En 1819, el barco Essex zarpó del puerto de Nantucket, en la costa este de Estados Unidos, con el objetivo de cazar ballenas durante dos años. Quince meses después, mientras navegaba en pleno Pacífico, el barco fue atacado por una ballena gigante, y la tripulación se vio obligada a refugiarse en tres botes salvavidas. Fue entonces cuando empezó la tragedia: por temor a las tribus caníbales que se creía que poblaban las islas del Pacífico, emprendieron una travesía camino al este. Tres meses después, la tripulación del barco Dauphin vio un pequeño bote a la deriva en las costas de Sudamérica. Al acercarse, descubrió un montón de huesos humanos junto a dos supervivientes. El hambre había obligado a los marineros a comerse a sus propios compañeros. Nathaniel Philbrick relata en este libro una de las crónicas más trágicas y emocionantes de la historia marítima. La de unos hombres al borde del horror cuyo coraje y lucha por sobrevivir fueron más allá de cualquier límite imaginable.La dramática travesía del Essex cobra vida en la gran pantalla con espectaculares imágenes en alta mar, un Moby Dick de tamaño impactante y con un reparto plagado de estrellas.
Valeria vive el amor de forma sublime. Valeria tiene tres amigas: Nerea, Carmen y Lola. Valeria vive en Madrid. Valeria ama a Adrián hasta que conoce a Víctor. Valeria necesita sincerarse consigo misma. Valeria llora, Valeria ríe, Valeria camina...Pero el sexo, el amor y los hombres no son objetivos fáciles. Valeria es especial. Como tú. En los zapatos de Valeria es el primer libro de la «Saga Valeria», la primera obra de Elísabet Benavent.
Durante las elecciones municipales de una ciudad sin nombre, la mayoría de sus habitantes decide individualmente ejercer su derecho al voto de una manera inesperada. El gobierno teme que ese gesto, capazde socavar los cimientos de una democracia degenerada, sea producto de una conjuta anarquista internacional o de grupos extremistas desconocidos. Las clocacas del poder se ponen en marcha: los culpables tiene que ser eliminados. Y si no se hallan, se inventan. Con esta obra Saramago lanza una llamada de alerta: «Puede suceder que un día tengamos que preguntarnos quién ha firmado esto por mí». Ese día podría ser hoy.
Haruki Murakami atendió por fin a las peticiones de sus lectores y accedió a que se tradujeran estas dos obras tempranas, anteriormente sólo publicadas en japonés e inglés, y añadió un prólogo donde el escritor relata su génesis. Escucha la canción del viento (1979), ópera prima del autor, sigue las vicisitudes de un joven estudiante que, durante unas vacaciones en su ciudad natal, disfruta de la compañía de su mejor y original amigo, apodado «el Rata», una chica con cuatro dedos, el barman del Jay´s Bar y un escritor suicida (e inventado): Derek Heartfield. Tres años después, en Pinball 1973 (1980), ese mismo joven vive en Tokio, con dos gemelas idénticas, mientras el Rata continúa viendo pasar la vida en el Jay´s Bar, en una novela melancólica y de atmósfera poética, que contiene la mejores escenas de pinball de la historia de la literatura.
Cuando en 1953 se estrenó en París Esperando a Godot, pocos sabían quién era Samuel Beckett, salvo, quizá, los que ya lo conocían como exsecretario de otro irlandés no menos genial: James Joyce. Por aquellas fechas, Beckett tenía escrita ya gran parte de su obra literaria; sin embargo, para muchos pasó a ser «el autor de Esperando a Godot». Se dice que, desde aquella primera puesta en escena -que causó estupefacción y obtuvo tanto éxito- hasta nuestros días, no ha habido año en que, en algún lugar del planeta, no se haya representado Esperando a Godot. El propio Beckett comentó en cierta ocasión, poco después de recibir el Premio Novel de Literatura en 1969, que Esperando a Godot era una obra «horriblemente cómica». Sí, todo lo horriblemente cómica que puede resultar la situación de dos seres cuya grotesca vida se funda en la vana espera de ese ser al que llaman Godot.
Estambul es un retrato de una de las ciudades más fascinantes de la Europa que mira a Asia. Pero es también una autobiografía, la del propio Orhan Pamuk. Su historia empieza en la infancia, recordando cómo tomó conciencia de que vivía en un espacio plagado de melancolía, un lugar que arrastraba un pasado glorioso e intentaba hacerse un hueco en la «modernidad». Esta elegía sirve para acercarnos a villas fantasmagóricas y callejuelas secretas, a estatuas valiosas y mutantes, a pintores, escritores y célebres asesinos. A una ciudad donde, por encima de todo, destaca el terapéutico Bosforo, que en la memoria del narrador es vida, salud y felicidad.
Empeñado en transgredir las leyes de la narrativa convencional, en estos relatos Julio Cortázar combina la intertextualidad, un uso inédito de lo coloquial y el juego interminable para hacer entrar al lector en un particularísmo universo donde nada es lo que parece. El magistral «Continuidad de los parques», «Los venenos», «Axolotl» o «La noche boca arriba» son algunos de los míticos relatos que componen este volumen imprescindible.
En esta magnífica colección de relatos, Rosamunde Pilcher explora con extraordinaria sensibilidad y talento las diversas facetas del alma humana.
Una joven a punto de contraer matrimonio recibe unos consejos sorprendentes de su abuela; un niño pequeño se ve obligado a asumir las responsabilidades del cabeza de familia; un marido joven intenta revivir las experiencias de soltero... Historias de pequeños dramas domésticos, relatos de amor e infortunio, de felicidad y desesperación...
Indispensable en la bibliografía de Benedetti, Gracias por el fuego es una novela que supera los tópicos, para inundar de vida y aprendizaje la experiencia del buen lector. Ramón Budiño quiere matar a su padre, quien representa lo peor de un país, Uruguay, y de una clase social que ha huido de su propia responsabilidad por el miedo a ser censurada. El peso del caudillismo en la vida cotidiana después de más de un siglo de independencia es para Ramón señal de que nada se ha renovado; de que todos siguen inmersos en una mentalidad política y social que impide tanto el desarrollo colectivo como el personal. La frustración por no poder matar a su padre a pesar de haber planeado concienzudamente su asesinato representa una fiel metáfora de la tela de araña en la que Ramón lleva atrapado durante años.