Una amenaza sobrevuela París. Una figura sombría, espectral, capaz de cometer las peores villanías que se puedan imaginar. Un hombre sin identidad, con la pericia de convertirse en cualquiera; un maestro del disfraz, del robo, del secuestro, del chantaje, de la suplantación de identidades y del asesinato. Fantomas es, probablemente, el primer «supervillano» de la historia tal y como conocemos actualmente la denominación, el que siguió la estela de Arséne Lupin (creado por Maurice Leblanc seis años antes) pero llevándolo más lejos. Porque, aun siguiendo la estela de Arséne Lupin, desde el momento de su publicación, en febrero de 1911, Fantomas (y las treinta y una novelas en torno al personaje que rápidamente aparecieron) se convirtió en un fenómeno de masas, cuya popularidad trascendió todos los estratos sociales y culturales.
En Farmaconomía, el periodista Nick Dearden cuenta su investigación que le hizo darse cuenta del modo en que producimos nuestros medicamentos y descubre que las grandes farmacéuticas nos están fallando, con consecuencias catastróficas. A esas grandes empresas les interesan más los beneficios que la salud. Eso quedó claro cuando los gobiernos se apresuraron a producir vacunas durante la pandemia de COVID-19. Detrás de los tan cacareados avances científicos, realizados sobre todo con fondos públicos, las grandes empresas encontraron nuevas formas de sacar miles de millones más a los gobiernos de Occidente mientras abandonaban al Sur Global.
Hoy asistimos en todo el mundo a una notable y sostenida ola de líderes populistas que, como los líderes fascistas del pasado, obtienen gran parte de su poder al cuestionar la realidad, respaldar mitos, promover la ira y la paranoia y difundir mentiras. La retórica oficial de estos líderes y movimientos políticos, que, pese a moverse dentro del juego democrático desprecian la democracia, descienden consciente o inconscientemente del Mussolini que por primera vez intuyó los mecanismos de la seducción política en la sociedad de masas. Tras años entregado a un combate cuerpo a cuerpo, histórico y literario, con los protagonistas del fascismo del siglo pasado, Scurati se eleva por encima de esa materia candente y en estas páginas identifica con precisión quirúrgica sus leyes y sus trampas. Un texto fundamental para abordar la inquieta época que vivimos.