David Trueba nos invita a sumarnos a una caravana electoral: una novela vibrante sobre la política y los políticos.
David Trueba nos invita a sumarnos a una caravana electoral: una novela vibrante sobre la política y los políticos.
Esta es una novela divertida como una sobremesa con amigos, pero contundente como un gancho al hígado. Algo de esa contradicción contiene su protagonista, Basilio, al que sus enemigos apodan el Hipopótamo. Un mote que a él, con sus 119 kilos de peso, le provoca regocijo: puede que aspire a la callada quietud de ese animal, que sabe esperar su ocasión, pero también le atrae su naturaleza feroz, su instinto agresivo, su inteligencia criminal. Así que cuando le ofrecen abandonar por unas semanas su retiro plácido para acompañar a Amelia Tomás, una candidata a presidenta, en su gira electoral, la bestia que lleva dentro se despereza y actúa.
A lo largo de un periplo que lo llevará a recorrer toda clase de ciudades y pueblos de España, su misión será cargar los discursos de la candidata de dinamita, rociar con gasolina dialéctica a sus rivales y prenderle fuego a todo a su paso. Y es que en este juego competir es lo de menos: lo único aceptable es ganar. Ganar, ganar y ganar.
Toda la poesía de una autora de referencia, ganadora del Premio Nacional y el de la Crítica.
Como «Ficciones para una autobiografía», título de uno de sus libros, este volumen podría entenderse como una suerte de memoria y recorrido por toda una vida. Se reúne aquí toda la obra de una autora que ha hecho de sus poemas un magnífico recopilatorio de las propias vivencias, y las de toda una generación de mujeres. Desde los poemas de amor, a los de la pérdida, de los comprometidos y reivindicativos, a los de aceptación de la madurez, de las ilusiones a las transacciones con la decepción, las experiencias luminosas y las de dolor y rabia. Hay aquí el retrato completo de una vida de mujer, también la palabra en el tiempo, la emoción y la difícil sencillez de saber decirla.
Martina es profesora y se resiste a tener que comunicarse con las personas a través de una pantalla, algo que se está poniendo muy de moda en la España de los noventa. Los chats atraen a todo el mundo, pero, sin duda, comienzan a ser una gran fuente de problemas. Y justo eso es lo que se encuentra Martina cuando, animada por unos amigos, acepta que entre en su casa, en su salón y en su vida su primer ordenador. Chats, amigos, risas, noches interminables de diversión... Todo se vuelve idílico cuando una persona de ese nuevo mundo, a quien ni ha visto nunca ni conoce, llama su atención, y su sola presencia a través de la pantalla la atrae cada vez más. Sin embargo, de pronto alguien la persigue y acosa, y empieza a tener miedo, sobre todo porque no tiene manera de averiguar si pertenece a la vida real o a la virtual.
Está a punto de que se descubra la gran verdad, de que se desvele uno de los secretos mejor guardados de la reciente historia de España. Santolaya teme que lo puedan relacionar con los hechos y decide que es el momento de huir, de abandonar una carrera que le ha llevado hasta la fontanería de La Moncloa pasando por los servicios de inteligencia. Desde la dictadura a la democracia, más de cuarenta años siempre muy cerca del poder y la toma de decisiones.
En su viaje evoca el pasado en la Barcelona de finales de los sesenta, cuando siendo un ocioso adolescente, la casualidad hizo que empezara a trabajar como lazarillo de un ilustre norteamericano, un agregado comercial con buenos contactos en la embajada. McNamara, sin embargo, se encargaba de tejer las redes de contactos entre todos aquellos actores interesados en tener un papel desta
Una escritora peruana en Buenos Aires rememora la historia de un accidente llamado familia. Accidente que se prolonga durante años como una herida mal cicatrizada, signo de interrogación que hurga, interpela y desfonda. Compuesta de recuerdos finamente hilados al tiempo de la intimidad, la novela se revela como un ajuste de cuentas entre una mujer y sus padres: narrativa filial con la que la escritura aspira a disipar olvidos, esparcir cenizas y replantear distancias. Pero también, como una declaración de amor y de duelo que no excluye la memoria del maltrato ni la búsqueda de una independencia que autorice al personaje a dejar de ser hija.
Quiénes somos ahora ratifica la incomparable voz de Katya Adaui en el concierto de la narrativa peruana del siglo XXI. Sus notables virtudes técnicas, el refinado puntillismo de su prosa y la sensibilidad para hallar luz entre las sombras familiares hacen de esta novela un acontecimiento literario.
Cuando hablamos de sexo, hablamos de feminidad y maternidad, infidelidad y explotación, consentimiento y respeto, justicia e igualitarismo, amor y odio, placer y dolor.
Y, sin embargo, por muchas razones —algunas complicadas, otras no—, muchas de nosotras no hablamos de ello. Nuestros miedos y fantasías más profundos e íntimos permanecen encerrados en nuestro interior, hasta que llega alguien con la llave.
En Quiero, Anderson expone sin filtros las cartas anónimas de cientos de mujeres con realidades de lo más variadas: desde una mujer sij que escribe sobre su deseo secreto por su cuñado hasta una mujer apache que quiere ser adorada como una criatura divina; desde una mujer blanca británica que solo quiere que la besen como es debido por última vez a otra a quien le gusta jugar a ser una pantera, pasando por una hispanojudía radicada en Bangladesh cuyo culmen de excitación sexual es el pomo de una puerta.
La poesía de Valle-Inclán es la gran desconocida del autor gallego. F. Morales Lomas, que realizó sus tesis doctoral sobre la poesía de Valle, La lírica de Valle-Inclán. Sistema rítmico y aspectos temático-simbólicos (2003), considera que Valle fue sobre todo poeta desde el principio de su existencia literaria y en poesía experimentó previamente todos los cambios que llevaría posteriormente al resto de su obra literaria. Salvador de Madariaga dijo como poeta de él que era el más rico en sentido musical y en forma; González Alegre que es una poesía de calidad, de tesoros líricos y humanos como no se daban en la literatura española desde hacía mucho tiempo, y Navarro Tomás que cambió la versicación tradicional del teatro. Sus poemas se extienden por toda su obra y la integran, y en el mejor de los casos, su dedicación a ésta posee la misma importancia y trascendencia que el teatro o la narrativa.
Rachel es una entusiasta consumidora de drogas «recreativas». Según ella, no por adicción sino por pasatiempo. Al fin y al cabo, hoy día, ¿quién no toma de vez en cuando un ácido, una raya o unas pocas pastillas? ¿Qué mejor para olvidar las tensiones del trabajo y disfrutar un rato de la vida?
Pero, en una de esas, se le va la mano, y tras una noche de excesos se atiborra de tranquilizantes para dormir a pierna suelta y empezar fresca una nueva jornada laboral. Para su sorpresa, a la mañana siguiente no despierta en su habitación sino en la cama de un hospital, después de un lavado de estómago y a punto para ingresar una temporada en una peculiar clínica de rehabilitación...
Un día cualquiera, a finales de los años setenta, la protagonista abrió la puerta de su casa y vio cómo su madre se iba en una motocicleta Harley-Davidson con su vecino: un extravagante pintor y lector de cartas zodiacales. Muchos años después, narra a su hija las circunstancias que llevaron a esa partida y también las que la precedieron en un relato que reúne a tres generaciones de mujeres y casi seis décadas de acontecimientos históricos (desde los movimientos estudiantiles del 68 hasta la pandemia actual, pasando por las dictaduras y la caída del Muro de Berlín): una mirada subversiva y feminista del país y del mundo durante ese periodo. Una vida fuera de lo común, sorprendente y conmovedora, pero desprovista de sentimentalismos.
Con inteligencia narrativa, sentido del humor y una visión nostálgica de un mundo que se fue, Rosa Beltrán nos regala un relato intimista y deslumbrante que encontrará eco en varias generaciones de lectores que han vivido, de una forma u otra, lo que se cuenta.