¿Podrá España salir del laberinto en el que está atrapada por la ambición de poder de Pedro Sánchez y la deslealtad del nacionalismo catalán?
Dos derivas populistas preocupan a Cebrián en los últimos años: por un lado, la de Pedro Sánchez, dispuesto a todo para permanecer en el poder; por otro, la del nacionalismo catalán, que terminó en un golpe de Estado fallido. Los dos problemas han acabado fatalmente por converger en esta legislatura. De ahí que el «efecto Sánchez» no sólo perjudique a su partido, sino al país en su conjunto.
Ante estos retos, y otros que también revisa este volumen, como la fragilidad democrática de América Latina, la perversión del lenguaje, la gestión de la pandemia como ejemplo del desgobierno y la de la guerra de Ucrania como muestra de la ausencia de criterio en la política exterior, la presión a los medios desde el poder, el ascenso del populismo y la creciente polarización, Cebrián propone un regreso a la era de la razón, del pacto de Estado y de las reformas consensuadas. En tono moderado y con una visión profunda, radiografía los males de España y del mundo. Los artículos aquí reunidos, publicados en el diario El País entre 2018 y 2024, se enriquecen mutuamente, de tal modo que el libro se convierte no sólo en el valiente testimonio de un análisis de nuestra actualidad, sino también en una amplia reflexión necesaria para ayudar a construir «un país mejor».
Al desarme estratégico de Occidente le ha precedido un desarme cultural. El ataque de Rusia a Ucrania nos ha cogido desprevenidos, ocupados en nuestra propia destrucción. Este libro puede ayudarte a entender el regreso de Trump a la Casa Blanca y el ascenso de la ultraderecha en Occidente, en lo que parece una oscilación del péndulo brutal que confirma los augurios más pesimistas del autor.
Por primera vez, es el propio imperio el que contribuye a su colapso. La reescritura de la historia, la corrección política y un antirracismo radical y revanchista, defendidos por el establishment cultural y económico, niegan los valores occidentales y defienden que sólo tenemos pecados que expiar. El ecologismo extremo, religión neopagana de nuestro tiempo, demoniza el progreso económico. Aquellos que no cumplen los nuevos preceptos son cancelados. Los jóvenes, esclavizados por las redes sociales, son manipulados. La alianza entre el capitalismo financiero y las grandes compañías tecnológicas propugna una globalización contra los trabajadores y la clase media. Ya no existen injusticias económicas. Sólo «un planeta que salvar» y un mosaico de identidades que exigen reparaciones.