A través de una rigurosa investigación de los dos grandes escritores de la novela rusa, León Tolstói y Fiódor Dostoievski, George Steiner analiza, con preclara sabiduría crítica, dos tradiciones literarias seculares: la de la épica, que abarca un largo recorrido vital desde Homero hasta Tolstói, y la de la visión trágica del mundo, cuya continuidad se desarrolla desde Edipo Rey hasta El rey Lear y Los hermanos Karamázov.
Dos visiones opuestas de Dios y del mundo sirven a Steiner para ir esclareciendo la evolución de la novela europea y norteamericana a través de sus figuras más relevantes, porque solo usando los superlativos, las grandes obras maestras, podemos llegar a entender la esencia de la novela, tan empañada de dogmatismos cerrados y limitadores.
Esta obra reúne, por primera vez, Cinco meditaciones sobre la belleza y Cinco meditaciones sobre la muerte, es decir, sobre la vida, dos libros canónicos en el pensamiento del autor francés. El primer volumen constituye un breve pero intenso diálogo entre la estética occidental, fundamentalmente la renacentista, y la estética oriental, en especial la china, que nos adentra en el misterio de la belleza como luz y como espíritu. Es la belleza lo que, en estos tiempos de miserias, de violencia y de catástrofes naturales, se sitúa como oposición al mal, en el otro extremo de una realidad a la que debemos hacer frente. Por su parte, en el segundo volumen el autor indaga en la dualidad que integran la muerte y la vida para mostrarnos un «doble reino de la vida y de la muerte»; en él, la primera, elevada a su más alta dimensión, supera y engloba a la segunda. Así, François Cheng no pretende en esta obra darnos un «mensaje» sobre la vida después de la muerte ni elaborar un discurso dogmático, sino ofrecer su testimonio de una visión de la «vida abierta».
Un recorrido por la Italia del siglo XVIII de la mano de uno de los grandes clásicos
de nuestra literatura.
En 1793 Leandro Fernández de Moratín viaja a Italia en una precipitada huida tras haber presenciado el asalto a las Tullerías de París. En una época en la que el viaje se consideraba una práctica formativa, el autor y dramaturgo español inicia un apasionante recorrido por el país transalpino que durará tres años, y que lo llevará a visitar las ciudades más insospechadas, a conocer a personajes extravagantes, e incluso a transitar por los pintorescos paisajes de Gran Bretaña, Bélgica, Alemania y Suiza.
En Viaje a Italia, Moratín recoge su experiencia en una tierra fragmentada en regímenes políticos, y se presenta como un viajero culto, pero a la vez dispuesto a entregarse a todo tipo de aventuras. Así entrelaza con agudo sentido del humor las glorias del Renacimiento y de la antigua Roma, pero también las desventuras de aristócratas insensatos, de grandes damas prostituidas, de generales sin ejército y de clérigos bribones.