José de Ribas demostró siendo muy niño que había heredado de su padre, el capitán y noble catalán Miguel de Ribas y Boyons, el don innato para el urbanismo y la ingeniería, además de ciertas dotes para la seducción y la diplomacia. Ya convertido José en mayor del ejército napolitano, se embarcó en un viaje que lo llevaría por las cortes europeas y del que no regresaría, pues el destino le tenía reservados grandes logros en la flamante corte de Catalina II de Rusia, la Grande.
Militar, ingeniero, estratega, amante de la emperatriz, fiel consejero y visionario sin par, José de Ribas Boyons y Plunkett, conocido como Osip Mijáilovich en la fastuosa corte petersburguesa, el primer español en hacer carrera en el Imperio ruso de la emperatriz de emperatrices, cumplió con creces y aumentó el legado de su padre, pues fundó para los rusos, sobre esa pequeña aldea a la que consideró su lugar en el mundo, su puerto soñado similar al de Nápoles: Odesa.
Novela histórica documentada con rigor y escrita con el entusiasmo de las grandes gestas, En la corte de la zarina alumbra la figura de este español tan extraordinario como olvidado por la historia.
A caballo entre el género de terror y la ciencia-ficción, EN LAS MONTAÑAS DE LA LOCURA es uno de los escasos relatos largos de ese extraño fundador de religiones, divinidades y cosmogonías que fue H. P. Lovecraft (1890-1937). Enmarcado en el ciclo de los mitos de Cthulhu, describe la historia de los Primordiales desde su llegada a la Tierra, en medio de las tinieblas primigenias, hasta su supuesta desaparición. Completan el volumen «La Casa Maldita», original reelaboración de un argumento de vampirismo, y «Los sueños de la Casa de la Bruja».
"Todos los incidentes de aquel vuelo de cuatro horas y media están grabados a fuego en mis recuerdos, por su crucial posición en mi vida. Marcaron la pérdida, a la edad de cincuenta y cuatro años, de toda la paz y el equilibrio que la mente normal posee gracias a su acostumbrada concepción de la naturaleza externa y de sus leyes. De allí en adelante, los diez enfrentamos —aunque el estudiante Danforth y yo en mayor medida— un mundo espantosamente amplificado de vagos horrores que nada puede borrar de nuestras emociones, y que nos abstendríamos de compartir con la humanidad si pudiéramos".
El rescate de un Hemingway inédito: la gran tarea de Ricardo Piglia antes de morir.
«Los cimientos de la teoría del iceberg de Hemingway reunidos por primera vez con un prólogo magistral de Ricardo Piglia. [...] Un libro fundamental, de indisoluble unidad temática, de estilo e incluso interpretativa.»
Matías Néspolo,El Mundo
Hemingway publicóEn nuestro tiempo, su primer libro de cuentos, en 1925. Tenía veintiséis años y ya escribía como un veterano. Esta primera edición en español, deuda incomprensible que debía ser saldada, respeta el orden original de un libro de cuentos que por su organicidad y consistencia interna puede también leerse como una novela fragmentada. La guerra y el alcohol, la pesca y los toros, la soledad atormentada de Nick Adams ya están aquí, orbitando alrededor de ese núcleo emocional que Hemingway nunca nombra pero hacia el que sus relatos siempre gravitan.
Una alocada historia con la que tendréis garantizadas unas cuantas horas de diversión.
Hay personas que creen merecer más de lo que tienen, y Agustina es una de ellas. No es que quiera tener más hijos —con tres es suficiente— ni un marido mejor —su Andrés es un buenazo—, pero se aburre. Y como se aburre mucho, escribe sin parar y vuelca todas sus frustraciones y anhelos en Amanda Quong, exitosa empresaria y personaje principal de su primera novela.
Lo que ella no se podía imaginar, y de imaginación Agustina va sobrada, es el giro que va a dar su vida cuando decida publicar las notas de su novela en su perfil de Instagram, mezclando realidad y ficción en un lío del que no sabe si podrá —o querrá— salir airosa.
Tras el éxito de El mentiroso, empieza la segunda parte de la trilogía ambientada en Illumbe, el pueblo con más misterios y secretos del País Vasco.
Un grupo de rock. Un concierto. Una chica desaparecida. Han pasado más de veinte años, pero hay noches que nunca terminan.
¿Puede una noche marcar el destino de todos los que la vivieron? Han pasado más de veinte años desde que Diego Letamendia, estrella del rock en declive, actuó por última vez en su pueblo natal, Illumbe. Esa fue la noche del final de su banda y su grupo de amigos, y también la de la desaparición de Lorea, su novia. La policía nunca logró esclarecer lo ocurrido con la chica, que fue vista saliendo a toda prisa de la sala de conciertos, como si huyera de algo o de alguien. Después de aquello, Diego emprendió una carrera de éxitos en solitario y jamás regresó al pueblo.