El cuarto de atrás, Premio Nacional de Narrativa en 1978, es un libro de memorias, un ensayo literario y una novela hilvanada de relatos, nacidos de una larga e íntima conversación de la autora consigo misma.
Durante una noche desapacible de insomnio, C, la escritora protagonista de esta historia (alter ego de la propia Carmen Martín Gaite), recibe la visita de un misterioso desconocido con el que mantendrá una larga conversación en el cuarto de atrás de la vivienda. En ese diálogo, la autora comparte recuerdos de infancia y de juventud, así como personales reflexiones acerca del oficio de escribir, la opresiva condición de ser mujer en la España de posguerra o sus ideas acerca de la memoria, el amor y la búsqueda de la identidad.
A lo largo de sesenta años, Boris Cyrulnik ha sido testigo vivo de lo que él denomina «la loca historia de la psiquiatría», que va desde la práctica de la lobotomía, el uso de camisas de fuerza mentales y físicas, las condiciones deplorables que padecían los pacientes en los hospitales psiquiátricos; luego Lacan y el psicoanálisis, hasta llegar a la tranquilidad que le ha aportado la teoría del apego, de la cual la resiliencia es su capítulo preferido, su portavoz. Este libro es el testimonio del largo viaje que ha llevado a Cyrulnik a intentar explicar, aliviar, y en ocasiones curar, el sufrimiento psicológico. Le dio «el placer de comprender y la felicidad de sanar las almas heridas».
Año 2000. En Oslo aparece en plena calle el cadáver degollado de un viejo militante nazi. Harry Hole, que tras cometer un grave error ha sido reasignado a los servicios secretos, percibe los puntos en común entre este crimen y el contenido de un informe de los muchos documentos aburridos que pasan por sus manos a diario: alguien compró un rifle Märklin, un arma extremadamente cara y precisa usada por grupos neonazis.
Harry Hole tratará de averiguar cuál es la relación entre estos dos casos y se percatará de que el origen de todo puede remontarse mucho tiempo atrás, a lo sucedido entre un grupo de soldados noruegos durante el sitio de Leningrado en la Segunda Guerra Mundial. Pero, ¿qué vínculo puede haber entre lo sucedido hace tantos años y ese personaje misterioso apodado «El Príncipe» al que apuntan todas las averiguaciones policiales sobre el tráfico de armas?