Como ocurre con toda la obra de Aurora Venturini, estos cuentos fueron escritos desde las tripas, y también desde un lugar periférico del lenguaje y la literatura. Sus páginas las recorre una galería de personajes extraños y deformes. Porque esa ha sido siempre la manera como Venturini perfila sus historias, abordándolo todo con una mirada extravagante. Aquí desfilan gatos absorbidos por un tornado, niñas que nacen con un bulto negro en el cuello, una maestra que se enamora de un ventrílocuo de circo. Y viejos y mujeres que pegan a sus hijas. Dueña de un estilo excepcional, lírico y sórdido a la vez, Aurora Venturini narra de manera irrefrenable las zonas perversas y macabras del mundo, y atrapa a estos raros personajes antes de que se evaporen. Divididos en dos partes, El marido de mi madrastra y Hadas, brujas y señoritas, estos relatos trasmiten su particular manera de entender la literatura y la vida, dos espacios tomados casi siempre por la oscuridad, pero con algunos fogonazos breves de una luminosidad que hiere.
Todas las literaturas han conocido el sueño de un mundo ideal, de pasiones y valores absolutos. El Renacimiento lo concibió con disfraces de pastor; en España, bajo los rasgos de La Diana, que gozó de un enorme éxito editorial desde su publicación (1558-1559).
Con una trama geométrica, perfecta, y con una sapientísima mezcla de naturalidad y artificio, la obra maestra de Jorge de Montemayor ofrece a un tiempo una absorbente novela psicológica y una enciclopedia de la erótica renacentista.
Virginia no conoció a su padre, Peter Tangvald, más que por los libros que él publicó y los reportajes que protagonizó. El legendario aventurero noruego pasó su vida surcando océanos a bordo del velero que construyó, desafiando los elementos y las convenciones. Casado siete veces, perdió a dos de sus esposas en misteriosas circunstancias, antes de naufragar con su hija Carmen, de ocho años, en las Antillas en 1991. Único superviviente de la tragedia, su hijo Thomas adoptó el mismo estilo de vida errante hasta desaparecer a su vez en el mar sin dejar rastro. La autora también nació a bordo de aquel barco, sin recuerdos de ese padre, carismático y peligroso, del que su madre Florence, la séptima esposa, huyó cuando Virginia era apenas un bebé. Obsesionada por descubrir quién era en verdad, inicia una investigación para tratar de reunir todas las piezas de una historia de libertad sin límites. Sin embargo, a medida que se acumulan las revelaciones y las muertes, descubre que su padre no es ese héroe al que había idealizado.