Un amor imposible y una traición imperdonable. Una época de misterios y conspiraciones. Una novela con alma de clásico.
Desde finales del siglo XV, una leyenda impregna las calles de Sevilla. Cada noche, la bella Susona, hija de un famoso converso de la judería del barrio Santa Cruz, acude al encuentro de un caballero cristiano de noble linaje llamado Nuño de Guzmán. Él no debe enamorarse, pues su cometido es descubrir si los rumores son ciertos: se dice que Susona y su familia judaízan en secreto.
Sin embargo, bajo el rocío de las flores de azahar, se convierten en amantes furtivos. Cuando Susona descubre que una conspiración que se fragua entre las paredes de su hogar podría dañar a su amado, se verá obligada a escoger: la fidelidad a su pueblo, a su padre y a su familia, o el amor que le profesa a Nuño de Guzmán. Para salvar a unos deberá condenar a los otros.
La historia de Susona, llena de amor, traición y muerte, acabará tornándose en leyenda. Tras La última sultana, Andrea D. Morales nos traslada a una época de odio, miedo y conspiraciones entre judíos y cristianos y nos demuestra que hasta en los momentos más oscuros de la humanidad, puede florecer la pasión.
Este es el relato de cómo el amor se forja en dos seres: a través de un arduo desnudamiento interno los protagonistas van recuperando su identidad hasta alcanzar la renovación vital en la mutua entrega.
En la búsqueda de su individualidad, el verdadero aprendizaje de la protagonista es cómo darle cabida a su manera de ser mujer en la sociedad. No le preocupan la maternidad, las opiniones familiares ni la soltería, sino su involuntaria resistencia a la propia vida.
Con apenas diecisiete años, Manuela entra a trabajar como criada en la mansión de los marqueses de Armayor. Rodeada de un lujo que contrasta con la pobreza de su aldea natal, la joven conocerá la arrogancia y el desamor, pero también el arte de la costura, al tiempo que entablará una amistad inquebrantable con la única heredera de la familia, Alexandra.
Años después, y pese a pertenecer a mundos muy distintos, su amiga será su mayor apoyo cuando la Guerra Civil obligue a Manuela a separarse de su hija Telva, enviada a Rusia junto con otros niños de la zona republicana, y también cuando intente recuperarla décadas más tarde, aunque para ello deba arriesgarlo todo.
La añoranza de Telva, un destino en ocasiones desalmado y una gran historia de amor marcarán la vida de Manuela. Una vida que se extenderá a lo largo de un siglo convulso y lleno de contrastes, magistralmente reflejado por Ana Lena Rivera en las páginas de esta novela que se lee con la emoción a flor de piel.
Ya han pasado más de dos años desde que el comisario Georges Dupin fue «forzosamente trasladado» a lo que él considera el fin del mundo: Concarneau, en la costa bretona. Allí nunca pasa nada, aparte de los atascos en verano, cuando toda la región se convierte en el destino turístico por excelencia.
Pero una mañana de julio, al inicio de la temporada alta, recibe una llamada. En el idílico pueblo cercano de Pont-Aven se ha cometido un asesinato incomprensible. Pierre-Louis Pennec, el dueño del legendario hotel Central, en el que a finales del siglo XIX se alojaron Paul Gauguin y otros pintores famosos, ha sido brutalmente apuñalado. ¿Quién querría matar a un anciano de noventa y un años, una bellísima persona? ¿Y por qué?
Cuando poco después aparece un segundo cadáver en la costa, Dupin comprende que tiene entre manos un caso más complejo de lo esperado. Aunque la presión de los políticos locales aumenta, y los habitantes de Pont-Aven guardan un silencio obstinado, el comisario, a quien no siempre le resulta fácil morderse la lengua, se mantiene fiel a su peculiar estilo de investigación. Y es que la pregunta inesperada puede arrojar la pista que hasta entonces estaba eludiéndole, y sacar a la luz un secreto por el que valdría la pena matar.
En un tranquilo complejo residencial para jubilados, cuatro improbables amigos se reúnen una vez a la semana para investigar antiguos asesinatos sin resolver. Ellos son Ron el Rojo, mítico activista de los años sesenta y setenta que no ha perdido sus ganas de gresca; la dulce Joyce, una enfermera viuda no tan ingenua como aparenta; Ibrahim, un veterano psiquiatra con una increíble capacidad de análisis, y la tremenda y enigmática Elizabeth, quien, a sus ochenta y un años, lidera este grupo de detectives aficionados.
Cuando un promotor inmobiliario de la zona es hallado muerto, este peculiar Club del Crimen de los Jueves se encuentra con su primer caso actual. Ha llegado el momento de que estos octogenarios «saquen sus ases» de la manga y demuestren de lo que son capaces.
Bienvenidos al Club del Crimen de los Jueves.
Fue en Eichmann en Jerusalén donde Hannah Arendt empleó por vez primera la expresión «la banalidad del mal». Su consternación ante el hecho de que un hombre que no era un monstruo pudiera actuar como agente del mal más extremo fue objeto de burla, indignación e incomprensión. La tormenta provocada por esa controversia indujo a Arendt a abordar nuevamente las cuestiones e inquietudes fundamentales suscitadas en torno a la naturaleza del mal y la elección moral. Responsabilidad y juicio reúne una serie de escritos correspondientes a la última década de la vida de Arendt, cuando se esforzaba por explicar el sentido de Eichmann en Jerusalén.
El núcleo de este libro es una profunda investigación ética: «Algunas cuestiones de filosofía moral»; en él Arendt aborda la insuficiencia de las verdades morales tradicionales como normas para juzgar lo que somos capaces de hacer y examina desde una nueva óptica nuestra capacidad para distinguir el bien del mal. Y lo justo de injusto. Vemos allí cómo Arendt viene a darse cuenta de que, junto al mal radical del que se había ocupado en anteriores análisis del totalitarismo, existe una forma más perniciosa de mal cuya ejecución no tiene límites cuando el que lo comete no siente remordimientos y es capaz de olvidar sus actos rápidamente.