con cuánta fuerza estremecen al lector.