He aquí una furiosa historia de amor y desamor, de imposturas y violencia, de lealtades y traiciones, de enigmas sin resolver y venganzas inesperadas. En el verano de 1978, cuando España no ha salido aún del franquismo y no termina de entrar en la democracia y las fronteras sociales y morales parecen más porosas que nunca, un adolescente llamado Ignacio Cañas conoce por casualidad al Zarco y a Tere, dos delincuentes de su edad, y ese encuentro cambiará para siempre su vida. Treinta años más tarde, un escritor recibe el encargo de escribir un libro sobre el Zarco, convertido para entonces en un mito de la delincuencia juvenil de la Transición, pero lo que el escritor acaba encontrando no es la verdad concreta del Zarco, sino una verdad imprevista y universal, que nos atañe a todos. Así, a través de un relato que no concede un instante de tregua, escondiendo su extraordinaria complejidad bajo una superficie transparente, la novela se convierte en una apasionada pesquisa sobre los límites de nuestra libertad, sobre las motivaciones inescrutables de nuestros actos y sobre la naturaleza inasible de la verdad. También confirma a Javier Cercas como una de las figuras indispensables de la narrativa europea contemporánea.
En un mundo a punto de extinguirse, una mujer indomable busca cambiar el rumbo de su destino.
Corre el año 74 a. C. y en Pompeya conviven por igual comerciantes, esclavos y delincuentes. En sus calles es posible satisfacer todos los deseos y el burdel conocido como La Guarida del Lobo se ha vuelto famoso por complacer los gustos más exigentes.
Amara no es solo una más de las «lobas» que trabajan para Félix, el infame dueño del lugar, sino que es su favorita. Tras la muerte de su padre su familia se vio sumida en la pobreza y Amara tuvo que ser vendida como esclava; ahora depende de su astucia y valentía para darle un giro a su destino. ¿Tendrá Amara la valentía y el coraje que se requieren para recuperar su libertad?
Durante los preparativos de una fiesta de Halloween, Joyce Reynolds (una adolescente conocida por su fecunda imaginación y por las mentiras que cuenta habitualmente) explica a todo el mundo que en una ocasión presenció un asesinato. Nadie cree lo que oye y ella se marcha enfurecida. Tras la cena y los juegos, encuentran a la joven ahogada en un barreño lleno de agua y manzanas. Lo que en apariencia podría ser otra de sus historias disparatadas, quizá esta vez sea una terrible verdad que ha acabado con su vida. Ariadne Oliver, una escritora de novelas de misterio que se encontraba en la fiesta, decide viajar a Londres para pedir ayuda al detective Hércules Poirot, que deberá interrogar a todos los invitados para dilucidar quién ha sido capaz de matar a una muchacha inocente.
Norte de Francia, años cincuenta. Cuando Albert, un joven huérfano y solitario, conoce a Solange, hija de una prostituta castigada socialmente por haber simpatizado con los nazis, de inmediato salta una chispa entre ellos. Solos frente al mundo, se vuelven inseparables y su amistad da paso a un amor salvaje. Su primer crimen es un accidente. El segundo, un delito perfectamente calculado. A partir de entonces, cada verano cometen un asesinato distinto. Sin embargo, ninguna llama puede durar para siempre.
Una relación que recuerda la de Bonnie y Clyde o la de los protagonistas de Asesinos natos de Oliver Stone. Una novela sentimental y oscura, hipnótica e inquietante, como la personalidad de sus dos torturados antihéroes: estas mariposas negras no dejarán de acecharte.
Louise tiene veinticinco años y aunque es parcialmente sorda hasta ahora ha conseguido construir su vida y maniobrar con esa incapacidad invisible, en gran parte gracias a su poética relación con el mundo:cuando se enfrenta a algún malentendido por su sordera acuden a su mente varios personajes, desde un soldado de la Primera Guerra Mundial a una excéntrica botánica, que la acompañan y ayudan a hacer frente a una realidad cada vez más complicada.
Su último diagnóstico es claro: ha perdido aún más audición de lo esperado y la única posibilidad es que se opere para llevar un implante pero esta decisión no es tan simple como pudiera parecer; el resultado es irreversible y si bien volvería a oír con claridad, implica perder su audición natural y oír todas las voces con un mismo tono metálico. ¿Será capaz de renunciar a reconocer la ironía, o la voz de su madre, y de entrar en un nuevo mundo sin matices?
«Hace poco un amigo me dijo que todavía sueña con la escolanía, con los pasillos por los que nos movíamos. Siempre que me junto con la gente de entonces las conversaciones acaban tratando sobre aquellos años, y así las historias se mantienen frescas. Creo que desde entonces he comido coliflor muy pocas veces. Le cogí manía. ¿Te acuerdas de la cubierta de bechamel? No sabíamos lo que había debajo. Veíamos las bandejas al entrar al comedor y pensábamos que eran canelones, y luego era una decepción cuando nos servían. [...] También me ocurre que hay conocidos de aquel entonces que han seguido trabajando en el mundo de la música, y cuando me topo con ellos empezamos a contar batallitas, y al final hay una red tan grande de recuerdos y anécdotas que uno no sabe dónde acaba aquella época y empieza esta, lo que sea que esté pasando ahora».