Chesterton destacó en todos los géneros literarios, especialmente en el menos convencional y menos cerrado, (tal como convenía a su peculiarísima personalidad humana y artística), es decir, en el artículo periodístico. Porque el siempre polémico y polemista Chesterton fue sobre todo, durante toda su vida, un periodista, es decir un hombre curioso y apasionado para quien no había asunto que no pudiera o no debiera ser tema de discusión («no hay cosas sin interés. Tan sólo personas incapaces de interesarse» es una de sus frases o, lo que es casi lo mismo, de sus paradojas). Ahora que lo pienso, inédito hasta ahora entre nosotros, en su inicial edición inglesa de 1930 tuvo el título de Come to Think of It. A Book of Essays y es una buena muestra de esa universal curiosidad presente siempre en Chesterton y de su originalísima, peleona y buenhumorada visión del mundo. Con este nuevo título llegamos al número dieciocho de los libros de ensayos de Chesterton publicados en Renacimiento y Espuela de Plata.
Escenas de una infancia reúne, por primera vez en lengua española, una selección de la mejor prosa breve del Premio Nobel de Literatura. De los relatos aquí contenidos, algunos se adentran libremente en el terreno de lo autobiográfico, como las extraordinarias estampas de "Escenas de una infancia" o "El pelo de Line": evocan primeras veces, amistades, perdidas, el descubrimiento del deseo, instantes de felicidad y fracasos más o menos estrepitosos. Y entre estos relatos se intercalan joyas de otro tenor, como su primer texto publicado, "Él", o la inquietante y onírica novella "Y ya puede venir el perro", en la que una disputa entre vecinos desencadena un espiral de tensión y violencia que avanza hacia un clímax inapelable.
Una pieza de arte de Tomás Hijo.
Una obsesión se ha apoderado del alma de Robert Blake. Cada día observa, desde la ventana de su estudio, la silueta de la iglesia abandonada que se alza sobre Federal Hill. Cuando finalmente decide atravesar los decadentes barrios que rodean el templo, Blake accederá a un escenario acorde con sus gustos por lo oculto: extraños manuscritos, ídolos inquietantes, símbolos blasfemos, un cadáver olvidado…
Todos ellos vestigios de un viejo culto dedicado a obscenas deidades cósmicas. En el centro mismo de ese enclave de pesadilla, Blake se encontrará con un artefacto ancestral vinculado a terrores inimaginables que amenazarán con desgarrar su mente y el tejido mismo de la realidad