Bada y San, una pareja de treintañeros, tienen dificultades para concebir un bebé. Cansados de no lograrlo, y de escuchar comentarios de todo tipo, deciden someterse a un tratamiento de fecundación in vitro. La sociedad surcoreana, que conserva aún fuertes rasgos tradicionales, impondrá sin reservas sus expectativas sobre los jóvenes aspirantes a padres... incluso cuando las cosas no vayan bien.
A través de esta historia, Keum Suk Gendry-Kim nos cuenta el drama que viven muchas parejas: los retos físicos y psicológicos a los que se enfrentan, las opiniones sesgadas de familiares y amigos dependiendo de si hablan de la futura madre o del futuro padre, la falta de empatía de la comunidad médica... Mañana será otro día es una tragedia íntima, inspirada en la experiencia personal de la autora, pero que conectará a las lectoras y los lectores de uno y otro continente.
Percibimos el cuerpo que creemos tener. El organismo se autoorganiza y se adapta al entorno en el que le toca vivir. A golpe de error-ensayo-error, aprende a atribuir un valor positivo o negativo a cada acción en cada escenario y va tejiendo, de forma inconsciente, un relato que se proyecta en la pantalla de la conciencia como una película. Vivimos con la convicción de que esa película refleja directamente la realidad, externa e interna. Sin embargo, lo que recibimos en esa pantalla no siempre se ajusta a lo que en efecto sucede. Un cuerpo sano puede aparecer en el relato como enfermo. Es una película de ficción, pero para el padeciente (el espectador) revela una realidad interna, que no puede ver con sus propios ojos.
Ver menos
«El humorista más intelectual, el intelectual más divertido.» Salman Rushdie Considerada su mejor novela por muchos, descatalogada durante décadas, ahora con una nueva traducción. La segunda novela de Kurt Vonnegut, publicada en 1959, le valió el reconocimiento del público y de la crítica. Un escandaloso revolcón por el espacio, el tiempo y la moralidad. Una desoladora mirada sobre el ser humano y su supuesto libre albedrío. Una sonora carcajada frente a la insignificancia de nuestros principios y nuestras pasiones, sometidos inexorablemente a los designios del Dios Indiferente.