Este libro comienza con un pequeño milagro: en 1991, un grupo de chicos afroamericanos de un conflictivo instituto de Harlem ganó al todopoderoso colegio privado Dalton en el Campeonato Nacional de Ajedrez para Alumnos de Secundaria. Detrás de ese éxito inesperado se encontraba el joven maestro ajedrecista Maurice Ashley, que demostró dos cosas: que el talento no es innato y que la motivación y el desarrollo del carácter son clave para el éxito, incluso cuando todo parece estar en contra.
El psicólogo organizacional Adam Grant está convencido de que querer es poder, pero también es consciente de que, en ocasiones, uno puede perder de vista sus objetivos y venirse abajo ante las adversidades. Es ahí cuando entra en juego la educación como gran agente revulsivo. Como el propio autor confiesa, «si hubiera juzgado mi potencial por mis primeros fracasos, me habría rendido enseguida. Lo que aprendí por el camino me ayudó a crear mis propios andamiajes para avanzar en el futuro».
Valeria hizo grandes sacrificios como protagonista activa de los cambios políticos de su país, Nicaragua. Tras su muerte en Madrid, en plena soledad, le corresponde a su hija Penélope viajar a España y ocuparse de sus bienes materiales. Rodeada de las pertenencias de una madre que siempre sintió ausente, Penélope resolverá incógnitas inesperadas y conocerá la apasionante vida de una mujer marcada por triunfos y derrotas, la clandestinidad y las vicisitudes del amor.
Un silencio lleno de murmullos es una emocionante novela sobre la zozobra de los secretos familiares y sobre los costes personales del compromiso político para una madre y su hija.
Exiliada en Madrid desde 2022, Belli ha escrito esta novela desde su propia experiencia como madre y como militante que ha vivido el auge y la caída del sueño revolucionario. «Los hijos de quienes nos involucramos en la revolución sufrían una suerte de abandono. El de los padres se aceptaba. Otra cosa pasaba con las madres. Esa ausencia materna cargaba a ambas partes con un nivel de reproche y culpabilidad muy doloroso. He pensado
en mis hijas escribiendo esta novela», Gioconda Belli.
A pesar de mi zambullida en la literatura dominicana de los diez últimos años, tengo que admitir que pocas novelas llegaron a sacudirme de una manera tan integral y profunda como una de las primeras obras dominicanas que leí y que junto con muchos escritores y críticos sigo considerando una novela cumbre. Me refiero a Sólo cenizas hallarás (bolero) de Pedro Vergés. Lo interesante es que las tendencias que acabo de pergeñar y muchas más pistas (a veces todavía poco transitadas) ya se hallan (a veces en germen) en esta obra. Pedro Vergés (1945) trata el desengaño, el vacío y la desorientación después del trujillato, indaga en la oposición campo-ciudad,incluye la diáspora en constante diálogo con lo dominicano, evoca a los subalternos mediante el tíguere, el teniente Sotero, y la empleada Lucila en su constante mimicry, integra el problema del patriarcado y exalta la fuerza de la mujer, hace uso de la ironía y del humor que hacen más llevaderas y nada dogmáticas ciertas ideas, comenta el desarraigo profundo, introduce el lenguaje dominicano y la cultura popular de una manera a veces muy sutil.
Rita de Maeseneer (2003)