Bebi Fernández es el pseudónimo de una creadora con una gran popularidad cimentada en las redes sociales. Su inusual genio, su compromiso social y su mordaz discurso disparan en torno al 2014 su cuenta personal de Twitter hasta la cúspide de influencia en España, lo que posibilita la publicación de estos diarios poéticos, escritos a lo largo de su infancia y su adolescencia, que se convierten en un símbolo de rebeldía y llamamiento a la autenticidad y a la lucha de la mujer. Ya escritora de éxito, publica su implacable primera novela Memorias de una salvaje.
Bebi Fernández representa una de las voces más descarnadas, certeras e irreverentes de la literatura española. Una escritura que ya desde su infancia se advierte herida, concisa pero profunda, provocativa y brutal, como la personalidad de la artista anónima que yace detrás de sus letras y que es considerada, gracias a ellas, una heroína generacional.
Hace más de 4.000 años, los babilonios descubrieron ya las leyes universales de la prosperidad. No obstante, la mayoría de las personas viven sin conocer las claves de la riqueza y, por lo tanto, de la posibilidad de cumplir todos sus sueños y anhelos.
En un parque, la policía halla el cadáver torturado de un menor. Luego, dos más, hasta darse cuenta de que se enfrentan a un asesino extraordinariamente retorcido. La detective Jeanette Kihlberg dirige la investigación, pero deberá enfrentarse al carácter apático de la fiscalía y los mandos policiales. Contará, además, con la ayuda de Sofía Zetterlund, una terapeuta experta en psicópatas y víctimas de abusos infantiles.