¿Sabías que se han llegado a localizar más de 160 oficios diferentes en las inscripciones encontradas en la ciudad de Roma? Campesinos, ganaderos, artesanos, herreros, orfebres, panaderos o alfareros; políticos, soldados o administrativos, gladiadores, sacerdotisas... todo un universo de oficios que constituían la base de esta fascinante sociedad.
El papa Francisco ha presenciado cómo la crisis del Covid-19 ponía de relieve de una manera aún más evidente la crueldad y la desigualdad que nos rodean. Pero también ha visto en la capacidad de recuperación, la generosidad y la creatividad de muchas personas los medios para salvar la sociedad, la economía y el planeta.
En este libro, el Papa insta a no permitir que todo este dolor sea en vano analizando y aprendiendo lo que esta situación puede enseñarnos, y, con gran sinceridad, revela tres crisis en su propia vida de las que salió fortalecido.
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Se llamaba Sheindla-Sura Leibova Salomoshak-Bluwstein, aunque la historia la recuerda por su apodo: «Soñka, manos de oro». Había nacido en Varsovia en 1846, y a finales del siglo xix se convirtió en una leyenda por sus ingeniosas maneras de estafar. Ocupó las portadas de los diarios más leídos de la época: la llamaban «Diablo con falda», «La versión femenina de Robin Hood» o «La zarina del crimen». Engañaba y robaba a los hombres ricos en los hoteles de Odesa, Moscú y San Petersburgo, en las joyerías y en los trenes. La atraparon en 1888, y cumplió condena en la isla de Sajalín. Se decía que quien entraba allí jamás regresaba: así ocurriría con Soñka, que murió en prisión en 1902.
Pero antes hubo un juicio. Un juicio polémico y popularísimo en su tiempo, cuando Soñka —manos de oro— evocó la historia de su vida: una memoria bien diferente a aquella que la prensa había divulgado sobre ella.
Desde respirar ―pasando por comer o dormir― hasta la capacidad para razonar, para enamorarnos o para discutir con alguien, todo lo que hacemos pasa por el control cerebral. Nuestro cerebro define quiénes somos y qué potencial tenemos, y entrenarlo para sacarle el máximo partido es posible.