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LA INJUSTICIA (LA PEQUEÑA FILOSOFIA DE M

Mafalda nunca para de hacerse preguntas, demasiadas preguntas, que a menudo irritan y desbordan a todos aquellos que la rodean. En La injusticia nuestra pequeña indignada se plantea los temas universales y comparte sus inesperadas y contundentes reflexiones sobre el mundo. Si hay algo que Mafalda no soporta bajo ningún concepto (además de la sopa) es la injusticia, y no deja de recordárnoslo siempre que tiene ocasión. ¿Por qué hemos de dejar la justicia en manos de los adultos, si estos nunca entienden nada? «Y estos derechos... a respetarlos, ¿eh? ¡No vaya a pasar como con los diez mandamientos!». La crítica ha dicho...«Quino, el grande Quino, seguirá vivo en su Mafalda, que nos enseñó que, como siempre, lo urgente no deja tiempo para lo importante.»Héctor Abad Faciolince «Nunca he amado a una mujer que no haya amado previamente a Mafalda.»Manuel Jabois «Qué importante has sido en nuestras vidas. [...] Siempre estaban tus viñetas dando sentido a los detalles absurdos de la vida y la sociedad.
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LAS MUJERES QUE AMAN DEMASIADO (ED.ESP.)

Desde 1985, más de cinco millones de mujeres han encontrado en estas páginas el alivio al dolor causado por el amor y las relaciones tóxicas. Mujeres con la misma necesidad de ayuda por amar demasiado. Durante cuatro décadas, la reconocida terapeuta Robin Norwood les ha mostrado las raíces de su atracción y les ha ofrecido una guía para aprender a amarse a sí mismas y detener el dolor.
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LECCION 1: APRENDER A FINGIR

¿Qué harías si la única forma de conseguir tu objetivo fuera aliarte con el chico más insoportable... y más guapo del instituto? Hay una cosa que Athalia Pressley desea sobre todas las demás: el afecto de su hermano gemelo. Desde la muerte de sus padres, Henry no se lo demuestra nunca… Hasta que, por culpa de una asignatura casi suspendida y la obligación de asistir a clases particulares, Athalia acaba en manos del enemigo de su hermano. De repente, Athalia consigue la atención de Henry, y, si quiere que las cosas sigan siendo así, necesita a Dylan McCarthy Williams. El rival de su hermano no le cae muy bien, y no le gustan ni sus comentarios mordaces ni su actitud de sabelotodo. Ni tampoco su pelo alborotado, ni sus ojos de ensueño, ni ese cuerpo de jugador de fútbol… Sin embargo, a base de citas falsas y risas forzadas, parece que ambos consiguen dejar atrás sus diferencias para lograr un objetivo común: que uno de los Pressley les haga caso.
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