¿Qué es el hombre? Durante siglos, se le ha pensado como una criatura divina o un ser natural, y su verdad estaba más allá de él: en el Dios que lo había creado o en la naturaleza de la que había surgido. Pero hacia fines del siglo XVIII, el hombre comenzó a buscar en sí mismo su propia verdad: en su cuerpo, en sus sentidos, en su mente, en las condiciones materiales de su existencia, en sus creaciones culturales. Así surgió y tomó forma la antropología en sentido moderno: la pregunta por el hombre de la que el propio hombre es la respuesta. La cuestión antropológica, curso que Michel Foucault dictó en la Universidad de Lile y en la École Normale Supérieure parisina, e inédito hasta ahora, es la historia de este acontecimiento.
Foucault despliega su exploración en una secuencia impecable y sorprendente, ya que pone el foco en autores o textos no siempre obvios. El primer momento nos muestra por qué la filosofía clásica europea (Descartes, Malebranche, Leibniz) permanece sorda a esta cuestión: en los siglos XVII y XVIII el hombre no existe como un ser autónomo o a raíz de saber acerca de su propia voluntad. En el segundo momento, a partir de Kant, el hombre se vuelve el punto de gravitación y fundamento de la filosofía -de Feuernbach a Dilthey, pasando por Hegel y Marx-, y así surge el conjunto de las ciencias humanas. En el tercer momento, el pensamiento dionisíaco de Nietzsche anuncia la muerte de Dios y, con ella, el derrumbe del hombre mismo.
Dos asesinos de bandas rivales atrapados en un mortal juego de venganza en el que el error más peligroso es enamorarse.
En Fantome, una ciudad Iluminada por farolas de gas en la que los edificios hermosos conviven con siniestras catacumbas, la magia de sombras es un bien escaso y mortal controlado por dos gremios que arrastran una larga enemistad: los capas y los dagas, los ladrones y los asesinos.
La noche en la que matan a su madre, la joven Seraphine huye y busca refugio entre los capas. Está decidida a vengarse y cuenta con un as en la manga que nadie espera. Pero ¿sus habilidades secretas valdrán de algo contra el joven de cabello oscuro y ojos plateados que la sigue por la ciudad?
La Dama de Vermut y la Dama de Negroni es el mismo personaje y aparece en ambos poemarios, un personaje que está entre ser de carácter dulce y fuerte, una romántica con un pensamiento libre y revolucionario. Aparecen también personajes que se roban el protagonismo de algunos poemas, tales como Sebastián, Julio y otros cuya identidad la Dama prefiere ocultar haciendo referencia a rasgos físicos y rasgos de su personalidad,
En sus composiciones, la Dama le de vida al universo que vive dentro de ella, donde se mezcla la realidad con la ficción, surgiendo a veces lugares mitológicos en sus escritos. Es un universo intangible, pero que también hace referencia e lugares tan reales como el Malecón de Santo Domingo, Semaná, Punta Cana, Quisqueya, Selamanca y Madrid.
Hay un discurso literario romántico y apasionado con mucha fuerza y carácter. Á veces se torna oscuro e irreverente para los que tienen una mentalidad conservadora, pero los escritos son puro arte. Por eso, el poema favorito de la autora es «Sebastián», En esta composición se resume la esencia de los poemarios de la antología. Es un poemas intenso con una idea potente.